Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

4 Dic, 2013

Megarregionalismo vs. multilateralismo

Interesante la reflexión del Financial Times sobre  la Novena Conferencia de la Organización Mundial de Comercio  (3 al 6 de diciembre) que se efectúa esta semana en Bali y, a la que asiste el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pues hasta ahora, Roberto Azevêdo, secretario general de la organización, no presentó una propuesta clara y creíble para fortalecer la negociación multilateral versus el avance y alcance de los pactos megarregionales.

La Alianza Pacífico suscrita por Chile, Colombia, Perú y México es una realidad de acuerdo con la nueva generación, y la decisión de mantener intocado el TLCAN por México, Estados Unidos y Canadá, los cuales negocian dentro del grupo de 12 países el TPP, o la negociación de leyes y regulaciones entre Estados Unidos y Europa (TIPP) y que podría generar un cambio en toda la producción global de concretarse; o el debate de los diez países del sur de Asia, para incorporar a India, Japón y China en su acuerdo regional para conformar una zona de libre comercio asiática, evidencian las dificultades de la OMC para ser “el foro” de negociación multilateral de las reglas del comercio mundial y la subrayan como la instancia de Ginebra para la resolución de controversias comerciales.

Ildefonso Guajardo se pasa de Bali a Singapur, donde se efectuará del 7 al 10 de diciembre la reunión ministerial del TPP y, al menos para México la prioridad de los acuerdos es evidente, aunque fue uno de los países firmantes para exhortar a que la reunión de Bali reimpulse las negociaciones de la Ronda de Doha de forma efectiva, particularmente en materia de facilitación del comercio (reducción de trámites en fronteras y puertos), siempre y cuando no se aborte de nuevo por el tema de subsidios agrícolas.

A finales de noviembre, en la reunión de los jefes de negociación de los integrantes del TPP, se alcanzaron acuerdos relacionados con temas de propiedad intelectual, comercio transfronterizo de bienes y servicios, entrada temporal de mercancías, una buena parte de los temas ambientales, aunque todavía falta camino por andar, prácticamente todo el capítulo de acceso a mercados, empresas estatales fabricantes de bienes, inversión, servicios financieros, regulación sanitaria y fitosanitaria, proveeduría gubernamental, laborales, de  e-comercio, homologación legal y regulatoria, barreras técnicas al comercio y reglas de origen.

Usted dirá que en la OMC son 159 países miembros, pero sacar la disputa sobre subsidios agrícolas no basta con el compromiso del grupo de países menos desarrollados, pues India o China tienen más peso, que toda África y Oceanía juntas, aunque éstas fueran decisivas para llevar a Azevêdo a la Secretaría General de la OMC, lo que demuestra que las burocracias no siempre son buenas para la chamba.

La negociación de Canadá con Europa, o el acuerdo automotor de Estados Unidos con Japón, pueden ser decisivos para los firmantes del TLCAN, pero los tres saben que el objetivo es fortalecer la capacidad de la región norteamericana de atraer empleo y producción a los tres países, cuidando que el encadenamiento productivo global no conduzca a concesiones de apertura que acaban costando mucho empleo y valor económico a los tres.

Lo mismo le pasa a Europa, porque la severa crisis de 2009-2010,  provocó un regreso al fortalecimiento de fuentes internas de crecimiento que subrayan la era del “megarregionalismo más que en la del multilateralismo” y en este movimiento, ¡Estados Unidos, se niega a que el mundo siga siendo eucéntrico!

De Fondos a Fondo

¡Pues la realizaron! Con todo y que Vicente Corta, de White & Case logró que se mantuvieran vivas dos de tres medidas cautelares para impedir la realización de la Asamblea Extraordinaria de accionistas de la “Serie B” de Grupo Aeroportuario del Pacífico, que preside Eduardo Sánchez Navarro, la convocatoria que efectuó Grupo México, de Germán Larrea, alcanzó su cometido.

Se lo adelanté en este espacio hace casi tres semanas cuando le comenté que el 3 de diciembre se realizaría a solicitud de Grupo México, la asamblea de accionistas de la Serie B de GAP,  en la que se abordó la renovación o no del Contrato de Administración y Transferencia Tecnológica (CATTT), que al día de hoy y hasta el mes de agosto de 2014 tiene GAP con AMP, controladora de la emisora.

Digo que hasta hoy, porque en un hecho sin precedente, los accionistas minoritarios de la Serie B de GAP votaron con todo sustento legal a favor de la “no” renovación del contrato.

A la asamblea asistió 85% de accionistas con derecho de voto, físicamente estuvo 75% de ellos y de éstos, 64% votó en contra de la renovación del CATTT, que si fuese renovado por cinco años más, tendría un costo contra EBITDA de al menos 50 millones de dólares de pago para el grupo de control AMP, y que hoy los votantes consideran que va en contra del interés de los minoritarios, independientemente de que haya sido acuerdo con el gobierno federal cuando se extendió la concesión, como argumenta la contraparte.

Déjeme contarle que más allá de una guerra que mantienen los dos grupos por el control de GAP, la convocatoria estuvo atestiguada —por aquello de que pueda decirse que es ilegal—, por Alejandro Martínez de la CNBV y José Antonio Cerda de la BMV, y con acta notarial levantada por Miguel Alessio Robles, notario público 19 de la Ciudad de México, muestra que GMéxico tiene capacidad para convocar y, aunque es de esperarse que AMP impugne legalmente el resultado de la asamblea, este muestra el sentir de los inversionistas.

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