Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

25 Nov, 2013

Se ve muy gris 2014

Los ánimos en la Secretaría de Hacienda son como los que aquel niño que encontró en el árbol de Navidad una caja con excremento de caballo y corría por toda su casa gritando que Santa le había traído un caballo.

Pero mientras eso pasa, todos los sectores están seriamente preocupados por la evolución futura de la economía mexicana.

Este fue un año prácticamente perdido: un crecimiento raquítico de alrededor de 1.3 por ciento, insuficiente creación de empleos, inversión extranjera caída, mayor déficit fiscal y por consecuencia, mayor endeudamiento público.

Y pareciera que el optimismo hacendario, por cierto no compartido por el Banco de México donde también el ceño está fruncido, se deriva de que en 2014 las cosas irán no mejor, sino muy bien.

La base de tal creencia parece estar en que se aprobará la reforma energética y que con eso, el país será inundado de inversiones y la economía recibirá un jalón para crecer hasta 3.9 por ciento.

Pero Hacienda no quiere ver alrededor y darse cuenta de dos cosas: la primera, que la economía mundial está aún en serias dificultades y que la llave de salida aún no se encuentra y la segunda, que en México no estamos haciendo nada para que la economía se recupere en 2014; más aún, la miscelánea fiscal recién aprobada es un freno a la recuperación y la reforma energética; si se aprueba, beneficiará a la economía en tres o cuatro años.

Hacienda se niega a ver, por ejemplo, que Europa no encuentra la forma de superar su crisis económica, porque por principio de cuentas, la exigencia de resolver sus déficit fiscales atenta contra el crecimiento económico y porque para seguirle, los inversionistas ya se dieron cuenta que el euro sí es un riesgo y para finalizar, porque existe el temor de que la moneda única no sea un camino irreversible.

Y en Estados Unidos, no terminan por encontrar la fórmula para resolver su desequilibrio fiscal.

Los acuerdos políticos para lograrlo son frágiles y existe el temor de que una corrección abrupta hunda a la economía en la recesión y que las cosas se pongan peores empezando 2014 con el tema del  límite de endeudamiento.

Estados Unidos tiene los peores indicadores de su historia reciente. Un déficit público de 7.3 por ciento del PIB, una deuda que llega ya a 72.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y una cuenta corriente con un desbalance de 3.1 por ciento.

Es decir, la tormenta exterior continúa y es probable que se agrave.

Por eso, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó las previsiones de crecimiento económico mundial que había dado a conocer en julio de este año; pronosticó un menor dinamismo y podría hacer una nueva revisión a la baja en las siguientes semanas.

Si a eso le sumamos que en lo interno no se ha hecho nada para encender el motor, no hay forma de explicar cómo la economía mexicana crecerá 3.9 por ciento como pronosticó Hacienda en el paquete económico para 2014.

Si esa previsión no se da, entonces los ingresos tributarios tampoco se cumplirán y Hacienda tendrá que pedir más dinero prestado para tapar el hoyo, porque no se les ve médula como para hacer un  recorte al Presupuesto.

La realidad es que el panorama de corto plazo es muy preocupante ante una economía mundial con muchos problemas y una economía mexicana mal manejada.

La Secretaría de Hacienda necesita darse cuenta de que el panorama es muy complicado y que en lo interno ellos han hecho las cosas mal.

Si no modifican su actuación, veremos otro año de crecimiento económico raquítico, veremos el regreso de los desequilibrios en los fundamentos de la economía y veremos cómo se confirma el temor de que México desaprovechó los equilibrios logrados y regresó a lo que vimos 30 años: una crisis seguida de otra.

La verdad es que no hay tal regalo del caballo. Sólo lo que se ve, una caja con excremento.

Hasta el próximo lunes con nuevas…

Perspectivas.

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