José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

9 Sep, 2013

Cobras mejor IVA e ISR; das pensión universal y seguro de desempleo

La reforma fiscal, para poder obtener más recursos y lograr tener ingresos tributarios que aumenten en más de tres puntos el PIB de recaudación para 2018, apuesta a lo básico: el IVA y el ISR. No más. Y lo hará de manera sencilla, al evitar muchas deducibilidades y eliminar la consolidación fiscal que tanto pelearon los grandes corporativos (y que les permitía pasar pérdidas de una empresa a otra para pagar menos impuestos).

IVA homologado a 16%, sin alimentos ni medicinas

El IVA se mantiene en su tasa actual de 16%. Pero amplía su aplicación a varios sectores o contribuyentes donde no podía llegar. Los únicos que quedan exentos son los alimentos y medicinas (tal y como hoy en día se encuentran), así como los servicios médicos, transporte público, libros y revistas. Tratan de no tocar los productos y servicios más consumidos por la población de menores ingresos.

ISR sencillo, pero mayor

El ISR será progresivo y más sencillo de pagar. Habrá una nueva Ley del Impuesto Sobre la Renta, en la cual reducen de 295 a 189 artículos. Se trata de hacer más sencilla la determinación del impuesto.

Incluso el SAT, el Servicio de Administración Tributaria, tendrá un sistema abierto y gratuito para las personas y empresas.

La tasa del ISR será mayor, según vayan avanzando los ingresos del contribuyente.

Adiós, impuestos de control: IETU-IDE

Como apuestas al IVA homologado y a un ISR más progresivo, así como la eliminación de distintas deducibilidades, los cálculos de Hacienda son suficientes para poder desaparecer los impuestos de control.

El IETU (Impuesto Empresarial a Tasa Única), utilizado por si pagabas muy bajo ISR, desaparece.

El IDE (Impuesto a Depósitos en Efectivo), utilizado para gravar a la economía informal con su dinero depositado en el banco, también desaparece.

Pensión universal para los de 65

El presidente Peña Nieto enfatizó que la reforma fiscal se trataba de una social. Es un ángulo interesante: si quieres aprobar el mayor pago de impuestos, debes ligarlo con beneficios para la población de menores ingresos.

El primer punto atractivo es la pensión universal.

Todas las personas con más de 65 años, hayan cotizado o no en el Seguro Social, tendrán una pensión universal.

La otra zanahoria es la seguridad social universal, en donde la iniciativa vendrá en unos meses, pero implica que el IMSS, ISSSTE y Seguro Popular puedan compartir pacientes. Es la famosa portabilidad.

Aquí se reconoce el grave deterioro económico de la población que va envejeciendo. Pero también habrá que ver la forma de financiar esta pensión universal, pues conforme vayan siendo más los pensionados, más recursos se necesitarán para financiar su pago.

Seguro de Desempleo

Desde luego, es loable que en México haya un seguro de desempleo. Como lo dijo el presidente Peña: somos el único país de la OCDE sin seguro de desempleo. Sólo que el reto será financiarlo de manera permanente, sin elevar los costos laborales.

Atraer a informales

La reforma fiscal debe atraer al enorme sector informal de la economía mexicana.

Seis de cada diez empleos son informales. Debemos terminar con ello.

El Presidente apuesta a que los trabajadores de la economía informal, de verdad, puedan incorporarse a la formalidad. Se les va a buscar atraer dándoles Seguro Social con subsidio en las cuotas.

También se les atraería con el seguro de desempleo. Y, desde luego, con crédito de vivienda.

Echas mano de un déficit pequeño

La fórmula no parece mala. Por un lado cobras mejor a través del IVA y el ISR. Así, logras eliminar los impuestos de control (IETU e IDE), pero también podrías dar una mejor seguridad social con seguro de desempleo.

Debemos ver el Programa de Aceleración y Crecimiento Económico de manera independiente a la reforma fiscal. El Programa sirve para hacer frente al bajón económico que hemos tenido, donde apenas y creceremos a 1.8% este año.

El Programa de Aceleración Económico es de corto plazo.

Y tiene que ver con echar mano del déficit público.

Este año de 2013, la meta del déficit cambió de 0% a 0.4% del PIB, con la intención de no hacer recortes en el gasto.

En cuanto a 2014, el déficit público pasará a ser de 1.5% del PIB.

No hay problema en tener un pequeño déficit público en un país con tantas carencias. El tema, ahora, será vigilar que con ese déficit no nos vayamos a endeudar de más.

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