Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

7 Ene, 2014

Profundizar, no renegociar el TLCAN

A propósito de editoriales y comentarios que se han desatado en los últimos días y que llaman a la reapertura y renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la verdad no saben lo que es abrir la Caja de Pandora, particularmente porque muchas de esas críticas son movidas por empresas que buscan incluir un acuerdo energético, modificar estructuras de ventas de gobierno, establecer sistemas de compensación y arbitraje distintos, incluir el llamado comercio justo que tendría a todas luces que considerar derechos laborales y el subsidio de la migración ilegal mexicana o de cualquier otro origen a Estados Unidos y Canadá y, temas relacionados con el comercio electrónico, la regulación ambiental y la propiedad intelectual.

El TLCAN, que cumplió 20 años el 1 de enero pasado, fue el primero en su tipo en el Hemisferio Occidental, y explica el impresionante crecimiento del volumen de comercio e inversión entre México, Estados Unidos y Canadá y fue el modelo que sirvió de base a la OMC, que vino después.

Para México, los resultados en producción, empleo y exportación han sido positivos, pues el comercio internacional derivado de la apertura de fronteras y la baja arancelaria (cierto es que algunos sectores perdieron y otros ganaron), multiplicó por siete la capacidad exportadora y por diez la capacidad de atracción de inversión.

De ahí que para el presidente Enrique Peña y su equipo de negociación internacional encabezado por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, el camino elegido para “modernizar el TLCAN” no es renegociarlo sino profundizarlo, en el entendido de que el mundo y la globalización de hoy no son los mismos que los que teníamos en los 90 o en la primera década del siglo y, que la regionalización, la integración de cadenas de suministro y la necesidad de establecer reglas de juego equitativas que, incluso, consideren las asimetrías entre los países, hacen la diferencia entre quienes pretenden empujar una renegociación.

México ha suscrito la Alianza Pacífico y este acuerdo podría ser el principio para incluir a los que quieren acordar libre comercio con Estados Unidos y Canadá, países que además, junto con México y Perú, forman parte de la negociación del TPP, el cual se ha convertido, al ser complementario, en el verdadero modernizador del TLCAN y en estrategia clara para asegurar el acceso al mercado de más alto crecimiento en dos décadas, que es el asiático.

De hecho, Estados Unidos y Canadá están usando, como México, la negociación del TPP para pivotar y rebalancear aquellas áreas que por su evolución global y comercial no fueron incluidas en el acuerdo original y, en segundo lugar, aquellas que por definición legal y nacional se busca resguardar aun con todo y Reforma Energética y de telecomunicaciones en curso. ¿O qué, permitirán que Televisa pueda registrar como inversión directa su inversión total en Telemundo?

De Fondos a Fondo

Hay dos bancos que no están cumpliendo con la entrega de información en calidad, tiempo y forma que le exige la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que preside Jaime González Aguadé. El primero es Banco Bicentenario, que dirige Ignacio Landa Ventosa, quien derivó de la Union de Credito de Nuevo Laredo y obtuvo para operar el año pasado y, el segundo, es Volkswagen Bank, de Jörg Pape. Según el reporte de calidad de información entregada de la autoridad financiera, estos dos están en amarillo, esto es, no envían a tiempo su información o lo hecen de manera incompleta. De hecho dice “la información tiene algunas deficiencias de consistencia, así que tómelo con reserva”, y tómelo quien lo quiera, ya que el segundo es un activo participante del mercado de dinero. Mes a mes le estaré contando quiénes suben y bajan del banquillo de los inconsistentes.

Entre hoy y mañana, Fumisa que dirige Ruffo Pérez Pliego, recibirá una misiva del AICM, que dirige Alfonso Sanabria, “invitándole” para que revisen las condiciones del finiquito del contrato que suscribieron las partes con todo y sus anexos y revisiones.

Fumisa quiere algo así como cuatro mil 900 millones de pesos para darse por servida a una TIR de 12.85, mientras que el AICM continúa subrayando que el contrato venció y que es hora de finiquitarlo, lo que no obliga a extender el plazo para que Fumisa rente los locales comerciales de laT1 y cobre por el flujo de las 9 posiciones de la T1 internacional (de la 26 en adelante).

Es cierto que el AICM no acudió y demostró en los procesos de validación de la TIR ante jueces civiles y tribunales del Distrito Federal, que tenía razón en impugnar el cálculo efectuado por Fumisa entre 2006 y 2010, y es posible que se aplique eso de que por no objetar judicialmente lo que presentó Fumisa, el AICM consintió.

Por otra parte, se argumenta  que el AICM no es ASSA y, como tal, no es una entidad gubernamental sino que en este contrato es “concesionario privado” y se sujeta a la autoridad civil, por lo que sus activos inmobiliarios no pueden ser considerados bienes nacionales.

Y si bien la inversión a precios históricos fue de mil 200 millones de pesos entre 1991 y 2006, Fumisa dice que a reserva de actualizar julio-diciembre, tan sólo la diferencia en su favor a valor presente es de cuatro mil 900 millones de pesos o diez años como mínimo.

Sólo le puedo adelantar que el AICM está revisando la cifra final considerando el EBITDA histórico contra gastos para cotejar tanto la TIR como la diferencia que considera le debiera pagar Fumisa. Mire, para mí que las administraciones de Fumisa y el AICM se sentarán a negociar, y algo saldrá en los próximos 90 días, o un fuerte litigio o un acuerdo de compensación económica.

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