Cuentas políticas

Este lunes será un día en el Senado de la República en el que, desgraciadamente, pesarán más los cálculos y las cuentas políticas que la intención de perfeccionar la iniciativa hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto y que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados.

El PRD ya marcó la línea desde el miércoles cuando el coordinador de su bancada, Luis Miguel Barbosa, “inventó” un impuesto en contra de la riqueza. Una idea bastante exótica y poco clara, puesto que según él será un impuesto de control que recaudará 250 mil millones de pesos. Los impuestos de control no buscan recaudar por sí mismos, sino que se dejen de evadir otros, es decir, si cumple con su objetivo la recaudación es cero.

El senador Armando Ríos Piter, quien está obsesionado con ser gobernador de Guerrero, encabeza ahora una corriente en la cual pretende que sean dos pesos por litro de bebida azucarada y que el IEPS a los alimentos con alto contenido calórico aumente. Ya sea por la vía de poner una tasa de 8% o de disminuir el porcentaje de calorías por porción de 100 gramos.

En la discusión en comisiones del Senado apretaron muchísimo más las tuercas. Establecieron una gran cantidad de reservas en muchos temas para que en la votación que se dará luego de la sesión que comenzará hoy a eso de las 5:00 de la tarde y podría terminar mañana en la mañana, puedan tener mayores elementos de lo que ellos le llaman negociación.

Entre los legisladores hay quienes consideran que el PRD está más preocupado en subir el costo de su voto que en realmente los temas, es decir, tienen su prioridad en tomar ventajas para sus causas y sus proyectos, como seguir gobernando Guerrero, y que siempre pasan por amarrar fondos.

Saben, en el fondo, que el debate lo tienen perdido en cuanto a la reforma energética que es la siguiente gran batalla que se deberá dar en el Congreso de la Unión a pesar de los chantajes de Acción Nacional.

Panistas

Los panistas, al parecer, tienen total y absolutamente perdida la brújula.

Se han concentrado básicamente en algo que les daría una victoria pírrica y que va, curiosamente, en contra de la gente que los representa.

Están obcecados en evitar la homologación de IVA en las fronteras, la cual no ha redundado en ningún beneficio para los consumidores en esa parte del país, puesto que el nivel de precios es el mismo del resto del país.

La cuenta política de los panistas es buscar exhibir al gobierno. Quejarse del aumento en la deuda o del gasto corriente que crecerá a una tasa real anual de 2.5%, bajo el argumento de que están gestando una crisis como las que se vivieron en las décadas de los setenta y ochenta. Un peligro que jamás está superado por ninguna economía.

Desprecio

¿Qué diferencia hay entre los consejeros del IFE y los comisionados que fueron removidos de la Comisión Federal de Competencia y de la desaparecida Cofetel?

A los del IFE se acordó darles 1.2 millones de pesos de bono, regalo o como quiera llamarlo por la terminación de sus servicios. A los que estaban en las otras comisiones ni las gracias les dieron; por el  contrario, fueron tratados con un profundísimo desprecio no sólo por el gobierno, sino también por los partidos políticos. Algunos de estos hombres aún no alcanzan a comprender qué hicieron para merecer tanto desprecio.

Quizá una pista podría ser la fatuidad y prepotencia con la que se comportaban los presidentes de estas dos comisiones: Eduardo Pérez Motta y Mony Sacha de Swaan.

Presupuesto

Los comisionados del Instituto Federal de las Telecomunicaciones son una mezcla que va de lo gris a lo lamentable.

Han decidido no hablar porque tienen miedo a las recusaciones, no pueden organizar un buen evento porque les fallan las telecomunicaciones y cuando comparecen ante el Congreso no dicen nada relevante.

Como hemos consignado en este espacio, no pudieron establecer ningún posicionamiento en cómo harán para cumplir con las encomiendas, algunas de ellas constitucionales, que les fueron otorgadas por ley.

Dijeron que requieren tres mil millones de pesos de presupuesto para cumplir con sus tareas, cuando en el paquete económico tienen etiquetados dos mil 900 millones de pesos para un organismo que se ha negado a tomar las atribuciones, dientes dicen los amigos del lugar común, y la autoría que le fue conferida.

Si se ven los números resultan francamente escandalosos. La última vez que reformó la Cofetel fue en 2006, cuando el gobierno de Felipe Calderón eliminó a todos los comisionados. Hoy el presupuesto es 700% superior al que tenía en aquel momento.

Una de las justificaciones que dan para pedir más y más recursos es que ellos se quedaron con una parte de la Comisión Federal de Competencia, que tiene que ver con la competencia en telecomunicaciones y que implica un crecimiento de 30% en su tamaño.

Los dos mil 900 millones de pesos que les son asignados son 350% superiores a lo que tuvo la Cofetel en su último año.

Más valdría que el instituto que encabeza Gabriel Contreras explique en qué se quieren gastar tanto dinero. Vamos, ya ni siquiera están encargados del apagón analógico que ahora es responsabilidad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para lo que Gerardo Ruiz Esparza ya anunció que se tienen etiquetados 19 mil millones de pesos y que se busca una manera más eficiente y barata de hacer el cambio a la televisión digital.

Quizá se harían un favor si leyeran las minutas del pleno de la Cofetel, donde se trabajó en algunas alternativas que fueron rechazadas porque el presidente prefería un modelo en el que él tuviera más posibilidad de tener acceso a beneficios.

Amárrenlo

Juan Pablo Castañón ya debió darse cuenta de que por mucho que grite no va a lograr que la Presidencia de la República voltee a verlo. Ni siquiera les mandó un saludo en la convención que terminó el fin de semana pasado.

Que la forma de aproximación que ha tenido, que lo acercan más a las posiciones radicales del PAN, poco abonan para la construcción de un clima correcto entre la iniciativa privada y el gobierno. Se trata de construir, no de reventar.