David Páramo

Análisis superior

David Páramo

27 Sep, 2013

GEO y los fundamentos

Uno de los errores más comunes que cometen los empresarios que caen en problemas de pago es creer que lo van a superar con campañas de relaciones públicas, largas reuniones con los acreedores y simples ilusiones.

En realidad, los problemas de impago se solucionan de una manera muy sencilla: pagando. Si no hay para pagar, vendiendo activos. Si no hay activos que vender, cediendo participación accionaria y así la cadena que pasa por el Concurso Mercantil y de ahí a la quiebra.

Seamos claros. Es comprensible que los empresarios pretendan mantener sus compañías y hacer que sean otros quienes asuman el sacrificio de los errores que cometió la administración de la empresa.

Parten de la base, bastante absurda, de que los acreedores ya ganaron al prestarles dinero o que tienen muchos recursos; sin embargo, la realidad es que el negocio de los bancos es captar dinero del público inversionista y maximizarlo mediante el otorgamiento de préstamos (de esta intermediación obtienen utilidades para sus accionistas que es el fin de cualquier empresa). Así que una condición fundamental es prestar con buenas posibilidades de recuperar el dinero junto con los intereses pactados.

Lo mismo sucede con los intermediarios financieros que compran bonos emitidos por las empresas. Son recursos de sus clientes y, por lo tanto, no sólo deben garantizar su recuperación sino, además, que haya una rentabilidad razonable.

Hay quienes, no sólo entre los orates que siguen a Andrés Manuel López Obrador, que lo confunden con el agiotismo y a los tenedores de bonos les gusta llamarlos buitres como si fueran carroñeros cuando lo que hacen es proteger los recursos de quienes confiaron en ellos.

Por ejemplo, quienes tienen bonos que vencerán en unos días más y que es prácticamente imposible que GEO lo cumpla, compraron el papel porque estaba garantizado con la venta de casas a través del Infonavit y de ahí que pareciera una operación razonable para los tenedores de bonos que, además, los colocaron entre los clientes.

En los últimos días Luis Orvañanos y los de GEO han contado a todos quienes los quieren escuchar que las negociaciones con los acreedores fueron muy intensas y que, como se trató de una “encerrona” muy larga tienen las mejores esperanzas.

Pueden ilusionarse tanto como quieran, pero ni los acreedores ni los tenedores de bonos le van a regalar dinero a los dueños de esta empresa. Sus accionistas y ejecutivos deberían estar más ocupados en recuperar la viabilidad de la constructora que en seguir tirando rostro.

Hartan

Cada que los líderes sindicales de la aviación, particularamente de sobrecargos y trabajadores de tierra, calculan que la juez Edith Alarcón está por decretar finalmente la quiebra de Mexicana de Aviación, declaran que apareció un nuevo inversionista.

En no pocas ocasiones se ha tratado de la misma persona, representante o grupo bajo un membrete diferente, pero con la misma condición: no tiene dinero. Los líderes aseguran que este grupo ya tiene todo listo para la capitalización y una historia que se repite prácticamente hasta el vómito.

Según Miguel Ángel Yúdico, hay dos grupos interesados y prácticamente ya es un hecho que alguno de ellos logrará que la empresa “vuelva a surcar los cielos de México y el mundo” o algún otro cursi lugar común.

Ante esta reiteración de hechos, vale la pena preguntar ¿qué ganan los líderes sindicales con estas actitudes? En el caso de los sobrecargos, reconocer que perderán algo así como 50% de sus agremiados y, por lo tanto, tendrían que perder una buena parte de su comité ejecutivo que está integrado por sobrecargos en el limbo laboral.

Para los trabajadores de tierra el asunto es similar, quieren seguir manteniéndose como un sindicato grande. Curiosamente, ellos tienen muchos menos problemas, puesto que al seguir operando la base de mantenimiento MRO, el único activo con valor de la línea aérea, y que al SNTTTAS le sigue generando cuotas.

A los trabajadores no les sirve absolutamente de nada puesto que siguen sin poder cobrar la liquidación que marca la ley a cambio de una esperanza ridícula que luego de tres años podrá regresar a operar esta línea aérea. Dicho sea de paso, la oferta más generosa de rehabilitar la línea aérea decía que uno de cada diez trabajadores podrían encontrar un lugar en la nueva Mexicana de Aviación.

También ganan Gerardo Badín, Fernando Perfecto y otra serie de individuos que siguen cobrando salarios verdaderamente elevados para la condición de la empresa y lo que hacen (algunos superan los 150 mil pesos) por supuestamente administrar la quiebra.

Mientras esto sucede, algunos esperan que la juez que lleva el Concurso Mercantil determine en los tres primeros días de octubre el porvenir de la línea aérea.

Apoyo

La iniciativa hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto tiene una intención clara de redistribución, en la cual quienes más ganan hagan mayor aportaciones con la intención de liberar recursos a favor de los más pobres.

Las iniciativas fiscales no son populares y prácticamente hasta hoy no se han escuchado voces a favor, de hecho legisladores como Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa criticaron fuertemente la intención de cobrar IVA en las colegiaturas. Esta misma semana el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pidió cambios fundamentales en el régimen fiscal para las maquiladoras.

Ridículo

Indignante la posición del PRD en los foros de la reforma energética. El único de los que ellos propusieron que no asistió fue Andrés Manuel López Obrador porque en su esquizofrénica imaginación la iniciativa ya está pactada y él sólo quiere debatir con Enrique Peña Nieto: Como si el perredista fuera un mexicano de excepción.

Se levantaron de la mesa quejándose de falta de equidad y fueron seguidos por los berrinchuditos del PAN. Aseguran que este lunes, ahora sí recomenzarán. Que ridículo.

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