Lo mejor y lo peor

Como muy pocas veces en la historia, la confluencia de dos fenómenos naturales (Manuel e Ingrid) quitaron las caretas de correcto según las convenciones sociales y muestran lo mejor y lo peor de los mexicanos.

De ninguna manera Acapulco es la ciudad más afectada por Manuel. Atoyac, Chilpancingo y algunos otros puntos de Guerrero sufrieron peores inundaciones, deslaves y tragedias humanas, algunos de ellos sólo logran escuetas menciones en los comunicados oficiales.

Sin embargo, el puerto se convirtió en un reflector excesivamente potente, del que se tratan de sacar conclusiones que no aplican ni para todo ese estado ni mucho menos para el país.

Paulina y algunos otros huracanes han sido mucho más devastadores para Guerrero, pero no se complicaron porque afectaron mayoritariamente a los locales. En esta ocasión el puerto tenía una gran cantidad de turistas (no estaba al tope porque algunos temieron bloqueos de maestros de la CETEG y otros por lo malo del clima) originarios de la Ciudad de México, muchos de los cuales son propietarios de viviendas que adquirieron recientemente en el boom de la construcción de las últimas dos administraciones.

La zona de Punta Diamante en Acapulco ha crecido a proporciones escalofriantes durante la última década. Prácticamente todo el camino a Barra Vieja se ha llenado de construcciones y la zona aledaña al aeropuerto de Acapulco ahora están pletóricos de grandes edificios habitacionales que fijaron luces increíblemente potentes hacia autoridades estatales y municipales corruptas; constructores como GEO, Homex e Urbi que vendieron básicamente promesas falsas. Hoy muchos de estos desarrollos comienzan a mostrar los bajísimos estándares de construcción con los que fueron edificados.

Desgracias

La gente que vive en colonias como Luis Donaldo Colosio, la Marquesa, Agua Azul, en Acapulco están acostumbrados a que prácticamente todos los años sus colonias se inunden, sean víctimas de actos de rapiña y una situación similar a la que están viviendo.

La manera en que enfrentan esta tragedia corresponde claramente a las virtudes y defectos del carácter dominante de la mayoría de los acapulqueños. Rápidos para aprovechar las circunstancias y sacar provecho de ellas. De ahí, actos de rapiña, venta de falsas esperanzas y hasta propalar mentiras con la intención de saquear.

Hoy los turistas se han convertido en el peor problema. El grado de exigencia de, por ejemplo, quienes ayer cerraron la costera Miguel Alemán porque dicen que no se les saca suficientemente rápido muestra la gran desconsideración de amplios sectores en las clases medias y altas de la sociedad.

La zona de Punta Diamante es un microcosmos sumamente interesante, puesto que no sólo se encuentran algunas de las mejores viviendas del puerto sino porque en una zona de aproximadamente tres kilómetros cuadrados está bloqueada.

De la zona del hotel Princess hasta el miércoles no podía pasarse. Hoy se espera que se pueda salir por la carretera hacia Tierra Colorada y de ahí por un libramiento hacia Chilpancingo y a la Ciudad de México. Después del aeropuerto, que sigue inundado, no podía salirse.

La mayoría de las tiendas de conveniencia como Oxxo y Extra han tenido que cerrar sus puertas. Las historias de los vendedores que se han mantenido algunas veces llegan a la tragedia como el dependiente de un Extra, que además carece de la mano derecha, que ayer estaba próximo a cumplir una semana sin salir de la tienda.

En Chedraui Selecto se han vivido escenas difíciles de creer. Gente supuestamente educada y sin mayores necesidades enfrentándose a golpes e insultos con los vendedores, quienes desde el mismo lunes comenzaron a racionar el número de clientes que pueden entrar para evitar actos de rapiña, antes de que lo hicieran llegaron a tener filas de 50 personas por caja. Hoy, la Policía Federal tiene el control de los accesos a ésta, que es una de las pocas tiendas que no sólo están en la zona sino que, además, tienen productos.

El Costco que se encuentra en Bulevar de las Naciones tuvo que ser protegido por elementos de la Marina y del Ejército ante el saqueo que realizaban personas aprovechando al tragedia.

Es de destacar que la acción de las fuerzas federales se encuentra en niveles de excelencia, puesto que han ido mucho más allá de la línea del deber en todos los sentidos. El equipo de Manuel Mondragón y Kalb no puede ser descalificado desde el centro por analistas que dicen que les sorprendió la tragedia distraídos con el tema
de los maestros.

Curiosamente son los mismos que pedían a las fuerzas federales que pasaran a la acción en contra de la violencia de los maestros de la CNTE.

La principal autoridad en Acapulco son las fuerzas federales. La imagen no podía ser más gráfica. En Acapulco es prácticamente inexistente la policía municipal y la estatal parece que sólo existe en nóminas, puesto que su ausencia es altamente notoria. Si no fuera por la decidida acción del gobierno federal, simplemente no habría ley en esa parte del país.

A pesar de los esfuerzos que han realizado todas las líneas aéreas, destacadamente Aeroméxico e Interjet, así como el Ejército, la Marina y la Policía Federal, la realidad es que es muy difícil sacar a la gente puesto que el aeropuerto sigue inundado y el problema tiene que ver con el tráfico aéreo y la posibilidad de subir pasajeros.

Ridículo

Y atrás de esta tragedia, una de las más vistosas en la historia del país, están los ridículos maratones dizque de solidaridad de los legisladores viendo qué bancada ponen más de su dieta; políticos oportunistas como el senador del PRD, Armando Ríos Piter, quienes quieren construir de la tragedia su camino a Casa Guerrero.

Los políticos gritan, a voz en cuello, que deben ser sancionados los responsables de esta tragedia. A quién van a culpar. ¿A los que construyeron mal la Autopista del Sol en la década de los noventa? ¿A los gobernantes estatales y municipales que permitieron la construcción de viviendas sin ampliar la infraestructura urbana?

La realidad es que una vez rescatados todos los visitantes o habitantes ocasionales en este puerto, abriendo la Autopista del Sol y con la siguiente nueva tragedia nacional el asunto será olvidado o recordado como una anécdota.