Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

21 Dic, 2013

Instituciones

A finales de año personas, empresas y gobierno hacen balances de lo que pasó y lo que dejó de suceder. A la par empiezan a planear qué se va a hacer el año que viene. Hay todo un ritual de fijar metas ambiciosas y los propósitos de Año Nuevo. Consistente con la época hoy voy a hacer el balance de un aspecto muy puntual de las reformas de 2013.

Aunque las materias son muy diversas, hay un común denominador en muchas de las reformas y tiene que ver con cambiar el diseño institucional. Estos cambios consideran la creación de nuevas instituciones, como en el caso del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Otros cambios, que son la mayoría, consideran desaparecer instituciones y crear otras nuevas que fundamentalmente van a hacer lo mismo. La primera categoría es la de Secretarías de Estado.

En esta categoría considero a la Comisión Nacional de Seguridad, que ya opera como tal, y la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, que está en proceso legislativo. En el primer caso estamos hablando en esencia de la Secretaría de Seguridad Pública transformada en Comisión, pero con un esquema de reporte diferente dentro del gobierno.

En el segundo caso estamos hablando de un nuevo cambio de nombre a esta dependencia que sigue haciendo fundamentalmente lo mismo desde hace 30 años. Se le ha llamado Contraloría, Contraloría y Desarrollo Administrativo, Función Pública y ahora se le quiere llamar Anticorrupción.

Estamos ante otro cambio de nombre y de algunos nuevos atributos y facultades pero en esencia van a hacer lo mismo.

La segunda categoría es la de organismos que tenían una responsabilidad dentro del Ejecutivo federal aunque tuvieran un cierto grado de independencia. Si bien en el caso de estos organismos había investigación académica que apuntaba a que se tenían que hacer cambios para fortalecerlos, no había una visión de que se tenían que desaparecer.

La creación de una institución no es un proceso que sea estático en el sentido de que se surge y no puede cambiar. Al contrario, es un proceso dinámico donde las instituciones van evolucionando y madurando.

En esta categoría considero a la Comisión Federal de Telecomunicaciones, la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Acceso a la Información. Creo que es algo muy bueno que se dé a estos organismos autonomía constitucional y que se les den más facultades.

La pregunta relevante es si se necesitaba decretar la “muerte” legal del organismo anterior y decir que se crea “uno nuevo” en esta administración. La implicación de esta visión es que el anterior no servía. Los cambios que se hicieron no lo justifican.

Ahora bien, no todos los cambios apuntan a un fortalecimiento. Algunos de estos generan debilidad como el hecho de que el tema de competencia en telecomunicaciones se queda en la Comisión de Telecomunicaciones y no en la de Competencia.

Finalmente, la última categoría considera a los organismos autónomos que es el IFE. Con la Reforma Política se propone la creación de un Instituto Nacional de Elecciones y desaparecer al IFE.

El IFE como institución, ha facilitado la migración al México democrático. Desde 1997, con la oposición logrando mayoría en el Congreso a la alternancia en el 2000 y a la nueva alternancia en 2012. Es una institución que ha cumplido con su misión y la respuesta del legislativo es desaparecerlo en vez de construir.

En resumen, estamos en un proceso de reformas que han creado nuevas instituciones donde ya las había, en vez de entrar a un proceso de evolución y fortalecimiento de éstas.

Las reformas están dando una mala señal de no respetar a las instituciones que se habían creado en México las últimas décadas, siendo el caso mas decepcionante lo que se está haciendo con el IFE.

Para entender los procesos de desarrollo institucional en los países y su contribución al crecimiento económico hay que considerar el tipo de instituciones que se crean. Hay instituciones para extraer rentas y hay otras que dan los incentivos a las personas al ahorro, la inversión y la innovación.

No parece que ninguna de las reformas institucionales de 2013 cambie las condiciones o genere incentivos totalmente diferentes a los que se tenían. Por lo tanto, lo que se puede esperar en promedio es un desempeño institucional un poco mejor al que se tenía. No más que eso.

Por último, quiero desear a todos los lectores unas felices fiestas, extraordinarias vacaciones y ¡un 2014 fenomenal!

 

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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