Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Ene, 2014

Industrias “azucaradas”: ¡todo un reto!

Las que todavía no se reponen del susto son las industrias del refrescos, bebidas azucaradas y alimentos procesados que incorporan azúcares, pues el tránsito de empresas no reguladas a sobrerreguladas en cuestión de días, les ha cambiado el panorama y la manera de andar.

Compañías como Femsa y su área de asuntos públicos, que encabeza Genaro Borrego, por ejemplo, que sumadas a otros directores corporativos como los de Bimbo, que lleva Luis René Martínez Souvervielle, y en general las afectadas integrantes de ConMéxico, que continúa teniendo por presidente ejecutivo a Jaime Zabludovsky, están conversando para coordinarse sin que ninguna empresa renuncie a la posibilidad de ampararse (de hecho están por ocurrir las estrategias legales) contra la aplicación del IEPS que entró en vigor en enero.

Esto, porque consideran que se estigmatiza alimentos buenos y malos o bebidas buenas y malas, pese a que la Organización Mundial de la Salud ha dejado en claro que en México, como en el mundo, el problema de la obesidad y la diabetes asociada es que se consumen menos calorías de las que se comen, lo que convierte al factor de movilidad personal en tan importante como la ingesta alimenticia de alimentos o bebidas calóricas.

Esta nueva realidad, que apenas comienza, se ha convertido en un reto impresionante para cada una y para el conjunto de industrias, que conviven dentro de la misma rama alimenticia e incluso dentro de las mismas empresas, con bebidas y alimentos que conservaron la cálida de “buenos” por no calóricos o por estar mezclados con leche.

El IEPS asociado a la vocablo chatarra en algunos alimentos, los estigmatiza como comida nociva para la salud (alimentos malos) y, por lo tanto los sujeta a cumplimientos normativos en materia de publicidad por encima de los que tenían, de revisión de sanidad que no tenían, los obligan a invertir en investigación y desarrollo para reducir la cantidad de azúcares o grasas incorporados en ellos a fin de reformular procesos y productos, y también  a invertir en la promoción activa de “modos de vida saludables” y, hasta a modificar sus esquemas de tributación porque por primera vez, no sólo pagan impuestos corporativos sino son recaudadores del impuesto que sanciona.

De Fondos a Fondo

En relación a lo que le platiqué el día de ayer, déjeme puntualizarle que lo que Banamex USA recibió en su momento (marzo 2013) fue una Consent Order del Federal Reserve Board, dentro del proceso administrativo de revisión de procedimientos y aplicación de controles antilavado de dinero y secreto bancario, que de acuerdo con otras autoridades de supervisión no estaban siendo respetados.

El Consent Order implica que Citigroup estuvo de acuerdo con establecer un programa de cumplimiento supervisado para mejorar la estructura y los controles en Banamex USA, que si bien se revisan periódicamente en todas las filiales dentro y fuera de Estados Unidos en Citigroup, por los cambios en la regulación que se dieron entre 2010 y 2013, pudieron no estar en consonancia específica.

Le recuerdo, que como le comenté ayer, también organizaciones como Bank of America, JP Morgan, Well Fargo y muchos bancos regionales y locales, están bajo supervisión, justamente para mejorar los controles.

Adicionalmente, le quiero confirmar que los rumores que acusan una migración de cuentas de Banamex USA a Citi no tienen confirmación oficial y, de hecho, pude corroborar que la filial de Citigroup opera de forma regular en la relación con los clientes que cumplen con los procesos establecidos en la integración de sus expedientes (y donde FATCA no tiene nada que ver), aunque sí, efectivamente, hacen un más minucioso conocimiento del cliente.

Y también, como le comenté ayer, ni la Fed ni ninguna autoridad de supervisión en Estados Unidos ha iniciado ningún procedimiento en el caso de Banamex, que dirige Javier Arrigunaga, ya que cumple completamente con todos los ordenamientos exigibles en México en materia de lavado de dinero y cumplimiento normativo, y también los de Estados Unidos.

La colocación de VivaAerobus, que preside Roberto Alcántara, como le adelanté oportunamente, se estará realizando a finales de febrero, pues el road show ya comenzó de la mano de Banorte, que encabeza Alejandro Valenzuela, y Barclay’s, que en México lleva Raúl Martínez Ostos.

Es difícil estimar el monto de la colocación, pero si usted considera la “apertura de mercado” del ultrabajo costo que realizó Volaris, que lleva Enrique Beltranena, en septiembre, es fácil suponer que ande levantando más de 500 millones de dólares, suficientes para cubrir los sale and lease back de sus 52 aviones Airbus y de los cuales ya depositó como 860 mil dólares cash.

Será una oferta primaria y secundaria, con colocación de 30 por ciento aproximadamente en el mercado nacional y el resto en oferta global a través de la regla 144A de la SEC.

Fíjese lo que trae el prospecto y que parece muy interesante: sus costos son los más bajos de cualquier aerolínea que cotiza en los mercados de valores en el continente Americano, por lo que si Volaris es de ultrabajo costo, ésta es de súper ultrabajo costo. ¡Rudo!

Durante enero-septiembre del año pasado, el costo por asiento (CAS) fue de 0.769 (MN) y nuestro CASK ajustado por segmento de 0.80 (MN). Durante ese periodo, el costo promedio por asiento y el CASK ajustado por segmento entre todas las aerolíneas mexicanas que divulgan información al público fue de 101.7% y 53% más alto, respectivamente, y el siguiente menor costo por asiento y CASK ajustado por segmento entre el mismo grupo comparativo fue de 55.9% y 18.8% mayor, respectivamente, que el nuestro.

También el costo promedio por asiento entre todas las Aerolíneas de bajo costo líderes en el continente americano que divulgan información al público fue 68.6% mayor que el de VivaAerobus.

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