Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

1 Feb, 2014

Reformas económicas y Estado de derecho: ¿acaso necesitamos las dos?

La reunión de Davos fue muy reveladora de esta dualidad que es muy relevante para México. El presidente Peña Nieto hizo una presentación del proceso de transformación que se está dando en México por las reformas. Su compañero de panel, sobre el tema de seguridad.

El discurso del Presidente fue igual a los que da en México y consistente con las campañas de publicidad. Si bien ésta es una parte de la historia, no es todo.

Sí hay mucho que vender sobre lo que sucede en México. Es una realidad que varias de las reformas representan un cambio radical en las reglas del juego para varios sectores. Seguro tendrán impacto en la productividad de esos sectores y en otras áreas de la economía.

Por ejemplo, en energía se pueden mencionar los efectos de la apertura en materia de gas. Se tendrá más gas disponible a precios similares a los que hoy tiene Estados Unidos, con un efecto de reducción en los costos de las empresas en México.

Además, dado que el precio del gas es un factor importante en la determinación del precio de la electricidad puede también haber un beneficio por esa vía.

Sin embargo hay datos que cuando se analizan en conjunto dan otra perspectiva.

Los resultados de la actividad económica durante 2013 no fueron buenos. Se empezó el año con una expectativa de crecimiento superior a 3% y se termino el año con un crecimiento alrededor de 1.3 por ciento.

Las reformas constitucionales son la primera etapa y queda pendiente la definición de la regulación secundaria. Hay riesgo de que la ley secundaria no cumpla con las expectativas originales.

Por lo tanto, estamos en una situación en la que aún no es clara la ruta del crecimiento económico. Los efectos económicos más relevantes de las reformas se van a dar en el largo plazo.

Si bien este proceso reformador no lo habíamos visto durante los últimos años, hay otro factor que no es una reforma legal que no se está atendiendo y que es igual de importante. Ésta tiene que ver con la aplicación del marco legal o lo que se conoce como Estado de derecho.

Tener las mejores leyes, pero no se cumplen, es igual a no tenerlas. Para que las reformas estructurales tengan el impacto esperado se necesita que el gobierno trabaje con igual dedicación en mejorar el Estado de derecho. Si no cambiamos, aun con las reformas los resultados del desempeño económico no serán los esperados.

Este proceso de cambio tiene varios problemas. El primero, no son cambios al marco legal que se puedan promocionar. Aplicar mejor el Estado de derecho es un trabajo muy diferente.

Es un trabajo que no es vistoso y tiene que darse en toda la estructura de gobierno. Éste es el primero que debe respetar en todo momento las leyes.

Lo anterior implica ya no promover ni ser parte en actos de corrupción.

Otra manifestación es que se da una mala aplicación del Estado de derecho y lo vemos en el aumento de la informalidad.

Hay otra actividad que por su misma naturaleza violenta el Estado de derecho y es la inseguridad. En este tema lo que sucede es que el gobierno no puede mantener el orden público, ha probado ser incapaz para capturar a los delincuentes y cuando llega a suceder la probabilidad de salir libre es elevada.

Un ejemplo práctico. El derecho de piso que cobran los delincuentes es una manifestación del fenómeno anterior. 

Lo anterior, genera un mal precedente que se extiende a otras áreas de la economía.

Queda claro que no es vistoso como las reformas, pero es necesario. Hay la percepción de que el gobierno vende los cambios legales en materia económica como la solución. El problema es que sin cambiar a una buena aplicación del Estado de derecho el efecto será menor y estaremos decepcionados como país.

Hay analistas que minimizan la importancia del Estado de Derecho diciendo que a pesar de la inseguridad sigue habiendo mucha inversión extranjera. La pregunta relevante es: ¿Qué tanto mayor sería con un buen Estado de Derecho? No sé, pero muy probablemente el doble.

He aquí la dualidad. Para potenciar la actividad económica, las reformas son una condición necesaria, pero no suficiente. Falta mejorar el Estado de derecho. Si no se empieza a trabajar en esta área pronto va a ser muy tarde para lograr la transformación en esta administración.

                *Director General del FUNDEF

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