Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

17 Feb, 2014

La evolución en el México de las reformas y las tendencias en las economías de los países emergentes

La semana que acaba de concluir evidenció importantes preocupaciones de analistas económico-financieros por los efectos negativos en las economías de algunos países emergentes, ante el final de las políticas promotoras de actividad económica, las cuales inyectaron liquidez a través de sus bancos centrales.

Consecuentemente, las monedas de diversos países emergentes pasaron por momentos cambiarios de volatilidad e inflación, que culminaron con depreciaciones de sus monedas, algunos más y otros menos.

Durante casi cinco años, dichas economías se beneficiaron de la liquidez que les entraba y, en algunas de ellas, ésta se tradujo en flujos de inversión y créditos baratos. De manera que no todos los emergentes gozaron de la misma forma ni sufrieron los mismos efectos.

Si bien cada economía enfrentó sus propias vulnerabilidades y debilidades internas, la mayoría de las monedas de los países emergentes fueron afectadas por las salidas de capital hacia activos de mayor calidad y valor. Los más afectados han sido Argentina, Rusia y Brasil; y no se puede descartar que estos efectos no continuarán.

De hecho, los países potencialmente afectados pueden enfrentar esas presiones externas de diferente manera, porque sus economías están fortalecidas. Por ejemplo, el importante crecimiento de reservas internacionales de algunos de estos y los sistemas de tipos de cambio flexibles de los que los gozan pueden atenuar los golpes externos.

Por otra parte, las tendencias recientes hacia una mayor inflación en estos países es la respuesta de su mercado a su situación concreta. Pero todavía habrá reacciones de sus bancos centrales al operar sus instrumentos monetarios de protección, así como los instrumentos fiscales de que disponen.

Por ejemplo, algunos de los países están sufriendo por los súbitos cambios en los precios de sus productos primarios que exportan. Es el caso de Brasil, Argentina y otras economías sudamericanas.

El caso de México es algo diferente. Por un lado, ha mantenido la estabilidad económica por muchos años como objetivo de política monetaria y, por otro lado, llevó a cabo 11 reformas estructurales largamente analizadas y programadas, mismas que se promulgaron durante 2013 y que redundarán pronto en mayor actividad económica.

El consenso de expertos —mexicanos y extranjeros—, así como de las instituciones internacionales, como la Cepal, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la OCDE, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros, han coincidido en expresar que México atraviesa por un sendero diferente por su instrumentación de las importantes reformas estructurales, que ya mejoran el contexto constitucional reformado y se cristalizarán con las leyes secundarias que están en proceso de aprobarse en las instancias legislativas federales este año.

Coincidió con este diagnóstico la calificadora Moody’s Investor Services que, en fecha reciente, le subió la calificación a México de “bbb” a “A3” .

Por lo anterior, se proyectan resultados más favorables este año que los logrado en el año anterior: un Producto Interno Bruto (PIB) de entre 3.5 y 4% , en contraste con el 1.3% de 2013.

También niegan que haya una escalada inflacionaria en el país. “El incremento registrado en enero de 2014 fue resultado del impacto de los nuevos impuestos relacionados con la Reforma Fiscal del año pasado”, explicó el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.

Particularmente importantes fueron los efectos; “de una vez por todas, porque no habrá más ajustes en el año”. Los más importantes efectos fueron los incrementos en el nuevo impuesto para alimentos y bebidas de alto contenido calórico y, en consecuencia, también de la homologación del IVA en la frontera.

En síntesis: “En el mediano y largo plazos, México tiene un gran potencial y se diferenciará del resto de los emergentes por las reformas”, concluyó.

Por otra parte, también se necesitan respuestas de tipo microeconómicas para promover el crecimiento en sectores cruciales, como el de la vivienda. Por ejemplo, este año se debe evitar una burbuja inflacionaria inmobiliaria, ya que se necesitan construir al menos 450 mil viviendas nuevas que cubran la demanda potencial esperada.

Para ese fin, se están diseñando respuestas de parte de la Sociedad Hipotecaria Federal, el Banco de Desarrollo del sector y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), la que ha insistido en el cambio de la Política Nacional de Vivienda, que ahora contiene mayor sustentabilidad y revierte los aspectos cuantitativos de la anterior por los aspectos cualitativos del presente.

“Las reglas de la vivienda que se dieron a conocer hace un año están encaminadas a corregir la visión de la administración anterior, cuando se fomentó la creación de grandes unidades habitacionales en la periferia de las ciudades; sin electricidad, propensas a inundaciones y en abandono”, concluyó Jorge Carlos Ramírez Marín, titular de la Sedatu.

 

*Presidente del Colegio Nacional de Economistas, Federación de Colegios de Económistas, A.C.

Twitter: @acanovelez

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube