David Páramo

Análisis superior

David Páramo

24 Oct, 2013

Dragon Mart

La inmensa mayoría de los anónimos no valen la pena. Son enviados por cobardes quienes no únicamente no dan la cara sino que jamás se atreverían a expresarse abierta y públicamente.

De los muchos anónimos que suelen llegar al autor de esta columna, el fin de semana llegó uno que destaca. No por lo que dice, según esto es información, sino porque recoge muchísimos de los supuestos argumentos xenófobos y racistas que han tenido líderes de la Coparmex, CEESP y algunas otras cúpulas de la iniciativa privada.

Básicamente repiten el mito de que Dragon Mart es un frente para la entrada ilegal de miles de chinos al país. En el anónimo incluso se llega al extremo de alertar sobre el establecimiento de un protectorado chino (con su moneda, leyes y formas de gobierno) para lo que el centro de exposición sería algo así como la nave nodriza.

Como lo hemos consignado en esta columna, hay líderes de iniciativa privada que lo mismo han pedido la intervención de la Conago, que de la Secretaría de Economía y del Poder Judicial para que se impida la instalación de este centro de negocios.

De cara a la reunión anual de industriales había quienes pronosticaban que uno de los racistas como Francisco Funtanet, presidente de Concamin, haría un pronunciamiento fuerte contra Dragon Mart; Ildefonso Guajardo acotó la discusión haciendo un pronunciamiento sobre la necesidad de cumplir con la ley.

Dicen, como en el anónimo, que no sólo entrarán chinos ilegales sino que también Dragon Mart sería la base de lanzamiento para la entrada de piratería, contrabando y cualquier cantidad de productos ilegales.

Hay líderes de iniciativa privada que toman como ejemplo la experiencia que tuvo una empresa similar a Dragon Mart en Suecia, pero siempre omiten decir cuál ha sido el éxito de este centro de exposiciones y venta al mayoreo en Dubái. Ya ve como a la gente sólo le gusta contar la parte que le conviene de la verdad.

Los moderados sólo hablan de los peligros a la competencia, puesto que los productos entrarían avalados en las fórmulas a través de las cuales compite el gobierno chino. De hecho, hasta un líder de iniciativa privada llegó a exigir que sólo vengan de China los financiamientos de su banca de desarrollo, pero nada más.

Razones

Independientemente de los miedos que puedan tener algunos y de las inaceptables expresiones racistas y xenofóbicas en contra de los chinos de algunos incultos líderes de la iniciativa privada, es necesario hacer algunas precisiones de fondo.

Primero. Dragon Mart es una inversión entre México y China. De hecho, la participación de unos y otros empresarios ronda 50% en el conjunto.

Segundo. Es ridículo creer que el gobierno chino está iniciando una invasión de México o algo así con base en un centro de negocios y exposiciones.

Tercero. El sentido común deja claro que sería más difícil introducir contrabando y piratería en un lugar como Dragon Mart que como tradicionalmente se hace en el país. Es ridículo creer que una inversión internacional buscaría de una manera abierta violar las leyes de una nación.

Cuarto. Se debe exigir a las autoridades que hagan cumplir la ley a Dragon Mart como a cualquier otra empresa que opere en México. Si en algún momento violan cualquier disposición deben ser sancionados, no deben ser discriminados sólo porque estén buscando una opción de negocios que obviamente les dará rentabilidad.

Quinto. Como suele ocurrir en estos casos hay quienes sacan la bandera de la ecología para tratar de justificar sus quejas. En este sentido pueden estar tranquilos si realmente eso es lo que importa.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, encabezada por Francisco Moreno Merino, ha establecido claramente que en las inspecciones que han realizado no existe evidencia de desmonte ilegal donde se construirá el predio.

La autoridad va más allá al señalar que hasta el momento no han encontrado ningún hecho que pudiera indicar que la construcción de Dragon Mart viole cualquiera de las normas de la Profepa.

La construcción de Dragon Mart debe ser visto como una nueva competencia que no debe ser vista con los ojos del miedo e ignorancia que convierten a muchos en xenófobos y racistas.

Cuando México se abrió al mundo comenzó a sentir cómo había naciones en las cuales se les trataba de una manera inadecuada e indebida argumentando cuestiones raciales, ambientales o hasta de salud para impedir la competencia. Es inaceptable seguir esa estrategia.

Venta

Nuevamente la versión de que los de Teléfonos de México estarían dispuestos a deshacerse de la telefonía rural, que no es de ningún funcionario de esta empresa, sigue cobrando fuerza.

De acuerdo con sus promotores, la telefónica dejaría un negocio en el que han invertido poco y en el que registran pérdidas para cumplir con los parámetros de participación de mercado que establecería el Instituto Federal de Telecomunicaciones y a cambio de esto podrían aplicar su concesión única para dar servicio de televisión.

Hasta el momento los del IFT, que parecen de chocolate, no han hecho ningún pronunciamiento. Sólo el PRD ha enviado una iniciativa en la cual se establecería una participación máxima de mercado de 65%, la cual coincide con la posición de algunas organizaciones gremiales del sector de las telecomunicaciones.

De cumplirse este número, implicaría que Telmex tendría que vender activos o disminuir sus clientes en más de 15% en alguno de los esquemas que podrían implementarse y que básicamente son disminución de activos o entrega de clientes.

Ante estas versiones, hay quienes cuestionan abiertamente si la autoridad permitiría a un dominante en el mercado deshacerse de aquellos negocios que no le interesan, no le son rentables o incluso pierden dinero.

En el caso específico de Telmex resultaría que estaría deshaciéndose de una de las obligaciones que asumió en su título de concesión. Eso realmente sería inaceptable, puesto que el premio sería poder entrar a un negocio mucho más rentable que el abandonado.

Lo que se haría sería una suerte de descreme en el mercado que no generaría mayor competencia, puesto que habría segmentos que no tienen rentabilidad adecuada y, por lo tanto, no serían útiles para un crecimiento orgánico.

Apoyo

Bien hacen funcionarios como Francisco Rojas, director de Comisión Federal de Electricidad, de salir abiertamente a la defensa de iniciativas como la energética de Enrique Peña Nieto.

Durante su comparecencia, el director de CFE dio elementos contundentes a favor de una iniciativa que moderniza el sector energético sin privatizar a las empresas de éste.

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