Impagable, la deuda del rescate bancario

Asciende a 818 mil 715 millones de pesos; En 13 años, el saldo se ha incrementado en 130 mil 871 millones
Economía -
Impagable, la deuda del rescate bancario

CIUDAD DE MÉXICO.- La estrategia de pagar el componente real ha provocado que la deuda generada por el rescate bancario hace casi 13 años sea impagable.

Cuando se creó el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) el saldo neto de su deuda se ubicaba en 687 mil 844 millones de pesos y, en los años siguientes, en vez de reducirse dicho monto ha crecido hasta alcanzar 818 mil 715 millones al cierre del primer semestre de 2013.

Significa que la deuda creció 130 mil 871 millones de pesos en los últimos 13 años, monto casi dos veces superior a lo destinado este año para el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades.

Lo anterior obedece a que la estrategia del gobierno para lidiar con este endeudamiento es no pagar el capital, sino únicamente liquidar el componente real proyectado de los intereses generados, es decir, el pago mínimo.

Por esto cada año en el Presupuesto de Egresos de la Federación se tiene que destinar una parte de los recursos a los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca, lo que ha generado una erogación de 454 mil 844 millones de pesos entre diciembre de 1999 y junio de 2013.

Protección al ahorrador

Esos recursos, que representan poco más de la mitad de los pasivos totales del IPAB, se utilizan para mantener protegidos a los ahorradores, pero principalmente para pagar los intereses de la deuda del rescate bancario.

Eduardo Ávila, subdirector de Análisis Económico de Monex, indicó que la estrategia del gobierno de sólo pagar el componente real tiene por objetivo reducir el monto de la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), aunque esta baja no se refleje en el monto del capital que aún se debe.

Cifras del IPAB indican que el endeudamiento generado en la crisis bancaria pasó de 11.46 por ciento del PIB en 1999 a 5.19 por ciento al cierre del primer semestre de este año, es decir, se redujo a la mitad en estos 13 años.

“El gobierno espera que, si el país crece a tasas de entre tres y cuatro por ciento durante los próximos 15 años, la deuda del rescate llegue a ser prácticamente cero como porcentaje del PIB”, consideró Ávila.

Sin embargo, no significaría que la deuda se hubiese pagado en su totalidad, sino que, con respecto al tamaño de la economía, no sería un problema.

José Luis de la Cruz, profesor e investigador del Instituto  Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, aseguró que otro problema que existe para que México pueda saldar su deuda es que se cuentan con ingresos fiscales limitados.

Los ingresos del sector público representarán 22.1 por ciento del PIB al cierre de 2013, mientras que el promedio en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) es de 41 por ciento del PIB.

Estos limitados recursos provocan que el gobierno prefiera destinarlos a sectores que pueden impulsar la economía, en vez de pagar parte del capital de la deuda que dejó el rescate bancario.

Hasta el momento, ninguna de las administraciones pasadas ha seguido la recomendación que  hizo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hace años sobre asumir el rescate bancario como deuda pública.

Lo anterior permitiría abaratar el servicio de la deuda, es decir, el monto de intereses y comisiones, al mismo tiempo que el IPAB se dedicaría a su función de ser un seguro de depósito para los ahorradores.

El origen de la crisis bancaria mexicana se remonta a la reforma financiera emprendida desde 1989, cuando se procedió a quitar las regulaciones existentes sobre las tasas de interés y colocación del crédito, a la privatización acelerada de los bancos y a la apertura del mercado financiero a los flujos de capital extranjero.

Fernando Montes-Negrete y Luis Landa elaboraron un documento hace ya unos meses sobre el sector bancario en México, que fue publicado por el Banco Mundial (BM). El texto identifica seis determinantes de la crisis financiera detonada en 1994-1995: desbalanceada reforma y desarrollo del sistema bancario; incentivos incorrectos en la operación bancaria después de la privatización y toma excesiva de riesgos del sistema bancario.

Además, prácticas bancarias inapropiadas con corrupción y menosprecio de la importancia de mantener una conducta ética, cultura del no pago extendida, retraso e ineficiencia en la adopción de medidas remediales y compleja estructura de autoridades financieras que regulan y supervisan el sector bancario.

El BM ha estimado que el costo de la crisis alcanzó 135 mil millones de dólares, equivalente a 25% del Producto Interno Bruto (PIB) en términos del costo fiscal directo e indirecto.

Esta cifra se compone de 112 mil millones de dólares por el rescate y 23 mil millones de costos asociados a la provisión de liquidez y financiamiento, canje de bonos y pérdidas de reservas internacionales.

Por su parte, la Auditoría Superior de la Federación (ASF)ha estimado el costo del rescate bancario en un billón 260 mil millones de pesos.

 

Efectos

1.- Resultado de estos errores de la banca es que México ha aplicado mejores  regulaciones e inclusive fue el primero en adoptar este año Basilea III.

2.- El origen de la crisis bancaria mexicana se remonta a la reforma financiera emprendida en 1989, y hoy hay otra en camino a operar.

3.- Antes del estallido de la crisis de 1994, la cartera vencida de los bancos superaba su capital contable: por lo que hoy en día eso se vigila puntualmente.

4.- Los pagos anuales  que se realizan desde el gobierno federal sólo han contribuido a cubrir los intereses de la deuda bancaria, pero no a liquidarla por completo.

 

 

 

Deuda cubrirá un mayor gasto

La reforma fiscal aprobada por la Cámara de Diputados y enviada al Senado de la República para su ratificación sólo cubrirá 35% del aumento previsto en el Presupuesto de Egresos de la Federación, que ascenderá a 519 mil 852 millones de pesos.

Esto porque los cambios realizados por la Cámara baja aportarán 184 mil 300 millones de pesos, en lugar de los 240 millones de pesos estimados originalmente. Por el contrario, el financiamiento neto, por 650 mil 478 millones de pesos, cubrirá 44% del gasto adicional.

Con el déficit adicional de 1.5 por ciento en el que incurrirá el gobierno federal en 2014, el déficit tradicional del sector público, que es el que considera la inversión realizada por Pemex, además de la caída en los ingresos presupuestarios, ascenderá a 3.5 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).

Esto significa que el monto de la deuda que contratará el gobierno federal el próximo año para cubrir dicho déficit, será de 620 mil 415.2 millones de pesos, cantidad superior a los 394 mil 74 millones de pesos, estimados originalmente en los Criterios Generales de Política Económica 2014.

Al monto total, habría que agregar 30 mil 62.8 millones de pesos por costos de diferimientos de pagos de la deuda, por lo que los requerimientos totales del sector público ascenderán el año próximo a 650 mil 478 millones de pesos, aproximadamente.

Esa cantidad supera por 64 mil 823.7 millones de pesos el monto de la partida más grande del Presupuesto de Egresos 2014, que es la del ramo 28, en el que están etiquetadas las participaciones federales para las entidades federativas por 585 mil 654.3 millones de pesos.

Con la deuda que adquirirá el gobierno federal el próximo año, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRF), crecerán de 39 por ciento como proporción del PIB de 2013, a 40.5 del PIB en 2014, y a 41 por ciento del en 2015, según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En los Criterios Generales de Política Económica 2014, la dependencia afirma que después de 2015, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público empezará a disminuir hasta 38.6 por ciento del PIB en 2019, manteniéndose una tendencia sostenible a lo largo del periodo señalado.

Luis Videgaray Caso y Agustín Carstens, secretario de Hacienda y gobernador del Banco de México, respectivamente, aseguran que la política de endeudamiento que se propone para financiar el déficit en 2014 no pone en riesgo la sostenibilidad de la deuda ni las finanzas públicas.

Argumentan que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público es menor, en comparación con el de naciones desarrolladas en las que alcanza e incluso supera niveles de 100 por ciento como proporción del PIB, por lo que es deuda pública manejable.

No obstante, la propuesta de la Secretaría de Hacienda ha sido duramente criticada por el senador del PAN y ex titular de la dependencia, Ernesto Cordero, para quien el regreso a la política del endeudamiento pone en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas del país.

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