El Fonden y la transparencia informativa

WASHINGTON.– El viernes pasado, al coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente, le atribuyeron unas declaraciones relacionadas con la contratación de la cobertura catastrófica que realizó el gobierno federal, que lo hacen verse no mal, sino lo que sigue.

Sus declaraciones, retomadas por medios consignan que la póliza  del “bono catastrófico por 315 millones de dólares contratado con el Banco Mundial, solamente cubre daños por huracanes categoría 4 y 5 y, el gobierno no ha podido hacerlas efectivas porque la catástrofe tendría que superar daños por 923 millones de dólares (12 mil millones de pesos) para poder cobrarlo, por lo que fue una “inversión mal diseñada”.

Además, señaló que en el caso de los ciclones Ingrid y Manuel, que afectaron simultáneamente al país desde el 14 de septiembre, el monto de los daños no puede sumarse, porque se trata de dos fenómenos naturales diferentes, uno que se aproximó desde el océano Pacífico y otro por el Golfo de México.

En primera, el gobierno de México no contrató con el Banco Mundial y concretamente el Departamento de Desarrollo Sostenible para América Latina y El Caribe, que encabeza Jorge Ijjasz-Vasquez, ni el bono catastrófico o bono multicat colocado a tres años en el mercado de reaseguros y lo toman inversionistas sin que esté atado al Fonden, ni  tampoco contrató con el organismo multilateral el seguro por evento que sustituyó desde finales de junio, el sistema de aseguramiento “de pérdidas en exceso” con el que venía operando el Fonden (copete del Fondo), hasta principios de junio de 2013.

El Banco Mundial actuó como asesor e intermediario, con un diseño que propuso el gobierno de México. Los que extienden la cobertura son Suisse Re y Munich Re, y por ejemplo, funcionaron perfecto para la cobertura del seguro agrícola. Estas dos detentan como 65% de la póliza y el resto la tiene otras reaseguradoras de menor tamaño.

De ahí que inducir lo ocurrido con Manuel e Ingrid, dos ciclones que se convirtieron en tormenta y luego se estacionaron en la República desde dos frentes, acumulando la mayor precipitación de agua desde 1958, muestra que México no contó con la cobertura adecuada porque lo que ocurre en nuestro país no son huracanes categoría 4 o 5, o terremotos que superen 8 en la escala de Richter, es una barbaridad suprema.

Es probable que el seguro deba revisarse y mejorarse,  pero decir que el país no tiene una adecuada cobertura porque los eventos que ocurren son de menor riesgo, es desconocer, –algo grave para quien está al frente de la Prevención– cómo evoluciona el sistema coberturas financieras.

Mire los términos: “En Ginebra dejó claro a dicha institución que las mediciones con las que contaba el BM, para poder determinar el volumen de afectaciones para cobrar el primer dólar no permitían que con una misma catástrofe se pudiese hacer el cobro de las mismas”.

El nuevo contrato activa el seguro por declaratoria de desastre (evento), y en el caso de Manuel e Ingrid –sumados los eventos fue una catástrofe–, pero cada declaratoria de Cenapred y Conagua tienen que activar el seguro y, la declaratoria tiene que ser formal –no periodística– para que corra el deducible de 350 millones de pesos por evento, y si se supera esa cantidad en el evento, acuda a otra cobertura del Fonden por otros 750 millones de pesos (donde participan Federación y estados y después a la cobertura contratada por evento que equivale como a cinco mil millones de pesos.

Aquí no fue una catástrofe, sino una suma de eventos derivados de dos fenómenos meteorológicos y, lo peor es seguir desinformando.

Fonden es una gran estructura creada después de Gilberto, siempre hay que afinarlo y complementarlo con coberturas privadas, pero los costos fiscales se mitigan, no se evitan con el seguro.

De Fondos a Fondo

Finalmente, ayer se cerraron los libros de Fibra Danhos, la séptima y una Fibra muy esperada en el mercado. La calidad del equipo de administración encabezada por José Daniel Kabbaz, la gran calidad de los activos inmobiliarios y las características de la oferta que gustaron mucho al mercado, pues la demanda internacional fue fuerte, a pesar de la volatilidad que generó la nueva ola de confrontaciones verbales entre Obama y Boehner en Estados Unidos.

La oferta fue de casi seis mil millones de pesos a 26 pesos por certificado. Se coloco 50% en México y 50% en el mercado internacional, pero falta el copete de asignación que podría subirla en cerca de 300 millones de dólares.

Mientras las aerolíneas como Volaris de Enrique Beltranena demostró con su colocación en semanas previas el impresionante efecto que ha tenido la inversión y modernización de equipos en la industria aérea mexicana, argumentó que están impulsando a Interjet de Miguel Alemán y VivaAerobus de Juan Carlos Zuazua para salir a la BMV que preside Luis Téllez antes de que finalice el año, en México la recaudación pretende meterle un freno a la expansión de la industria.

Usted ve que las cifras operativas de Aeroméxico, que comanda Andrés Conesa, muestran que la aerolínea transportó más de 11 millones de pasajeros entre enero y septiembre y, del total, una tercera parte sale o llega a la Ciudad de México, pero lo mismo ocurre con todo el mercado internacional que dominan en 80% las aerolíneas internacionales y sobre todo las estadunidenses.

Por eso, están sorprendidas de la comunicada intención del AICM de Alfonso Sarabia de aumentar el TUA en ese ineficiente aeropuerto en 90 pesos para vuelos domésticos y de 14 dólares para internacionales, lo que implica que el pasajero pagará cerca de 300 pesos de TUA en rutas dentro de México, es decir 45% más, y de 421 pesos, que equivale a un aumento de 72%, si quiere salir del país.

Y de pilón, no queda claro si estos aumentos serán para financiar nuevas modificaciones al recinto aeroportuario, o como dicen, fondear los estudios técnicos para un nuevo aeropuerto, alternativa que cada día se ve menos probable.