Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

1 Oct, 2013

Impuestos verdes subirán pasaje de avión

Como le comentaba la semana pasada, durante la 38 Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), celebrada en Montreal, Canadá, el tema de los impuestos verdes fue central en la discusión entre los representantes de las aerolíneas y reguladores del sector.

Lo ahí expuesto deja claro que hay diversas consideraciones para el mismo tema. Las posturas de cada uno de los países presentan una gran varianza, con igual dispersión de resultados.

Por un lado, las que gravan únicamente a las empresas que emplean combustibles fósiles, y, por otro lado, los que tienen un esquema de responsabilidad conjunta que cobra también al que produce y vende este tipo carburantes.

La reforma hacendaria presentada por el gobierno federal dio por iniciado este debate en México, pues se propone el cobro de un IEPS de 18.17 centavos por litro de turbosina.

La introducción de este impuesto podría desincentivar el uso de combustibles a base de carbono, tal como se enseña en las clases de economía cuando se habla de externalidades negativas para ciertas actividades económicas, aunque en este caso hay algunas otras consideraciones. Me explico.

El aumento en el precio de la turbosina afectaría la estructura de costos de las aerolíneas, quienes a su vez trasladarían este impacto directamente a los pasajeros, encareciendo el precio del boleto de avión —tanto para los pasajeros de negocios como para los ciudadanos que aún pueden tomar sus vacaciones en Semana Santa o verano—. Afectada la oferta del mercado, se provocaría una disminución en la cantidad de viajeros.

Esto se traduce en una caída en el uso del servicio de transporte aéreo, con lo cual se estaría desincentivando este medio de transporte por ser contaminante. Hasta aquí, todo es impecable desde el punto de vista técnico.

Déjeme agregar un dato que creo que el equipo de la Secretaría de Hacienda, de Luis Videgaray, está omitiendo y que los directores generales de las aerolíneas nacionales le recordaron a la autoridad en una carta enviada el 23 de septiembre.

La flota de aviones en México ha tenido una drástica caída en los últimos años, con lo cual se ubica entre las más jóvenes del mundo.

Le doy una cifra. La edad promedio de los aviones en México es de 11 años, y la tendencia seguirá siendo a la baja en la próxima década, derivado de los pedidos de 220 aviones nuevos y menos contaminantes, mientras que en Estados Unidos la edad supera los 15 años, y ni qué decir de Europa.

De ahí que Aeroméxico, de Andrés Conesa; Interjet, de José Luis Garza; Volaris, de Enrique Beltranena; VivaAerobus, de Juan Carlos Zuazua, y Aeromar, de Fernando Flores, concluyen que el objetivo de la propuesta es simplemente recaudatorio y le pondrá una camisa de fuerza adicional al ya de por sí inflexible costo de la turbosina, cuyo único proveedor sigue siendo Aeropuertos y Servicios Auxiliares, que le mete una comisión, porque se la compra al único productor, que es Pemex, de Emilio Lozoya, que a su vez no puede entregar gasavión o turbosina de calidad verde.

De hecho, el actual director de ASA, Gilberto López Meyer, sí tiene buena memoria; recordará que Aeroméxico e Interjet tuvieron que consumir, y a un costo impresionante, el combustible que se produjo con jatrofa para mostrar que México tenía una política de combustibles verdes, que ni existe ni existió. De ese tamaño es la incongruencia, porque el incremento pasará directamente al precio del pasaje, y súmele los derechos… Mejor permitan el cabotaje, ¿no?

De Fondos a Fondo

¿Quién falta en la CFCE? El pasado día 10 de septiembre de 2013, el Senado ratificó a los candidatos a la Comisión Federal de Competencia Económica, cuyo pleno preside Alejandra Palacios, exceptuando a Luis Alberto Ibarra Pardo, quien fue el único comisionado en funciones que fue designado por el Presidente de la República como candidato a formar parte de la nueva comisión pero que encontró el peor fuego in house que hemos visto.

El Presidente elegirá de entre los integrantes de la lista su segunda propuesta, que, de ser rechazada en el Senado, le dará la facultad de designar al comisionado faltante de entre los candidatos restantes, sin el requisito de ratificación por parte del Senado.

Excluyendo a Ibarra y también a Ernesto Estrada, pues se integró al pleno del IFT, serían tres los candidatos para la selección presidencial: 1) el doctor Luis Enrique Landa Fournais, doctor en economía por la Universidad de Georgetown y actual asesor del presidente del Inadem, Enrique Jacob; 2) el doctor Eduardo Martínez Chombo, doctorado en economía por la Universidad de Rice, Houston Texas, y director general de Proyectos de Resoluciones y Acuerdos B de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (asesor del comisionado económico en la extinta Cofetel), y 3) el doctor José Eduardo Mendoza Contreras, asesor del comisionado Luis Alberto Ibarra Pardo en la antigua Cofeco.

Sin embargo, no es difícil pensar que si el doctor Ibarra fue rechazado por el Senado, su asesor, el doctor José Eduardo Mendoza, sufra la misma suerte. Así, las opciones de candidatos se reducirían a dos: el doctor Landa Fournais, economista por la Universidad Anáhuac y maestría y doctorado por la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, y quien fungió como administrador de Fiscalización de Precios de Transferencia en el SAT, y el doctor Martínez Chombo, economista por el IPN con maestría por El Colegio de México y Doctorado por la Universidad de Rice, Estados Unidos, y quien la mayor parte de su carrera profesional la tuvo dentro de las filas del Banco de México.

Los momios le dan todo al primero… ¿y usted?

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