Certidumbre fiscal y retos de afinación

El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dio a conocer el Acuerdo de Certidumbre Tributaria, para dejar de pagar nuevos impuestos durante todo el sexenio. Sin duda es una buena noticia. No vamos a tener que revisar, como cada año, los nuevos impuestos ni los nuevos IEPS, con los que todas las industrias de consumo masivo se ponen a temblar, desde celulares, aguas, cigarros, licores, hasta los refrescos para que no les cobren más impuestos.

Y para el pago de las empresas y personas físicas también habrá certeza de mantener los mismos impuestos de hoy en día. Sin embargo, ello no elimina claros retos donde la administración hacendaria necesita redoblar esfuerzos, como son la informática, el Régimen de Incorporación Fiscal y el estímulo al ahorro.

Difícil ahorrar sin estímulos

Tenemos enfrente el reto de afinar la progresividad fiscal. Desde luego estamos de acuerdo en que pague más quien gana más. Somos una sociedad inequitativa y poco solidaria. Pero en la nueva forma de cobrar el Impuesto Sobre la Renta sí se deben afinar cuestiones clave: deducibilidades para promover el ahorro, por ejemplo.

Parecería mentira, pero hoy en día no hay ninguna promoción del ahorro de las personas ni de las empresas.

Si usted quiere ahorro no tiene beneficios fiscales ni siquiera para el ahorro voluntario en su afore donde se redujeron a la mitad. Y la situación se complica en un contexto con bajas tasas de interés donde las cuentas bancarias dejan réditos menores que la inflación.

Página del SAT, buen reto

Otro reto es el informático. El Servicio de Administración Tributaria, cuyo jefe es Aristóteles Núñez, sí se ha tomado en serio el reto informático, pero el enorme cambio de papel a la administración tributaria digital, no ha estado exenta de dificultades.

Como sabemos las personas físicas no podrán presentar su declaración sino hasta marzo o abril, debido a que la página del SAT tiene que reforzarse.

El reto es cómo hacer que la página del SAT funcione y de manera sumamente fácil para el contribuyente.

El SAT, insistimos, hace buenos esfuerzos. Nos consta. Sólo que el conseguir una página que soporte todos los pagos impositivos del país, no es nada sencillo.

En el SAT y la subsecretaría de Ingresos, a cargo de Miguel Messmacher, están seguros de la digitalización como un avance en la administración tributaria. Tienen razón: podrán cruzar toda la información con cuentas bancarias y será más fácil la administración fiscal.

La entrada de la digitalización tiene que ver con la cultura del contribuyente para que sepa manejar internet y la computadora, así como por la capacidad informática de las páginas que soporten todas las entradas de los contribuyentes del país.

RIF, apuesta para atraer informales

El otro reto es el Régimen de Incorporación Fiscal, el cual, hay que decirlo, está bien pensado.

Se trata de retomar todos los pequeños contribuyentes que eran Repecos (Régimen de pequeños contribuyentes), mediante un esquema en el cual, el primer año no pagarán impuestos y tendrán facilidades en los siguientes diez años. Pero como ganancia para el SAT y Hacienda, van a informar sobre sus proveedores, que es a quienes el SAT quiere llegar.

El Régimen de Incorporación Fiscal también tiene que estar listo para la economía informal.

Y ahí es donde viene la apuesta: el informal preferirá tener ventajas de ser formal con el nuevo Régimen de Incorporación Fiscal, y así tener IMSS, pensión y acceso a créditos formales con bancos. O seguirá viendo difícil y complicado entrar a pagar impuestos.

Estrategia de todo el sexenio

Sin duda el tener certeza de no contar con nuevos impuestos, es mucho. Le podremos decir adiós a la miscelánea fiscal que pone a temblar a todos año con año. Y los agentes económicos confiarán en las nuevas reglas que se tendrán claras en todo el sexenio.

Pero hay retos que sí se deben atender. Y como botón de prueba están el mismo Régimen de Incorporación Fiscal, el estímulo al ahorro y la introducción de pagos de impuestos de manera informática.

Hacienda deberá afinar la estrategia que llegó para quedarse.