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CIUDAD DE MÉXICO.- El llamado bono demográfico de México, definido como el fenómeno que se da dentro del proceso de transición demográfica en el que la población en edad de trabajar, de 15 a 64 años de edad, es mayor que la dependiente, niños de 0 a 14 años y adultos de 65 años y más, se escapa lentamente, pero por millones hacia las filas del desempleo, la informalidad, la delincuencia e incluso la migración internacional, revelan cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Consejo Nacional de Población (Conapo).
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENEO), elaborada por el INEGI, al tercer trimestre de este año había dos millones 732 mil 601 desempleados y 26 millones 771 mil 436 personas ocupadas en la informalidad, cuya suma da como resultado más de 29 millones individuos excluidos del mercado de trabajo formal.
Por su parte, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública 2013, también del INEGI, refiere que en 2012 se cometieron 16 millones 435 mil 947 delitos en los que participaron 1.9 criminales, en promedio, por evento, según testimonios de las víctimas.
En seis millones 914 mil 104 hechos delictivos, que equivalen a 42.1 por ciento del total, participó un delincuente en cada evento; en otros cinco millones 67 mil 727 ilícitos (30.8%), dos; en tres millones 832 mil 927 (23.3%), tres; y en 621 mil 189 (3.8%), no se especificó.
En lo que respecta a los Indicadores Demográficos del Conapo se proyecta que continuará la migración de mexicanos hacia el extranjero, particularmente a Estados Unidos, en busca de las oportunidades que no encuentran en México.
El organismo de la Secretaría de Gobernación estima que este año emigrarán 371 mil connacionales al vecino del norte, y que en 2050 lo harán 398 mil 589, lo que supone también una pérdida de bono demográfico.
Es así como este recurso, considerado un activo para la producción y el crecimiento económico, se desperdicia por millones en el desempleo, la ocupación informal, la delincuencia y la emigración internacional, lo que constituye un problema, ya que, si no se corrige, lejos de ser una ventaja competitiva para el país, generará más costos que beneficios en el mediano y largo plazos, según expertos.
Lo anterior, debido a que esa población envejecerá y pasará a formar parte del segmento dependiente sin haber aportado a los sistemas de seguridad social y de ahorro para el retiro, pero requerirá pensiones y atención médica para tratar enfermedades crónico-degenerativas, lo que pondrá en riesgo las finanzas públicas del país.
De entrada, el Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado por la Cámara de Diputados para 2014, considera ya, por primera vez en la historia, una partida de 42 mil 226 millones de pesos para financiar el sistema de pensión universal para adultos de 65 años y más que no cotizaron y no son derechohabientes de ningún sistema de seguridad social.
Más vale prevenir…
Según Julio Millán Bojalil, presidente de Grupo Coraza Corporación Azteca, la relación de la población no dependiente respecto de la dependiente registrará en 2019 su cifra máxima, fecha a partir de la cual dicho indicador comenzará a declinar.
Advierte que si no se toman medidas que generen oportunidades de educación y empleo bien remunerado, el bono demográfico no sólo terminará por desperdiciarse, sino que podría generar costos económicos y sociales a través de mayores tasas de subempleo y desempleo.
Incluso, alerta sobre la posibilidad de que estos efectos sociales desencadenen un mayor incremento de personas en las filas de la delincuencia y migración a otros países.
Confirma que el desperdicio del bono también podría poner en riesgo las finanzas públicas del país, debido a que el fenómeno del envejecimiento poblacional que tendrá lugar en los años posteriores requerirá que gran parte de los recursos públicos sean canalizados a programas sociales.
Con base en cifras del INEGI y de Conapo, se estima que en 2044 habrá cerca de 22 millones de personas mayores a 64 años de edad, mismos que representarán una cuarta parte de la población total y que requerirán pensiones y servicios médicos para tratar enfermedades crónico-degenerativas cuyo tratamiento es costoso.
Los datos muestran que México tiene el gran reto de poner en práctica una verdadera política de desarrollo que permita sacar ventaja de sus recursos humanos, y que es indispensable que esto se acompañe de una política industrial que permita promover la creación de empleos.
Asimismo, señala que para avanzar hacia esos objetivos son necesarias reformas que sienten las bases para que México recupere el camino del crecimiento económico.
Pobreza, otro mal
Otro de los temas que afectan a que el bono demográfico no beneficie al desarrollo del país es el crecimiento de la pobreza entre los mexicanos de 18 a 64 años, “cancela los beneficios del bono demográfico”, pues no se está aprovechando a la población que actualmente puede trabajar y contribuir con el crecimiento del país, coinciden analistas.
La pobreza en este grupo de edad aumentó en los últimos dos años.
En 2010 eran 27.5 millones de personas en esta condición. Para 2012 la cifra pasó a 28.2 millones de personas, según la Medición de Pobreza 2012 presentada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La pobreza entre los integrantes de este bono demográfico genera un “saldo negativo” hacia el futuro.
Efectos
1.- Con la reforma laboral se esperaba crear alrededor de un millón de empleos formales este año, pero al parecer sólo se creará la mitad, por lo que ya se buscan alternativas.
2.- De no tomarse medidas que generen oportunidades de educación y empleo bien remunerado, el bono demográfico se desperdiciará, y habrá costos sociales.
3.- México tiene el gran reto de poner en práctica una verdadera política de desarrollo que permita sacar ventaja de sus recursos humanos en 2014, dicen analistas.
