David Páramo

Análisis superior

David Páramo

26 Sep, 2013

En el limbo

Sería bueno que los promotores de la llamada reforma a las telecomunicaciones le explicaran a la sociedad qué se reformó con estos cambios a la Constitución.

Con una clase política particularmente proclive a usar cada vez palabras más y más rimbombantes para justificar su trabajo o tratar de apantallar a los electores, es necesario volver a dar un verdadero valor a las palabras.

Ahora cualquier modificación legislativa es llamada reforma y, como demuestra la experiencia, no se cambia absolutamente la forma de nada. En 2008 se vendió como reforma energética una serie de modificaciones que, a decir, los partidos que mayoritariamente las aprobaron (PRI y PAN), han sido rebasadas al grado que se tenga que hacer, ahora sí, otra reforma energética, la cual es rehén del capricho del PAN, encabezado por Gustavito Madero, que quiere antes una reforma política, cualquier cosa que eso sea.

Lo que quieren los del PAN es resolver un tema que sólo les interesa a los partidos políticos y no a la sociedad. Es de esperar que PRI y PVEM dejen pasar esta reforma para ver si hacen, ahora sí, la madre de todas, la reforma energética que, a no dudar, requerirá otra reforma en unos pocos años más.

Hoy hay quienes dicen que se requiere una nueva reforma laboral cuando la que se aprobó con bombo y platillo hace menos de un año no sirvió para nada.

Inmovilidad

Ayer documentamos en este espacio que en las antípodas de eliminar monopolios en el sector de telecomunicaciones y aún antes de la elaboración de las leyes secundarias, quedó claro que en el sector de la telefonía fija y móvil habrá una mayor concentración que, además, con el nuevo título de concesión podría convertirse también en el monopolio o, casi, de la televisión de paga.

Hay temas puntuales que hoy se encuentran en tierra de nadie en telecomunicaciones que han requerido la intervención no sólo del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, sino ayer mismo del subsecretario de Comunicaciones de la SCT, José Ignacio Peralta.

Como le hemos informado oportunamente, el conductor de la política interna pidió a MVS que no subiera las señales abiertas de Televisa y de Televisión Azteca al sistema Dish en tanto no fuera definido por el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Durante los últimos días ha corrido la versión, con muy pocos argumentos, de que el gobierno federal está a punto de llegar a un convenio con la empresa de la familia Vargas a través del cual les devolverían la banda de 2.5 MHz (rescatada por la administración pasada ante la falta de acuerdo sobre la contraprestación que debe recibir el Estado) sin dar mayores argumentos.

Peralta hizo una declaración que, de entrada, podría parecer inocente o sin mucho fundamento; sin embargo, manda un muy poderoso mensaje para atemperar a los que se quieren pasar de listos aprovechando que el IFT no acaba de nacer.

Dijo que la SCT hace todos los trabajos necesarios para pasar los expedientes del sector de las telecomunicaciones al instituto que preside Gabriel Contreras y sea el que decida en temas como must offer-must carrie y el tema de la banda de 2.5 MHz.

Así las cosas, ayudó a precisar que la interpretación que hace convenientemente MVS sobre la participación de mercado en TV abierta no es válida hasta que no lo determine el IFT y no se está cerca de ninguna clase de acuerdo sobre la banda que fue rescatada por el gobierno federal.

Desesperanza

Aun cuando esta puntualización del subsecretario de la SCT podría despertar esperanzas entre algunos participantes de las telecomunicaciones, mejor deberían moderar su optimismo.

Los plazos muy cortos en los cuales se tienen que definir temas como las disputas de interconexión, el llamado apagón analógico y la licitación de un par de cadenas de televisión genera una gran presión a los nuevos comisionados para que hagan las cosas de una manera que los miembros del Pacto por México deberían considerar como equivocada.

Con furia pocas veces vista, acompañada de un gran desprecio profesional para los comisionados de la Cofetel (dicho sea de paso, algunos como Mony Sacha de Swaan, lo merecían) los iluminados que hicieron la reforma a las telecomunicaciones decidieron no sólo deshacerse de los comisionados sino de todo el instituto.

Es fácil hacer una línea. Si tomaron esta decisión es porque sencillamente consideraban que no funcionaba ni la Comisión ni quienes la encabezaban (este mensaje se ratificó cuando ni el presidente ni Gonzalo Martínez Pous, comisionado, fueron considerados en el grupo del que se tomó la selección) entonces no deberían seguirse los mismos caminos.

Sin embargo, Fernando Borjón, quien es uno de los pocos comisionados del IFT que ha hecho declaraciones públicas, adelantó que para la licitación de las cadenas se usará el modelo aprobado en su momento por la Cofetel.

Es importante recordar que este mecanismo fue fuertemente cuestionado no sólo por las empresas sino también por algunos de los comisionados, quienes no sólo estaban convencidos de que no era el mejor camino sino que, además, no consideraba una buena parte de la experiencia internacional.

Si las cosas se hacen como dice Borjón, pues bien valdría la pena preguntar si se van a seguir haciendo las cosas en el IFT como lo hacía la Cofetel ¿cuál reforma?

Desperdicio

La secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, anunció que para reactivar el turismo en Acapulco la dependencia a su cargo lanzará una campaña de promoción.

Sin lugar a dudas se trata de dinero tirado a la basura. Los problemas de Acapulco no pasan por una campaña de publicidad, sino por un programa efectivo de limpieza, seguridad pública y reactivación económica.

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