Grupo México, siguen las demandas

Existen empresarios buenos, exitosos, pero que tienen un brazo jurídico extenso y les gusta utilizarlo. Parece ser el perfil de Germán Larrea, el presidente de Grupo México, quien ha tenido que acatar una medida cautelar solicitada a Grupo México para congelar siete por ciento de las acciones del conglomerado presidido por él.

De GAP a Cinemex

Hace poco supimos de Larrea por su incursión hacia Grupo Aeroportuario del Pacífico, en donde un Tribunal del DF le permite adquirir más del 10% del grupo de terminales aéreas, por el cual han peleado los accionistas mexicanos y españoles dentro de GAP. Se puede decir que Larrea los ha unido para tratar de impedir que se quede con Grupo Aeroportuario del Pacífico.

También estamos viendo su incursión en Cinemex, donde ahora lanza los segmentos platinum para competir al líder del mercado, Cinépolis.

A tribunales de EU por Americas Mining Co.

Y ni se diga de la pelea en tribunales que mantiene en Estados Unidos por su subsidiaria Americas Mining Corporation (AMC). Recordemos que hace apenas el 27 de agosto, Grupo México pidió la reconsideración de una sentencia en contra de Americas Mining Corporation por 315 millones de dólares.

Otra demanda de Infund

Está claro que a Germán Larrea le ha ido bien en los negocios. Es buen empresario. Pero también se la pasa en tribunales un día sí y al otro también.

Ahora ha recibido un nuevo capítulo en la demanda de un fondo de inversión de Reino Unido, Infund LLP, por un préstamo de 75 millones de dólares para aumentar el capital de Grupo México. Sólo que Infund, a través de esa operación, intentó adquirir 65 millones de acciones serie B cupón 5 de Grupo México. Y Larrea nunca se las habría dado.

Para el abogado de Infund, José Antonio Marván, el problema con Larrea es que se esconde detrás de Grupo México y su controladora, Empresarios Industriales.

Nueva demanda, ahora por rendimiento accionario

Por lo pronto, este 4 de noviembre viene otra demanda por reclamo de lo que dichas acciones habrían ganado desde octubre de 2003 hasta el año de 2008.

Como vemos Grupo México es un conglomerado exitoso pero que gusta de estar en tribunales en varios de sus segmentos, desde minería, pasando por adquisiciones aeroportuarias, y ahora hasta por 7% de sus propias acciones.

La nueva demanda se da este 4 de noviembre, ahora por ganancias que debieron haberse pagado por el rendimiento de las acciones.

Reforma fiscal sí trae beneficios sociales

Desde luego que la reforma fiscal sí trae beneficios sociales: se crea un seguro de desempleo y una pensión universal para toda persona mayor a los 65 años. Además, trae la progresividad social donde pagan más quienes ganan más.

Y desde luego se debe reconocer que la reforma fiscal giró a la izquierda en un país con la mitad de la población viviendo en la pobreza.

Hasta ahí vamos bien.

IEPS, lejos de ser solución

El problema es otro: la reforma fiscal pudo quedarse corta.

Por el temor a los impuestos al consumo (que por cierto igual los acaba de aplicar Inglaterra, que España, que Portugal), en lugar de ello, el PRD siguió el camino más tortuoso: los IEPS.

Estos Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios tienen historias de terror en México.

Ni han recaudado lo que decían iban a recaudar. Ni se han podido ejercer porque terminan en tribunales. Ni siquiera han podido mantenerse en el tiempo con excepciones claras de productos como los cigarros y el licor.

De ahí en fuera los IEPS son un IVA disfrazado, como alega el sector privado. ¿Por qué a unos productos que engordan sí y a otros que también engordan igual no se aplican?

El miedo al IVA y la roqueseñal

Al PRD le sucede lo mismo que al PRI hace años atrás: le tienen pavor a los impuestos al consumo.

Pero si al impuesto al consumo lo amarras para que su gasto sea destinado a gasto social o de inversión, y además no se le cobra a los productos de mayor consumo para la población pobre, dichos gravámenes son totalmente viables.

La izquierda señala que sólo el Impuesto Sobre la Renta puede ayudar a redistribuir el ingreso. Y también lo puede hacer el IVA, amarrado con gasto social y dejando exenta una canasta básica para la población de menores ingresos.

Parece que la roqueseñal se mantuvo más tiempo de lo que se hubiera creído.