Fundar el éxito en el fracaso, la fórmula de Fuck Up Nights

Fuck Up Nights, el encuentro de emprendedores que se basa en el fracaso y no en el éxito, cumplió un año de celebrarse el segundo jueves de cada mes.
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Luis López de Nava, Carlos Zimbrón, Julio Salazar, Pepe Villatoro y Leticia Gasca, los fundadores de las noches para hablar del fracaso. Foto: Darinka Rodríguez.
Luis López de Nava, Carlos Zimbrón, Julio Salazar, Pepe Villatoro y Leticia Gasca, los fundadores de las noches para hablar del fracaso. Foto: Darinka Rodríguez.

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Destacar un acierto o ponderar una victoria es algo que se suele escuchar con frecuencia en conversaciones de negocios; pero presentarse frente a un público a contar cómo el fracaso hizo de las suyas, no todos lo hacen. Sin embargo, cinco emprendedores mexicanos basaron su éxito en el fracaso.

Nacido en septiembre de 2012 como una conversación al calor del mezcal, Fuck Up Nights es un proyecto donde se reúnen emprendedores mexicanos para hablar de metidas de pata, proyectos fallidos y negocios sin florecer y el cual que ya cuenta con un importante crecimiento y ya es sustentable. “Es una paradoja el hecho de que hayamos decidido hacer un proyecto sobre fracaso y ahora se esté convirtiendo en un éxito” señaló Carlos Zimbrón, uno de los fundadores de esta iniciativa en entrevista con Dinero en Imagen.

El día de ayer se celebró el encuentro de aniversario, donde varios "fracasados" compartieron sus experiencias en torno a sus desavenencias profesionales, entre los que estuvo el presidente del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), Enrique Jacob Rocha; Álvaro Rego, director del Museo Mexicano del Diseño (Mumedi), Rodrigo Boyzo, fundador de NuFlick, Irma González, campeona mundial de lucha libre y Marisol Gasé, socia organizadora del Festival Internacional de Cabaret.

En su doceava edición y con récord de asistencia de más de 300 asistentes, pocos recuerdan la primera reunión de 35 personas que se reunieron para desmitificar el tema del fracaso. “Hemos descubierto que en cada esquina hay un fracasado, la mayoría de las personas tienen una historia pero no todas las confiesan” indicó Leticia Gasca, quien también ha probado las mieles del éxito habiendo pasado por varios sinsabores en sus proyectos.

El fracaso es relativo

En el argot urbano, fuck up –en inglés- hace referencia a echar a perder las cosas. Regarla. Echarle tierra. Perdedores hablando a perdedores fue un buen pretexto para que las cosas empezaran a fluir.

Y es que el fracaso para los emprendedores es más frecuente de lo que se puede ver, pues alrededor de 80% de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) o startups en nuestro país terminan antes de cumplir su segundo año de vida según cifras de PwC México. 

Para Luis López, parte del equipo de losers que inició este esfuerzo “era difícil explicar la Fuck Up Night cuando no teníamos tanto tiempo de iniciados, porque era considerado como AA para empresarios” indicó en entrevista.

Y para ser una pandilla de fracasados, sus cifras hablan de éxito. A un año de iniciadas estas conversaciones informales de derrotas, ya cuentan con el patrocinio del Museo del Juguete Antiguo México, que alberga los encuentros el segundo jueves de cada mes, Femsa, Cerveza Indio, organizaciones como Factual y We Are Todos y algunas otras como Bugs and Plugs, 6pm Films y Método Click.

Las Fuck Up Nights, en sus inicios en el colectivo We Are Todos.

 

Crónica de una noche de fracasos

Pese a ser una noche lluviosa, los entusiastas del emprendimiento se dieron cita en el Museo del juguete Antiguo para escuchar el relato de los fracasados más exitosos. Alrededor de 250 personas a las ocho y media de la noche ya estaban congregadas bajo una lona que guarecería sus historias de la amenaza de tormenta.

Juan Carlos Escalante, presentador standupero –proveniente del inglés stand up comedy, comedia en vivo- fue el encargado de presentar a los losers en cada uno de sus relatos. Diseñador egresado de la UAM y comediante por elección propia, fue el primero en dar vida a las charlas. “Un comediante y un emprendedor tienen mucho en común: los dos son un poco un pend... con iniciativa” comentó entre las carcajadas del auditorio para dar paso al primer proyecto que salió del clóset de los números rojos.

 

a) Enrique Jacob Rocha hoy en día es el encargado de echar a andar la máquina del emprendedurismo en nuestro país al ser la cabeza del Instituto Nacional del Emprendedor. Sin embargo, hace más de treinta años era un joven entusiasta de los negocios. Estudiante de economía en 1980, junto con un amigo decidió incursionar en el terreno de la construcción.

Con cierto esfuerzo, según indicó, consiguieron un terreno para arrancar su negocio y con ayuda de familiares y amigos compraron maquinaria y un camión para llevar el producto a las construcciones. En aquéllos años, decidieron ser el proveedor de materiales para la construcción de la Central de Abasto en Iztapalapa, pero ellos estaban situados en Naucalpan, por lo que las dificultades de transportación se hizo menester. “Hubo una serie de malas decisiones por parte de Francesco (su socio) y un servidor” dijo el funcionario ante el público.

Y aún cuando las circunstancias económicas en la época eran favorables (la economía crecía a ritmos de cerca del 8% anual y con mucha producción en el área de la construcción) el emprendimiento de Jacob terminó en el fracaso. “No supimos aprovechar esta circunstancia, ponerla sobre la mesa y negociar” señaló. “A partir de entonces decidí dedicarme a la política y aquí estoy” bromeó el presidente del Inadem al finalizar su participación como -quién lo diría- un fracasado en su momento.

 

b) Nacido como el quinto hijo de una familia de cinco hermanos, Álvaro Rego entendió a temprana edad que el trabajo sería quien le abriría las puertas. “A los 26 años encontré una pequeña burbuja en la economía mexicana y Citi Bank me otorgó un crédito por cientos de miles de dólares justo dos meses antes de la devaluación” indicó tras el murmullo de sorpresa del público.

Dedicado al trabajo, fundó uno de sus sueños: la revista Matiz, que se dejó de editar luego del número 20 pero que generó varios seguidores de culto en el mundo del diseño, ya que publicaba los trabajos de los creativos diseñadores mexicanos.

“Ninguno de los que ahí trabajaban quería hacer trabajo comercial, que era el sustento de la revista y llegó un momento en que me fui a San Francisco como el invencible y me dio influenza”. A su regreso al país, tuvo tres paros cardíacos, terminó con un marcapasos mal colocado y tras tres meses de hospitalización, la empresa que fuera valuada en seis millones de dólares ya no valía nada.

En el proceso fue robado por sus propios colaboradores, terminó sin un peso en la bolsa y regresó a casa de sus padres. “Después de eso, pensé que podía hacer lo que sea, ya había llegado tan abajo que ya sólo había camino hacia arriba”. En ese entonces rescató, entre penurias económicas, un viejo edificio en el centro histórico que ahora es el Museo Mexicano del Diseño (Mumedi) “pero de ese no les voy a platicar porque ese no es un Fuck Up” finalizó.

 

c) NuFlick vio la luz tras un Startup Weekend en la Ciudad de México y el pasado 2 de septiembre la empresa anunció su cierre tras haber recibido financiamiento de Mexican V.C. y que se pensó como una plataforma para ver películas de desarrollo independiente en internet.

“Pensamos que íbamos maravilloso y estábamos creciendo y que todo iba muy bien” señaló Fernando Boyzo quien fue fundador y relató su Fuck Up. Luego de volar a San Francisco y presentar su proyecto en Silicon Valley. Pero tenían que regresar al demo day a comprobar sus logros. “No habíamos logrado nada y dos meses antes estábamos preguntándonos qué habíamos hecho” pues para entonces no tenían usuarios ni grandes ingresos.

Sin embargo, la noche previa al demo day, de madrugada en Estados Unidos, uno de los socios dejó una carta anunciando que abandonaba el barco de NuFlick. “Ya no puedo, ya no aguanto y no me busquen” contó Boyzo sobre el contenido de la misiva, con lo que de la noche a la mañana la startup se quedó sin desarrollador. Eventualmente encontraron un programador que accedió a trabajar aún cuando ya no había recursos y sobrevivían de los recursos de Family, Friends and Fools.

Con ese nuevo impulso, NuFlick fue aceptado en el programa de Startup Chile, con lo que dos socios se fueron a Sudamérica, salvo Fernando Boyzo, quien permaneció en México. “La distancia hace que las cosas sean mucho más complicadas y quedarme solo y tener que hablar por Skype era muy complicado”. Dos días antes de cerrar el trato para obtener más capital, la inversión se cayó.

“¿Esto es lo que queremos? ¿Queremos seguir sobreviviendo? La idea de hacer NuFlick era pasarla bien” dijo Boyzo al contar su historia de fracaso, cuya herida sigue abierta, pues han pasado sólo diez días. Sin embargo, para este emprendedor, él se fue por la puerta grande, pues cambiaron la industria de distribución por internet en nuestro país, según indicó al terminar su Fuck Up.

 

Irma González, campeona de lucha libre en México. 

d) Mejor conocida como “La Novia del Santo”, Irma González pasó 56 años de sus más de 70 de vida arriba de un ring, siendo campeona de la lucha libre en México y realizando giras por más de 15 países como líder de este deporte.

Pero para llegar a derrotar al contrincante, tuvo que pasar por una historia de fracaso. Proveniente de una familia con tradición circense, Irma estaba destinada a seguir los pasos de acrobacia de su padre. “Empecé a trabajar en el circo desde los cinco años y veía a mis hermanos que hacían acrobacias y yo quería hacer eso” comentó con la voz de los años de su experiencia.

Pasó un mes intentando hacer acrobacias, hasta que una mujer le infundió desconfianza. “Niña, no hagas eso... ¡te puedes matar!” le dijo a la pequeña que se iniciaba en el mundo del circo y se montaba en escaleras para hacer malabares. “En la noche ya no pude... hubo un momento en que me quedé agazapada en las alturas con un miedo que me hizo bañar a mi papá...” contó la luchadora al público atento a su relato.

Esa anécdota no pasó a mayores, pues se dedicó a desarollar otros actos; pero meses más tarde, el circo de su familia se quemó. “Nos quedamos de brazos cruzados y nos vinimos a la ciudad con mi abuelita”. Nueve hermanos más los padres llegaron a una casa en la Ciudad de México, donde conoció a “La Dama Enmascarada” una vecina que la invitó al mundo de la lucha libre cuando contaba con trece años. Lo siguiente fue una historia de éxito que devino en más de medio siglo de victorias en el ring.

 

e) Un teatro sin público es como un banco sin dinero. Eso lo sabe bien Marisol Gasé, actriz fundadora del Festival de Cabaret y socia del Teatro-Bar "El Vicio", uno de los foros de teatro de cabaret más importante de Latinoamérica. Sin embargo, no todas las puestas en escena tienen aplausos de por medio.

“En México no estamos educados para actuar en compañía y saber que juntos somos más fuertes, empezando por la escuela de teatro” señaló Gasé al recordar que desde sus épocas escolares ya peleaba de forma individual por un papel protagónico.

Al finalizar sus estudios, con un par de compañeras decidieron crear su primera compañía de teatro con un nombre poco afortunado para el medio artístico: Amor con Barreras fue el esfuerzo de las tres emprendedoras teatrales quienes en sus primeras funciones contaban con un auditorio formado por aproximadamente nueve personas: los novios y las mamás de las actrices. Así nació el proyecto que hoy se conoce como "Las Reinas Chulas".

Tras varias funciones de desavenencias tratando de impregnar sentido político y social en cada una de sus obras de cabaret, trabajaron intensamente para sacar sus puestas en escena y heredaron de Liliana Felipe y Jesusa Rodríguez el Teatro Bar antes conocido como “El Hábito” y que actualmente es espacio donde se desarrolla el Festival de Cabaret que ya va en su onceava edición y que, con mucho trabajo, ha salido adelante entre el gusto de su público.

 

Perder una batalla, no la guerra

Dicen que del fracaso se obtienen las mejores enseñanzas y para estos emprendedores, así ha sido, pues han logrado replicar estas reuniones en varias ciudades de México y otras dos en el extranjero: Puebla, Tijuana, Monterrey, San Francisco en Estados Unidos y San Sebastián, en España. A decir de Pepe Villatoro, quien también forma parte de la experiencia esto sucedió “Sin paradigmas de pensar expandirnos a otros países o a otras ciudades; ha sucedido porque la gente lo ha querido hacer” indicó.

Y ahí no para, porque de las reuniones, pretenden que la pérdida de uno sea ganancia para otros, según lo explicó Juan López. “Desde capitalizar la información que se genera, una publicación, un e-book y mudar la experiencia a otros medios” indicó.

Y es que ver un proyecto perdido puede ser el final para muchos y el inicio para otros, quienes ven en el fracaso no sólo la oportunidad de aprender, sino de forjar un imperio tras una derrota en la pelea por emprender.

Los "fracasados" al final de su noche de relatos. Foto: Darinka Rodríguez.

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