David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Oct, 2013

Estudio de competencia

Como se sabe, la reforma financiera ya fue aprobada desde hace aproximadamente un mes en la Cámara de Diputados y a partir de la próxima semana iniciará una discusión en paquetes dentro del Senado, puesto que se dieron cuenta sobre la gran cantidad de temas y ajustes que se tienen que hacer a diversos ordenamientos en la legislación financiera.

Esta llamada reforma estructural ha tenido una vida verdaderamente exótica. Fue de las primeras promesas que hizo el gobierno de Enrique Peña Nieto. Se pensó que sería anunciada en la Convención Bancaria que, incluso, se había retrasado para ajustarse a la agenda del Presidente de la República; sin embargo, no fue sino hasta principios de mayo cuando se presentó.

En aquellos momentos se aseguraba que el objetivo final sería que hubiera más crédito a menores tasas de interés. Pronto la inmensa mayoría de los agentes financieros e incluso los legisladores se dieron cuenta que ese principio era una verdadera tontería: que no se podía cumplir con este principio por un conjunto de leyes sin dañar irremediablemente a uno de los pilares de la estabilidad económica del país.

Que sería volver a los tiempos del encaje legal y otras aberraciones como las que fueron características durante los gobiernos populistas de Luis Echeverría y José López Portillo, o durante la época de la estatización bancaria en la que el país se perdió de la década más importante del desarrollo financiero de la historia.

Competencia

A lo largo de la negociación se fue comprendiendo que el crédito aumenta en la medida en que hay estabilidad de la economía, la cual deriva en un crecimiento y que las tasas de interés, que hoy se encuentran en su menor nivel histórico, se logran a través de la competencia.

De hecho, el corazón de lo que hoy discuten los senadores tiene que ver con dotar de mayores herramientas de supervisión tanto a la Secretaría de Hacienda, Banco de México, así como a las comisiones Bancaria y de Valores y de Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros. Se plantean, incluso, algunos puntos en los cuales se dotaría de un poder de regulación tal que podrían intervenir en precios y tasas si se considera que son abusivas.

Aquí el PRD ha tenido una posición que, en el menos malo de los casos, está mal documentada. Para ellos el nivel de tasas de interés que cobran los bancos resulta abusivo y la pregunta que debería hacerse ¿qué es abusivo? Se trata, en el menos malo de los casos, de una posición subjetiva que debe ser aterrizada con un estudio mucho más profundo entre lo que cobran los bancos por los diferentes créditos y lo que pagan a los depositantes.

Hay otros elementos como el costo del dinero o la capacidad de recuperación del mismo. En este sentido, la iniciativa plantea mayores elementos para que los bancos puedan recuperar garantías. Evidentemente, eso ha despertado una fuerte reacción de grupos de supuesta defensa de deudores que, en realidad, son organizaciones del no pago.

Seamos muy puntuales. La cartera vencida es un muy pequeño porcentaje de la cartera total de crédito de los bancos, pero en la medida que haya mejores posibilidades de recuperar garantías disminuirían las tasas de interés. La prioridad de los bancos es proteger el patrimonio de los depositantes.

Otro de los elementos que disminuye las tasas de interés, como lo ha demostrado la banca en los últimos años, es la competencia entre las instituciones. En este punto también hay una serie de posiciones sumamente desinformadas.

Mentiras

El Imco, por ejemplo, dice que hay altas concentraciones en la banca mexicana que evitan la competencia. ¿Sí? ¿Cuáles? Sería bueno que lo precisaran en comparación, incluso, con otros sectores de la economía.

Se refieren a los principales segmentos de crédito. En todos hay por lo menos seis o siete instituciones que compiten palmo a palmo por el mercado. Hay que ver las tablas de participación del mercado donde son comunes los cruces.

Hay más de 50 bancos que operan en el país y más de la mitad de ellos están en el sector de créditos de consumo.

¿En qué otros sectores de la economía hay tantos participantes? Quizá el único que se asemeja es el de la industria automotriz.

Adicionalmente, compiten con otros otorgantes de crédito que tienen menos requerimientos de capital y marcos regulatorios mucho más laxos.

Hasta el momento no hay suficientes estudios serios y profundos sobre la competencia bancaria. De hecho, Banco de México tardó dos años en hacer un estudio sobre dos sectores del sector bancario que, hasta el momento, es el único estudio hecho con seriedad y no con estimaciones netamente prejuiciosas.

Cuando se hizo el cambio de comisionados de la Comisión Federal de Competencia Económica, los iluminados del Pacto por México también le ordenaron al instituto que preside Alejandra Palacios que realizara un estudio sobre la competencia bancaria y les dio un lapso de 180 días.

Preocupa al gremio, presidido por Javier Arrigunaga, no sólo cómo se hará el estudio, sino cuáles serán las bases, puesto que más que un análisis documentado que permita ordenar la competencia podría ser mucho más un catálogo de impresiones o ideas superficiales que termine generando más problemas que soluciones, puesto que podría hacer que se llegara a conclusiones equivocadas.

La Asociación de Bancos de México es la primera interesada en que se haga un buen estudio, detallado y pormenorizado, sobre la competencia bancaria. Saben que si se hace bien acabará con una gran cantidad de mitos y mentiras que hay sobre el sector bancario.

Quizá la más grande pregunta es si los nuevos comisionados de la CFCE estarán a la altura y tendrán tiempo para cumplir con esta primera encomienda que, como muchas cosas de esta llamada reforma a las telecomunicaciones y la competencia, parte de ideas y supuestos poco apegados a la realidad.

Inclusión

Otro de los grandes temas pendientes en la agenda es la inclusión financiera donde también hay un mito: que los bancos no quieren tener más clientes.

Hacerlo sería tanto como ir en contra de su propia naturaleza, lo importante es encontrar los caminos adecuados para no cometer errores peores a los que se pretenden evitar.

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