José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

24 Sep, 2013

¿Qué le pasó a BlackBerry?

En México las BlackBerry tuvieron fuerte aceptación, sobre todo en el mundo empresarial y político, donde temían ser presa del espionaje industrial o político. Este tipo de mercado utilizaba las BlackBerry para mantener su confidencialidad. Pero no sólo era el segmento empresarial y político; también el consumidor final en México le seguía teniendo cierta lealtad a la marca canadiense por haber sido la primera con teléfono inteligente o con agendas electrónicas. Sin embargo, a escasos cinco años de haber estado en la cima, ahora la marca canadiense es vendida y tiene que despedir a cuatro mil 500 personas a escala mundial.

En NASDAQ vale menos que las demás

Vamos al mercado de valores. Veamos cuánto vale BlackBerry frente a otras compañías que cotizan en la bolsa de valores del mercado electrónico Nasdaq.

Mientras la canadiense BlackBerry tiene un valor de mercado de 4.6 mil millones de dólares, Apple alcanza nada menos que 445.72 mil millones de dólares. Ni se diga Sierra Wireless, con un valor de 436.70 mil millones de dólares.

Si queremos ver cuánto terreno perdió o dejó de ganar BlackBerry al valer 4.6 mil millones de dólares, la podemos comparar con una empresa que también estuvo en la cima de los teléfonos celulares, con Nokia, que vale 24.98 mil millones de dólares.

Ya ni se diga frente a Microsoft, con un valor de 272.2 mil millones de dólares. O incluso Amazon, cuyo precio de mercado actual se encuentra en 142.3 mil millones de dólares.

BlackBerry, perteneciente a RIN, dejó de crear valor.

Plataforma cerrada, diferencia de Android

El pecado de BlackBerry fue convertirse en una plataforma cerrada, a diferencia de Android, de Google, que se encuentra en varias marcas de teléfonos. Según la consultora Gartner, en México, durante el segundo trimestre Android tuvo una enorme participación de 79% del mercado. Le siguió iOS, de Apple, con 14.3 por ciento. En tercer lugar fue el sistema de Microsoft y en cuarto, el de BlackBerry, con apenas 2.7 por ciento.

BlackBerry tuvo una estrategia fallida. Confió en su sistema operativo y no lo abrió a otros, a diferencia de Android, que es totalmente abierto.

Pero también se equivocó, a nivel mundial, en una estrategia de dedicarse a las empresas, no al consumidor final.

Al último parecía que iba a cambiar. En México llegó su último teléfono inteligente, el Z10, y hace poco presentaba su próximo modelo el Z30.

Fue tarde.

Afecta a México

Hoy BlackBerry tiene una oferta de compra por 4.7 mil millones de dólares de uno de sus inversionistas (Fairfax Financial Holdings, una empresa aseguradora canadiense). No es despreciable, pero tampoco hay premio para sus accionistas, ya que hoy en día la empresa se cotiza en 4.6 mil millones de dólares. Y debe despedir a 40% de su nómina mundial (cuatro mil 500 trabajadores).

Es lamentable la crisis de BlackBerry en México, pues aquí es donde se han creado sus últimos teléfonos. De hecho, el modelo Z10 es producido en México, en Jalisco. Según la Cadena Productiva de la Electrónica, denominada Cadelec, la producción de celulares BlackBerry era de 31.4 millones de unidades en 2009, y bajó a 16.5 millones al cierre de 2012.

Sin duda la noticia es mala para nuestro país y muestra que el nombre del juego es abrirse a las demás plataformas.

Entre Cuauhtémoc y Lozoya

Cuauhtémoc Cárdenas se presentó con legisladores y su postura sigue siendo sí a cambiar a Pemex, en lo que se pueda, pero sin tocar los artículos 27 y 28 constitucionales.

Cárdenas tiene sus razones. Considera que el cambio constitucional abriría las puertas al capital extranjero.

Sin embargo, los modelos latinoamericanos exitosos, como el colombiano (Ecopetrol) y el brasileño (Petrobras), han permitido la entrada de capital privado, nacional y extranjero, y el Estado ha salido ganando.

En dicho contexto, fue interesante ver a Emilio Lozoya, director de Pemex, salir a mencionar que Pemex necesitará de 60 mil millones de dólares cada año durante la próxima década, para poder desarrollar su potencial.

Obviamente esos 60 mil millones de dólares de inversión anual, Pemex no los tiene. Necesita la competencia privada.

Sólo que el diablo está en los detalles. Se necesitan reglas muy claras, con base en los contratos, para que el Estado salga beneficiado.

Ahí están las necesidades de Pemex en Chicontepec, en gas shale, y en refinación. Según los cálculos de Pemex, si la empresa tuviera más libertad empresarial de reinversión, ni siquiera así contaría con los recursos necesarios.

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