Banxico y SHCP, por caminos diferentes

Banco de México remó desesperadamente desde marzo de este año bajando la tasa de interés para darle aire a la economía, al mismo tiempo que la Secretaría de Hacienda porque no pudo o no quiso, metió el freno con el rezago en la ejecución del gasto público.

Lo que esto indica es que las dos instituciones que manejan la economía en el país, Banxico y Hacienda, han trabajado con distinto rumbo en lo que va de este año.

En realidad, Hacienda ha ignorado los esfuerzos del Banco de México que en marzo bajó la tasa de referencia de 4.50 a 4.00 y que apenas la semana pasada la volvió a bajar a 3.75%.

Mientras, la Secretaría de Hacienda primero culpó a la baja actividad económica del mundo y luego a las lluvias por la caída en la actividad económica, pero no hizo ninguna corrección a la forma como se ha ejercido el gasto público en este año.

Esta diferencia de actuación es preocupante.

Las crisis económicas mexicanas tienen como telón de fondo los pleitos, diferencias y desacuerdos que se producen entre Hacienda y el Banco de México.

Las crisis económicas de México entre 1975 y 1994 se produjeron siempre en medio de los desencuentros entre esas dos instituciones y, hasta la autonomía de Banxico en 1995, por el uso del Banco de México como caja chica del gobierno.

De hecho, la primera gran crisis de la época moderna de México, la de 1975, se gestó cuando el Presidente de la República anunció que “la política económica se maneja desde Los Pinos”.

El acuerdo entre el Banco de México y Hacienda es fundamental, ya que el primero maneja la política monetaria (tasas de interés, dinero en la economía), en tanto la segunda maneja la política fiscal (ingresos y gasto públicos).

Cuando ambas políticas no están coordinadas, la crisis es inevitable.

Por el contrario, el regreso del país a la estabilidad macroeconómica estuvo acompañado por el acuerdo entre Banxico y Hacienda.

Los episodios del desencuentro actual apenas se han visto, pero existen:

El 9 de septiembre, Jesús Alberto Cano Vélez, presidente de la Federación de Colegios de Economistas, director general de Hipotecaria Federal y uno de los hombres de confianza del actual gobierno, pedía en su columna del 9 de septiembre publicada en este mismo diario, “una política monetaria congruente para acompañar la probablemente audaz reforma hacendaria en proceso de gestarse”.

En la Junta de Gobierno del 24 de septiembre, en la que se bajó de 4 a 3.75% la tasa de referencia, los miembros de la Junta de Gobierno dijeron que una de las razones de la caída en la actividad económica es “el menor gasto de inversión pública en los primeros meses del año” y “el rezago en la ejecución del gasto público”.

La Secretaría de Hacienda contestó con un boletín de prensa el 27 de septiembre en el que afirma que otra razón para la caída en la actividad económica son las lluvias que obligan a bajar la estimación de crecimiento de 1.8 a 1.7% para este año y lo que es inusual, incluyen un aumento en la estimación de la tasa inflacionaria.

Es decir, Banxico critica la baja en la actividad económica y Hacienda revela que habrá mayor inflación.

Golpes que el gran público no ve, pero que ahí están.

Estos desencuentros afectan sin duda alguna las  expectativas que se tienen sobre el futuro de la economía mexicana, que se han venido deteriorando en la medida que los especialistas observan esta divergencia de opiniones, que las reformas son tímidas e insuficientes y que no hay decisiones del Ejecutivo para corregir el frenón que se dio en el primer semestre del año.

Hoy por hoy, los pronósticos oficiales dicen que la economía crecerá 1.7% anual; los analistas ubican el crecimiento más abajo y para 2014, mientras la SHCP prevé un 3.9%, Banco de México apenas prevé una leve recuperación.

El salto al pasado parece no estar sólo en la reforma energética, sino en los desencuentros entre Banxico y Hacienda que fueron comunes durante décadas.

Hasta el próximo lunes con nuevas… PERSPECTIVAS.