Trabajadores afortunados y cautivos: Paradigmas

Economía -
El debate actual sobre la universalización de la seguridad social, sorprendentemente sólo se enfoca en el número de potenciales nuevos afiliados. Foto: Excélsior
El debate actual sobre la universalización de la seguridad social, sorprendentemente sólo se enfoca en el número de potenciales nuevos afiliados. Foto: Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.- “Con el dinero de nuestros impuestos pagamos los sueldos de los burócratas y políticos”; con esta canturreo, se hacen reclamaciones o indignaciones. Todas legítimas.

Este lema es de autosuficiencia, de libertad soberbia. Básicamente dice “¡Hey, tú, burócrata! Tienes que hacer el trabajo de la manera más eficiente, amable y conveniente a mis intereses. Si no es así, te molestaré hasta que te dobles y me entregues lo que te pido cuando te lo pido”.

En México, esta actitud es cotidiana. Sólo es necesario ir a una clínica del ISSSTE o IMSS y comprobarlo. Cada vez que veo esa escena, tengo ganas de decirle al compañero –muchas veces de lágrimas por el trámite-: “Oye, de los ingresos del Estado tú sólo pagas 6 de cada 10 pesos. Lo demás lo obtiene por otras vías –sobresaliendo el petróleo-. Con esto quiero decir que no pagas los impuestos que deberías pagar para poder sufragar tu sistema de seguridad social. Y aún así, ¿te pones a discutir de manera agria con esta persona? ¡Ella seguramente hace su mejor trabajo!“. Pero no puedo; quedaría como loco, insensible y lame-botas. Me resigno a callar. Aunque hay personas que no se han resignado, después de todo las ONG’s que tratan sobre el tema de salud son más de siete mil, sobresaliendo las vinculadas a salud sexual, a los problemas de alcoholismo y drogadicción.

Las personas que tienen seguridad social estatal pagan más o menos de ISR el 15%, más su contribución a la seguridad social que oscila alrededor del 4% de su salario. Casi un cuarto de su salario se va. Son afortunados y a la vez cautivos. Las personas que tienen seguridad social en México son 53.3 millones, es decir, menos de la mitad de la población del país. Pese a las limitaciones, tendrán una pensión para la vejez y servicios sociales. A estas personas es fácil convertirlos en contribuyentes cautivos. Esta parte de la población “privilegiada” es la que más sufre los aumentos en el ISR. 

Un punto importante a resaltar es que la seguridad social de los trabajadores cautivos se percibe como mala. De 2008 a mayo de 2011, la CNDH reportó 11,451 quejas para el sector salud –sin sorpresa, la mayoría para el IMSS-.  El debate actual sobre la universalización de la seguridad social, sorprendentemente sólo se enfoca en el número de potenciales nuevos afiliados y no de la calidad de los servicios médicos del presente ni del futuro. Implícitamente se cree que los mayores recursos al sector salud mágicamente arreglaran los problemas de desabasto de medicinas, la evidente saturación de clínicas y hospitales, además de la corrupción.  

Todo lo anterior, el derechohabiente lo sufre a veces cotidianamente. Y no da crédito al hecho de que, para mantener este mal sistema ¡tendría que pagar más impuestos! Después de todo, el IMSS está en quiebra y es necesario que “se aprieté el cinturón” y además, los recursos que hoy financian buena parte del sistema de salud son extraordinarios -¡bendito petróleo!- y por tanto se acabarán. Y la reacción del derechohabiente al enterarse es de incredulidad y miedo. ¿Más impuestos? ¡Pero si ya tengo un salario pequeño! ¿Pero si quiebra la seguridad social, qué le pasará a mi familiar enfermo?

La situación de la seguridad social en nuestro país es por demás conocida. Pero a la fecha no ha salido alguien que lo reforme, (más allá del abogado de las causas pérdidas). Cabe recordar que quienes están a cargo de reformar dicho sistema, reciben altos sueldos que les permiten salir del sistema de seguridad social público para costear sus emergencias médicas. Lejos de la saturación y malos tratos del sistema. Para muchos, este tema no importa. No son sus temas, ¿o cuándo fue la última vez que leyó a un político quejarse amargamente del trato que recibe en el IMSS o ISSSTE? ¿O un columnista exigiendo más transparencia en el presupuesto del ISSSTE? Es más fácil que la Selección Mexicana de Futbol gane el mundial.

Este texto no debe ser leído como una apología de los burócratas. Se los dice alguien que ha sufrido la altanería de los trabajadores del  IMSS.

*gl

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