Reforma fiscal, cautivos, y clase media

La reforma fiscal presentada por el gobierno tiene el planteamiento de buscar ser progresiva, es decir, cobrar más a quien gana más. Suena lógico en una sociedad tan desigual como la mexicana. El problema es cuando se ven los límites de ingresos de las personas físicas. Para quienes ganan más de 40 mil pesos al mes se les van a cobrar tasas de impuestos al igual que a los multimillonarios.

Clase media, por debajo de los nueve mil 441 pesos

El problema radica en la sociedad tan desigual que tenemos. La clase media en México, aunque a muchos les parezca mentira, sí es menor a los nueve mil 441 pesos mensuales.

La Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares del INEGI arroja en la media a los deciles cinco y seis de la población. En el decil cinco la población tiene un ingreso de siete mil 747 pesos mensuales. En el decil seis la población tiene un ingreso mensual de nueve mil 441 pesos.

Nuestra clase media, medida en términos de ingresos, se encuentra entre los ingresos mensuales de siete mil 747 pesos y nueve mil 441 pesos mensuales.

Y quienes llegan a ganar más de 40 mil pesos se encuentran entre la población más rica del país, en el decil diez, el 10% más rico de la sociedad.

Más de 40 mil pesos mensuales, tasa del 32%

El problema es que esos contribuyentes con ingresos mensuales de 40 mil pesos o más, tampoco pueden ser multimillonarios, pero se les cobra como tales por la pésima distribución del ingreso de nuestro país.

La población que gana más de 40 mil pesos mensuales tiene ingresos por encima de 90% restante de los habitantes del país.

Y a dicha población se le aumentará su tasa de Impuesto Sobre la Renta de 30% a 32 por ciento.

Más de 20 mil pesos, cautivos

Sin embargo, hay un dato donde quienes ganan más de 20 mil pesos (deciles nueve y diez, o sea los de mayores ingresos), sí tienen una queja bastante atendible: son los contribuyentes cautivos.

Quizá no sean clase media en México, pero medidos en términos de ingreso tampoco son población pudiente, pero lo que sí es seguro es que son contribuyentes cautivos.

La reforma fiscal no contempla como una de sus prioridades la ampliación de la base gravable, en particular de la enorme economía informal.

Apuestan a Repecos formales

Una de las razones por las cuales el IVA podía funcionar era para gravar a los informales, ya que en algún momento se acercan a la formalidad y pagan IVA. Tampoco era la solución ideal.

Lo que se propone en la reforma fiscal presentada por el gobierno de Peña Nieto, es atraer a los dos millones de negocios que están bajo la denominación de Régimen de Pequeño Contribuyente (Repecos). Se les atraería al ofrecerles servicios médicos (con sistema universal), créditos para vivienda (Infonavit) y seguro de desempleo.

Vamos a ver si ese paquete de prestaciones sociales es suficientemente atractivo para atraer a los dos millones de Repecos.

CCE ¿cuántas mesas válidas?

A los empresarios no les gustó la reforma fiscal. Siempre pensaron que la mejor reforma fiscal era vía la homologación del IVA al 16%. No fue así. El gobierno prefirió irse por la progresividad del ISR, eliminación de tratamientos especiales, y eso sí: varios IVA que han originado más ruido de lo que pueden recaudar.

Sin embargo, los empresarios deben reconocer la existencia de varios tratamientos especiales.

En lo que sí tienen razón es en varias actividades que pueden tener una desaceleración, y entonces recaudarán menos impuestos.

Sí existe un tema sectorial que debe revisarse. El obvio es el IVA en las maquiladoras de exportación. Pero hay otros sectores para analizar como el aeronáutico, donde parece que sí saldrán afectados por el nuevo impuesto al combustible. También la queja del automotriz.

Todas las quejas se están revisando en las mesas del Consejo Coordinador Empresarial. Quedan menos de 15 días para hacerlo. Pero sí se deberán diferenciar las actividades que sí gozaban de tratamientos preferenciales, de las que, en efecto, podrán verse afectadas por la nueva reforma fiscal. Y saldría peor el remedio que la enfermedad: con menos crecimiento en varios sectores, también habrá una menor recaudación impositiva.

Aquí habrá que diferenciar claramente entre sectores. No todos se cortan por la misma tijera.

Si las actividades económicas van mal se recaudan menos impuestos.