David Páramo

Análisis superior

David Páramo

3 Mar, 2014

Ninguna duda

No existe ninguna duda de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones cumplirá esta misma semana con las obligaciones constitucionales que le fueron impuestas al momento de su creación.

Gabriel Contreras y los comisionados han sorteado las presiones para no cumplir con su misión; sin embargo, saben que si no hacen esta parte de su trabajo antes del 9 de marzo perderán la oportunidad de constituirse como un órgano serio y prestigiado. De no hacerlo, se convertirían en la seguidilla de lo que fueron la Cofetel y CFCE en materia de telecomunicaciones, que en décadas no tomaron prácticamente ninguna acción que beneficiara la competencia en el sector.

El tema central que deberá resolver el IFT tiene que ver con la preponderancia en las telecomunicaciones y la radiodifusión, que le permitirán establecer medidas asimétricas que permitan una competencia efectiva en el sector.

Para que no se pierda en los muchos litigios mediáticos, que revivirán a partir de esta semana, en esta columna le daremos elementos para que comprenda cabalmente los puntos que resolverá la autoridad en materia de preponderancia.

Tarifas

1.- Tarifas. La preponderancia en materia de tarifas es la capacidad de un agente económico de establecer precios que desplacen a sus competidores.

De acuerdo con la OCDE, esta práctica en México implicó hace poco más de un año una pérdida de bienestar del orden de los 25 mil millones de dólares para los mexicanos, una cifra que es similar al valor total del sector de las telecomunicaciones.

La regulación que establecerá el IFT impedirá que quienes tienen una posición preponderante en el sector de las telecomunicaciones puedan fijar libremente sus tarifas; es decir, la autoridad establecerá precios a los que estas empresas puedan vender sus servicios de telefonía fija, móvil y banda ancha.

Comercialización

2.- Comercialización. La autoridad obligará al preponderante a transparentar sus paquetes y ofertas de servicios. A cada servicio que empaquete le deberá dar un precio unitario que no sólo deberá ser conocido por el cliente, sino por la autoridad y sus competidores.

Es importante establecer que estos servicios individualizados deberán estar disponibles a cualquier tercero, incluidos sus competidores.

Lo que buscará la regulación es que los paquetes (también conocidos como subsidios cruzados), el preponderante y la combinación de servicios de las empresas del grupo de poder económico no podrán seguir siendo utilizados para desplazar indebidamente a los competidores.

La eliminación de la exclusividad incrementará la competitividad en el mercado aumentando la calidad de los servicios, lo que disminuirá las tarifas que se cobran a los usuarios de estos servicios, lo que permitirá un mayor número de usuarios.

Discriminación

3.- Discriminación. En materia de telecomunicaciones, la discriminación se puede interpretar como tratar igual a desiguales.

Así, las regulaciones que deberá aprobar el IFT tratarán de una manera diferente al preponderante. La autoridad será cuidadosa al establecer controles que permitan al preponderante el uso de su fuerza e información privilegiada para desplazar a sus competidores.

En este caso se establecerá claramente un punto sumamente polémico, que son los llamados recursos esenciales. A diferencia de la mayoría de las empresas, en el caso del preponderante sus activos deben entrar en esta categoría.

La resolución del IFT deberá romper los llamados efectos de comunidad, a través de los cuales el preponderante ofrece tarifas menores a sus clientes que al resto de los consumidores, lo que se convierte en una barrera de entrada y freno al desarrollo de otros agentes económicos.

Dentro de las resoluciones que tomará hacia finales de semana el pleno del IFT, estos serán los tres temas fundamentales en materia de preponderancia y sin duda determinarán si se romperá la inercia de una regulación que por graves problemas de diseño y acciones ilógicas de reguladores impidieron que en el país se dé una competencia en telecomunicaciones como la que se registra en naciones que, incluso, tienen un menor grado de desarrollo económico.

Linchamiento

Los miembros de la Asociación de Bancos de México deberían tener mucho más cuidado sobre el clima de linchamiento que está resurgiendo en contra de la banca mexicana, que, a pesar de ser una de las más sólidas y mejor reguladas del mundo, es vista como una cueva de delincuentes.

Señalamientos bastante menores por parte de Condusef, encabezada por Mario di Costanzo, son puestos como supuestas pruebas de los actos de corrupción y en contra de los clientes por parte de la banca.

Si bien es cierto que parecería que estas actitudes parecen sacadas de una película de Pedro Infante o caricaturas de Abel Quezada, lo cierto es que van permeando no sólo entre algunos sectores de la sociedad, sino entre los legisladores que en la regulación secundaria al sector financiero parecería que no se cobrará por los créditos.

Al presentarse las denuncias por los presuntos fraudes de Oceanografía, propiedad de Armando Yáñez, hubo quienes decretaron que se trataba de “un fraude en Citigroup México”, cuando en realidad esta institución financiera habría sido víctima de este proveedor de Pemex.

El asunto podría resumirse a un descuido o falta de atención al detalle, pero en realidad fue el banco el que denunció inconsistencias sobre supuestas cuentas por cobrar con Pemex cuando en realidad no existían. Como algunos presentaron la información, parecía que la víctima era el victimario o, por lo menos, era una suerte de cómplice.

Terquedad

Las autoridades del sector vivienda siguen hablando de la recuperación de este sector y hacen cuentas súper felices sobre el desarrollo que tendrá la construcción de vivienda en este año. Vamos, hasta presumen del fin de la crisis y hablan de casos de éxito.

Sin embargo, la maldita y terca realidad sigue desmintiéndolos. El INEGI informó que durante el año pasado disminuyó casi 4% el personal, cayó más de 3.5% el valor de la producción y hasta disminuyeron los salarios reales.

El tiempo que ha dejado pasar la autoridad en materia de vivienda no sólo no se recuperará, sino que, además, es uno de los frenos fundamentales para la recuperación de la economía.

Si se reactiva la vivienda, casi automáticamente se recuperará el empleo, y el crédito seguirá expandiéndose. Sin embargo, el primer paso será reconocer que hay un problema que no se resuelve con buenos deseos.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube