Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

16 Oct, 2013

Autonomía de Banxico y confianza

En Banco de México cumplió 20 años de autonomía constitucional que, a diferencia de la que tienen el IFE, la UNAM, el INEGI, etc., posee una característica importante: genera sus propios ingresos.

Un hecho poco destacado, pero que en los arreglos institucionales que pueden revisarse de bancos autónomos en el mundo, ha sido siempre observado como un elemento de independencia que evita que el gobierno en turno, o los políticos, lo presionen para que cambie de opinión.

Es verdad que Miguel Mancera Aguayo, primer gobernador autónomo y, el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, tuvieron la visión para impulsar la independencia del banco central, pero también Carlos Salinas –en un régimen presidencialista muy poderoso– tuvo la voluntad política para que el Ejecutivo renunciara al manejo de su crédito primario.

El otro arreglo que funda el equilibrio actual, fue el cambiario. Cuando se dota al banco de autonomía constitucional se decide que el régimen y la política cambiaria fuera determinado por una comisión en la que participan tres representantes del Banxico y otros tantos de la Secretaría de Hacienda, y cualquier resolución debe llevar al menos un voto favorable de esta última. ¡Si viera cuántas veces esto ha sido clave para obligar a la coordinación entre las dos instancias que rigen la política económica y financiera del país!

El tercer momento clave no fue cuando se decidió utilizar instrumentos del corto y largo para señalizar la política monetaria, sino cuando en pleno proceso de resolución de la crisis bancaria, el entonces presidente Ernesto Zedillo decidió proponer como segundo gobernador autónomo a Guillermo Ortiz, en 1998, y al mismo tiempo, nombrar a José Ángel Gurría, como secretario de Hacienda.

Fue un momento clave porque el cuestionamiento sobre la forma en que se había procedido para realizar el saneamiento bancario, aumentaba a la par que el PRI perdía su mayoría en el Congreso.

Para entonces, las crisis mundial asiática y brasileña estaban a todo lo alto, las tasas de interés en México se habían disparado y en el Congreso negociaba un acuerdo para transitar del Fobaproa al IPAB y estructurar el arreglo de saneamiento financiero que ha sido, en la reciente crisis de 2008, utilizado en Europa y EU.

Como parte de esa negociación, el entonces coordinador de la bancada panista y después segundo presidente de México del blanquiazul, Felipe Calderón, acordó con otro panista que coordinaba la Cámara de Senadores, Carlos Medina Plascencia, que aprobarían la propuesta realizada por el gobierno para resolver la crisis bancaria, pero a cambio de la renuncia de Guillermo Ortiz al Banco de México.

El acuerdo transitó y fue aprobado no sin problemas; un día, por ahí de 2009, el presidente Zedillo llamó Ortiz para solicitarle la renuncia. Él le dijo que la única forma era con el mecanismo dispuesto en la Constitución para retirarlo: el juicio político. Gurría, desde Hacienda, era el peor fuego amigo que enfrentó la autonomía del Banxico y la Junta de Gobierno cambiaba conforme avanzaba el cambio de gobierno. Fueron días difíciles.

Si Ortiz (a quien la revista Euromoney nombró en octubre de 2008, en plena crisis Lehman, como el Banquero Central del Año, designación que hoy se repite con Agustín Carstens), hubiera renunciado, la autonomía del banco central se hubiera ido por la borda.

Francisco Gil Díaz entonces había dejado la subgubernatura del Banxico y pocos años después encabezaría la Secretaría Técnica. Él podría haber diferido de Ortiz, pero el respeto que ambos se tienen, al igual que el que manifiestan a Carstens, les ha hecho cerrar filas interna y externamente en momentos críticos globales y nacionales.

Gil elogió la decisión de Ortiz de no haber renunciado; como Ortiz reconoció cuando el gobernador Carstens, siendo secretario de Hacienda, se fue al Banco de México a trabajar con él para estabilizar los mercados cuando aparecieron los derivados de la Cómer y otros corporativos, en la crisis Lehman.

De Fondos a Fondo

El compromiso asumido por Pemex Gas y Petroquímica, que encabeza Alejandro Martínez, de tomar una decisión en un par de semanas para que no se retrase la ejecución del proyecto Los Ramones II para que entre en operación en diciembre de 2015, será cumplido.

Se declaró desierta pese a que Enagás-GDF Suez presentaron propuesta técnica, económica y de precio, y aunque en la última parte la CRE definió que estaba en el rango aceptable, otros aspectos de la licitación no se cumplieron.

Transcanada e Ienova, las otras dos empresas que participaron decidieron retirarse, no quisieron comprometerse porque tanto en los rangos de compresión, los tiempos y la exigencia de que la matriz de cada una garantizara y respaldara el financiamiento, se vieron incapacitadas para decir que sí.

Lo mismo ocurrió con Enagás-GDF Suez, los módulos de compresión solicitados e incluidos en su propuesta no alcanzan el flujo de gas requerido en las bases de licitación ni tampoco sus matrices, garantizaban el financiamiento.

El jueves 17, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Hidalgo se celebrará el foro Plan de Vuelo para el Estado de Hidalgo que organizan ASA, que dirige Gilberto López Meyer, y el gobierno del estado, que encabeza Francisco Olvera.

El objetivo del seminario es desarrollar un plan estratégico para la producción de biocombustible en esa entidad, para abastecer al centro del país y asegurar el suministro de biocombustible de aviación con la colaboración de los estados de la región, considerando los recursos disponibles, condiciones y viabilidad técnica y económica del proyecto.

El PAN desaprovechó la coyuntura de las reformas. La negativa constante del blanquiazul para negociar la reforma fiscal, sin duda, había tensado el ambiente político en el Congreso de la Unión. Pero la premisa política de que espacio que no es ocupado alguien más lo ocupará se cumplió. Esa actitud facilitó que el PRD capitalizara a su favor temas que son de su interés. Para muestra está el acuerdo entre el PRD y el PRI, y que anunciaron conjuntamente con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el jefe de Gobierno del DF, Miguel Mancera. Si bien los acuerdos fueron en puntos específicos en favor de la capital del país, éstos son un avance importante en la aprobación del paquete de la reforma hacendaria.

Pero, ¿qué significan los acuerdos? Es muy sencillo. El gobierno federal se compromete a respetar la pensión de adultos mayores que tiene el DF, se exentarán del IVA los espectáculos públicos, se creará un fondo compensatorio para que las entidades federativas no tengan merma por desaparecer el Régimen de Pequeños Contribuyentes, el DF será incluido en el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social del Ramo 33 en la Ley de Coordinación Fiscal; además, y probablemente la joya de la corona para el PRD es que la Cámara de Diputados aprobará un fondo especial que reconozca al DF en su carácter de ciudad capital.

El PAN, como sucede con los republicanos en EU, no negocia a favor de una reforma de corte social. Esta falta de pericia política ha hecho que el blanquiazul quede a la sombra del PRD.

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