José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

10 Oct, 2013

Llegó la miscelánea fiscal

Al final la reforma fiscal, si bien trae un cambio profundo en legislaciones, también debemos decir que tuvo varias negociaciones parecidas a la de una miscelánea fiscal. Se revisaron varios impuestos.

La reforma fiscal sí tuvo sus primeras correcciones. Todas ellas parecen lógicas: se eliminan los IVA en colegiaturas, hipotecas, y algunos para viviendas. Dichos IVA afectaban a la población en el decil más alto, pero que ni de lejos era de altos ingresos. Pero que sí representa a contribuyentes cautivos.

Cobros a quienes ganan más  de 42 mil pesos

Por otro lado hubo un reconocimiento a mejorar la progresividad fiscal, es decir, hacer tributar más a quienes ganen más.

Es el caso de los ingresos de personas físicas, en donde se mejorará la tasa impositiva más elevada, de 32%, que no será gravada a partir de las personas que ganan más de 42 mil pesos.

Se reconoce que las personas que ganan más de 42 mil pesos mensuales, si bien sí están en el decil más elevado de la población, es decir el de mayores ingresos, tampoco podemos decir que dicha población está formada por multimillonarios.

Más bien es una población donde empieza a recaer el pago de impuestos, y por eso será útil empezar a partir de ahí más progresividad fiscal.

Hipotecas sin IVA, pero venta casas en 3.5 mdp

En cuanto a la vivienda también empezó a imponerse la razón, aunque sea un poco.

No puedes ponerle un impuesto como el IVA a los departamentos y casas habitación de una población con ingresos modestos (aunque en la tabla de ingresos de la población saliera bien librada). Sobre todo cuando el sector se encuentra en crisis, o cuando las hipotecas se habían visto como una forma de tener patrimonio y ahorro en el largo plazo.

Sin embargo el IVA sí se mantiene para los departamentos o casas con un valor de 3.5 millones de pesos. Por lo menos es un avance en la progresividad.

Mantienen deducibilidad en hipotecas

El punto bueno fue mantener sin ningún impuesto a las hipotecas, y además ahí debes mantener el estímulo de que sigan siendo deducibles en lo que se paga de tasa de interés real, que es el principal componente de hipotecas en los primeros años de pago.

La facilidad fiscal de las hipotecas funciona bien para mantener ahorro de largo plazo y permitir a las personas tener un patrimonio familiar.

¿PRI, PRD o CCE?

El problema fue quién anunciaba estos cambios fiscales. El PRI se apuró a hacerlos públicos a través de su líder en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones.

El PRD también salió adelante con Silvano Aureoles, el coordinador parlamentario de ese partido. Incluso a Aureoles le dio coraje que los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial, a cargo de Gerardo Gutiérrez Candiani, dijeran que se trataba un logro de ellos.

CMHN, no los calienta ni el sol

Los empresarios del CCE sí estuvieron de acuerdo con los cambios fiscales, sobre todo porque se revisan algunos impuestos como los del campo.

Sin embargo, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, presidido por Claudio X. González, no está nada contento: las grandes empresas se siguen quedando sin la consolidación fiscal, la cual es clave para la Secretaría de Hacienda, que lleva Luis Videgaray.

Para Hacienda, los grandes grupos empresariales deben contribuir más. Por eso sí se les elimina la consolidación fiscal. Y así se mantiene en la propuesta.

Refrescos se quedan con impuesto

Otro sector que también está que no lo calienta ni el sol es el de los refresqueros y los productores de azúcar: el impuesto de un peso por litro de bebida edulcorante, sea azúcar o sea fructosa, sí se mantiene.

El cabildeo realizado desde representantes como los de ConMéxico (Jaime Zabludovsky) hasta la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (Juan Cortina Gallardo), no pudo caer en tierra fértil.

La industria planteaba un impuesto distinto: dos pesos en cualquier bebida o alimento que utilizara un kilogramo de azúcar. Pero el Congreso no les compró la idea.

Videgaray obtiene impuesto a bebidas

Más bien ganó la propuesta original de la administración de Peña Nieto, la de gravar con un peso al litro de bebidas edulcorante, con lo cual se grava directamente a los refrescos.

Según Luis Videgaray, secretario de Hacienda, los mexicanos consumen 163 litros de refresco al año, que es un consumo 40% mayor que el promedio estadunidense. Y se ha convertido en un problema de salud pública al ser uno de los factores de obesidad y diabetes.

ANPRAC y Coca, no somos los únicos

Al respecto, los refresqueros de la ANPRAC, la Asociación de Productores de Refrescos, presidido por Emilio Herrera, así como del presidente de Coca-Cola México, Francisco Crespo, han dicho que no sólo los refrescos son el único factor que podría producir obesidad.

Incluso, el presidente de Coca-Cola señalaba que el impuesto sobre bebidas edulcorantes no estaba justificado, ya que las personas consiguen calorías de muchos otros alimentos y bebidas, además de que un impuesto no puede resolver el problema de obesidad.

¿Un peso desestimularía el consumo de refrescos? Suponemos que sí, que sí hay elasticidad para cambiar el alto precio por un menor consumo. Pero, como dicen los refresqueros, no son el único producto que puede provocar obesidad. Aquí debe existir una política integral de reetiquetado y revisión de políticas preventivas.

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