David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Nov, 2013

¿Por qué?

El presidente de la Comisión de Telecomunicaciones del Senado de la República, Javier Lozano, opinó que se debe llevar a un periodo extraordinario de sesiones la aprobación de las leyes secundarias a la llamada reforma a las telecomunicaciones.

Es evidente que el tiempo se les vino encima. Los cambios a la Constitución fueron promulgados el 10 de junio, en los que se establece que las leyes secundarias, a no dudar, determinarán si realmente se trató de una reforma a uno de los sectores más importantes de la economía o simplemente fue un conjunto de ocurrencias del Pacto por México y que fueron aprobadas sin mayor reflexión por parte de los legisladores, indican que a más tardar el 9 de diciembre tienen que estar aprobadas.

Hay quienes dicen que la próxima semana, que comienza el martes si todo va bien, se presentarán los borradores para su discusión, es decir, ya con el vencimiento encima, de ahí que algunos bien intencionados quieran mejor tomar más tiempo y hacer las cosas, dicen, bien.

¿Y eso de quién es culpa? Evidentemente no de los mexicanos que tienen que sufrir abusos por parte de las empresas dominantes en este sector; que no cuentan con acceso a servicios de mejor calidad y a menor precio. No debe olvidarse que esta “reforma” es hija del Pacto por México y pasó por el Congreso de una forma muy parecida a la unanimidad, es decir, el gobierno federal, los partidos políticos y los legisladores fueron quienes fijaron las reglas que ahora pretenden reventar con plena impunidad.

En términos que le gustan a los políticos: ¿Cuál fue el espíritu del legislador? Si nos atenemos a los anuncios del Congreso de la Unión y la farragosa propaganda era terminar con los monopolios en el sector de las telecomunicaciones. De hecho, el PRD, calificándose como izquierda responsable, acabó con los monopolios, por lo menos en el spot.

En los hechos, legisladores como Alejandra Barrales se han convertido en cabilderos de los dominantes, puesto que ya repiten incesantemente los argumentos de que ellos sí han invertido, que generan mucho bien para el país y lo que usted ha oído por décadas. Obvio, esas versiones no cuentan las formas en las cuales han impedido la competencia en contra de los consumidores.

Sin regulación secundaria la tierra de nadie se extiende a favor de las prácticas monopólicas y abusivas en contra de la mayoría de los mexicanos. No debe permitirse que en tiempos en los que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, se comprometió a transformar al país y que en su primer informe de gobierno aseguró que en 120 días se iba a cambiar la cara del país con leyes, ahora salgan los legisladores con que no tienen tiempo, que mejor hacen las cosas con más calmita o lo que sea.

Mentiras

En este sector donde las mentiras parecerían crecer por generación espontánea o que algunos creen que es El país de las maravillas y tienen que inventar imposibilidades, en los últimos días han inventado el rumor y algunos hasta lo analizan a pesar de los desmentidos de que Telefónica, que lleva Francisco Gil Díaz, estaría por fusionar a Iusacell.

Es realmente absurdo hablar de una posibilidad de este tipo cuando hay tal inseguridad jurídica que, incluso, hace dudar a muchos de la validez de las resoluciones que está tomando (o debería) el IFT, y que alguien pueda hablar de una concentración de este tipo.

Seamos claros, uno de los temas que más se han mencionado en torno a las reglas de competencia es que nadie podría tener una participación superior a 35% de un mercado sin ser considerado dominante. La experiencia internacional habla de que en estos casos se pueden ordenar ventas de activos o ceder clientes para disminuir participación de mercado.

Así que mejor dejen de aventar historias al aire y concéntrense en lo importante: hacer que los legisladores cumplan con la Constitución tal y como ellos no sólo lo juraron, sino hasta se lo impusieron.

Pretexto

Gabriel Contreras y los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones se quedaron con un pretexto menos luego de que hoy la Cámara de Diputados les cumplió su demanda de ampliar el presupuesto que tienen, supuestamente con base en que era muy poco con lo que contaban y que tomaron atribuciones en materia de competencia.

Ellos tienen un poco más de tiempo para cumplir con las normas que les fijó la Constitución, según las cuales en marzo deberán tener listo un estudio sobre la dominancia en el sector de las telecomunicaciones y establecer normas para evitar estos abusos que van desde la obligación de vender activos, desincorporar empresas o hasta regulaciones asimétricas que permitan la competencia.

Para algunos puede parecer que marzo es muy lejano o buscar cualquier otro pretexto; sin embargo, es fundamental que ya se pongan a trabajar en cumplir con esta encomienda. De hecho, todo debe comenzar por la contratación de quien será el responsable de la unidad de competencia, quien además de un sueldo que rondará los 150 mil pesos mensuales más prestaciones, debe comenzar a tomar acciones.

De ninguna manera sería aceptable que el IFT salga con que ellos tampoco van a cumplir con las normas que aceptaron al momento de ser nombrados comisionados.

No sería remoto, desgraciadamente, que recurran a una chicanada como la de Alejandra Palacios.

La presidente de la Comisión Federal de Competencia Económica sacó de su chistera que el estudio de competencia en el sector financiero lo comenzarán a realizar cuando sea aprobada la reforma al sector financiero, a pesar de que en los cambios a esta comisión se había dicho que tendrían 180 días, los cuales, según Palacios, comienzan a correr en una fecha tan incierta como que los senadores aprueben la reforma financiera que, dicho sea de paso, ya fue aprobada por la Cámara de Diputados.

Para transformar a México se necesitan muchos menos buenos deseos y muchas más acciones, comenzando por exigir que los legisladores cumplan con los plazos que ellos mismos se fijaron.

 

La operación política, impecable

Nadie, pero nadie, puede dudar de las capacidades políticas de nuestro secretario de Hacienda, Luis Videgaray, las pruebas son contundentes. Sabemos que una reforma fiscal genera resistencias casi naturales, pero la propuesta por el secretario logró convencer a un sector de la llamada izquierda mexicana que no sólo la aprobó, sino que la defendió.

Y para seguir sumando se logra la aprobación del Presupuesto de Egresos 2014 con 466 votos a favor, lo que se puede interpretar como la fuerza de Videgaray de hacer coincidir no sólo a los diputados del PAN, del Verde o del PRD, sino también a los del Partido del Trabajo y de buena parte de Movimiento Ciudadano. Hechos que no pueden minimizarse, pues las reformas siguen y los consensos son importantes.

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