Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

12 Sep, 2013

Impuestos verdes generarán gran polémica

En México, no  sólo Mario Molina o mi buen y conocedor amigo Gabriel Quadri y muchas voces conocedoras han subrayado la necesidad de que se introduzcan políticas que desalienten el consumo de combustibles fósiles en México, y una vía es la introducción de impuestos verdes a las gasolinas y el diesel, también a la producción de plaguicidas.

El objetivo es desincentivar el consumo de ese tipo de combustibles fósiles y para ello se aplicaría un impuesto al carbono de 70.68 pesos por tonelada emitida por el combustible que se quema. Algo así como cinco dólares.

El problema de esta decisión incluida en la propuesta hacendaria del presidente Enrique Peña, es que, quien produce el combustible y emite esa cantidad de carbono, e incluso lo importa, es Petróleos Mexicanos, que dirige Emilio Lozoya.

Pemex cumple siete años en moratoria con los consumidores mexicanos y con los tenedores de automóviles con motores eficientes (disminución de emisión y ahorro de combustible).

Tampoco es verdad, en el caso de las gasolinas, que 55% de la carga impositiva del IEPS de 18.5% a gasolinas, turbosina, diesel, recaiga en 20% de los hogares con ingresos más altos, pues si fuera este el caso, el PRD de Jesús Zambrano y hasta el PRI de César Camacho, jamás hubieran tomado la bandera de detener los llamados gasolinazos.

Por cierto, esta zanahoria política si se concede, pues para el año que entra y dado que ha bajado el precio de la gasolina a nivel internacional y se ha reducido la brecha de precios (algunas veces incluso es más caro en México que en Estados Unidos), la Secretaría de Hacienda, que encabeza Luis Videgaray, propone reducir el desliz aplicable para 2014 a seis y ocho centavos para las gasolinas Magna y Premium-diesel, respectivamente.

Ello implica que el desliz de la gasolina Magna se reduce en 45%, y los deslices en la gasolina Premium y el diesel disminuyen 27%, pero en realidad con el IEPS, el incremento estructural del precio de la gasolina será cercano a 30% para el año que entra.

Los que consumen más gasolina y diesel, son los transportistas, y en mayor medida aun los autos o camiones con más de cinco años de antigüedad.

De pilón, nuestro parque vehicular actualmente sólo renueva 6% cada año, y la mayor parte de los más pobres de este país se movilizan en transporte público masivo (que subirá la tarifa) o en inter-urbano (combis y micros que subirán la tarifa) y finalmente en autos con edad que fluctúa ¡entre siete y 25 años!

Y mire, me saldrá con que el más viejo lo puede tener un rico porque se trata de un ¡clásico!, pero dudo mucho que los vochos, chevys y combis, que circulan, y muchos en este país, sean precisamente clásicos. Para clásicos… la Cheyenne apá, y ¡esa ahorra combustible!

El argumento hacendario es que en México, el consumo de combustibles por habitante es superior al de países con el mismo PIB per cápita e incluso superior a naciones con un PIB per cápita de más del doble que el mexicano.

Por ejemplo, el consumo de gasolinas per cápita en México es 102% y 242% mayor al de Chile y Brasil, respectivamente, países con un desarrollo similar al nuestro y, el segundo de ellos, con una importante producción de petróleo.

Mediante la reforma que se plantea, se propone la introducción de un impuesto a la producción e importación de combustibles fósiles de acuerdo con su contenido de carbono.

Y está bien, pero la importación y producción debería incluir una parte del impuesto mayor para quien entrega combustibles sucios en México, con la venia constitucional del monopolio estatal, Sería bueno que se introduzca el impuesto al carbono, diferenciando claramente el costo de tener un auto nuevo o usado, pero imponiendo sanciones a autoridades estatales y municipales que no implementen medidas para mejorar la eficiencia y seguridad del transporte de carga y pasaje.

En fin. Esto de los impuestos al carbono, hasta la factura eléctrica que cobra la CFE, que dirige Francisco Rojas, va a pegar.

Claro, si la mayor parte de la energía base que se consume en el país se produce a base de combustóleo y, para el gas aún le falta.

A pesar de algunos pilotos, por ejemplo, en México no se ha iniciado una efectiva planeación industrial, porque Pemex lo ha impedido, para la introducción de autos híbridos o eléctricos.

De Fondos a Fondo

Un relevo sorpresivo se anuncia en SSA México, pues Francisco Kassian, su presidente y director general, deja la filial de la principal operadora portuaria estadunidense en México a partir del 30 de noviembre que entra.

Pero la mejor sorpresa fue la decisión de los principales ejecutivos de SSA en Estados Unidos de designar a Claudia Sánchez Torres, directora de Relaciones Públicas y de Gobierno, para suceder a todo un hombre, considerado una institución en el sector naviero del país. Él dice que se va porque cumple más de 43 años de trabajo en el sector y tiene 65 años, edad justa para retirarse, pero seguirá por un periodo de tiempo asesorando al equipo que encabezará la primera mujer en dirigir una empresa de este talante en nuestro país.

Otro breaking news es que Alexis Milo, quien dejó el martes de ser comisionado de la Cofetel, se incorpora como economista en jefe para México de la firma financiera Deutsche Bank. Firmará su contrato formal la semana que entra, y por tratarse de un área donde no hay conflicto de interés, ni el sabático gubernamental se verá obligado a cumplir. Es un gran economista, y por lo mismo, le sobraron propuestas.

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