Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

10 Mar, 2014

Vamos rumbo a la recesión

La reactivación económica que se observó a mediados del año pasado fue flor de un día y los indicadores dicen que el tobogán que se inició en el tercer trimestre del año continúa y no se ve recuperación por ningún lado.

Ya en febrero, las expectativas empresariales de producción cayeron 1.8 por ciento, el Índice de Confianza Empresarial se desplomó cinco por ciento, el Índice de Pedidos Manufactureros cayó 0.7 por ciento y desde enero, el Indicador Adelantado de la Economía cayó 0.06 por ciento.

Lo que todo mundo ve pero la Secretaría de Hacienda se niega a reconocer es que la economía mexicana no sólo no se está reactivando, sino que los primeros datos sobre lo que pasa este año nos dice que la situación es peor de como terminaron las cosas en el último trimestre del año pasado.

Por eso, la mayoría de los analistas bajó ya su expectativa de crecimiento a algo así como 3.3 por ciento para este año, en lugar de 3.5 por ciento que dominaba el escenario.

Y si el primer trimestre agrava las cosas, esas predicciones seguirán cayendo.

Es decir, es muy probable que los datos de crecimiento al primer trimestre del año, que se conocerán allá por abril, nos digan que ahora sí la economía mexicana está en cifras negativas.

Así lo están viviendo la mayoría de los negocios que sienten que la demanda no reacciona. Y es lógico, el hoy está peor que el ayer.

Los problemas, sin embargo, son mayores:

La Secretaría de Hacienda proyectó para este año un crecimiento económico de 3.9 por ciento; y con él, proyectó, por ejemplo, la recaudación de impuestos. Si el crecimiento no se da, tampoco se dará el ingreso tributario y entraríamos en la necesidad de un recorte presupuestal o de aumentar el déficit del sector público.

Lo grave de todo este escenario es que el gobierno continua esperanzado en que las reformas estructurales levanten la economía y lo más seguro es que eso no ocurra; hay una gran parálisis en el gabinete económico de Enrique Peña Nieto, donde nadie quiere tomar medidas extraordinarias para reactivar la economía, porque eso sería tanto como reconocer que las cosas no están funcionando bien.

Es decir, no tomemos medicina, no vayan a creer que estamos enfermos, aunque todos los indicadores dicen que la economía está enferma y que está empeorando.

¿Qué sería recomendable hacer para que la economía se reanime?

Por principio de cuentas, el gobierno podría anunciar algunas medidas de desregulación que abran espacios para una mayor competitividad.

Podría también ponerle fechas precisas para el inicio de algunas grandes obras de infraestructura, si es que existen.

Podría adelantar los datos de cómo se está ejerciendo el gasto público, con la esperanza de que estén pudiendo gastar en calendario.

Podría reunir a los grandes grupos empresariales y anunciar los montos de inversión que tienen, por ejemplo, las empresas agrupadas en el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Y, desde luego, es urgente acelerar la presentación en el Congreso de las leyes secundarias de una de las dos grandes reformas que están en puerta, la de telecomunicaciones y la energética.

Lo único que no se puede hacer es no hacer nada y en ese terreno, desde el año pasado, el gabinete económico se ha vuelto especialista.

En este gobierno hay suficiente conocimiento y talento para saber que cuando la economía no funciona, la gobernabilidad se vuelve difícil y el régimen deteriora su credibilidad y capacidad de hacer cambios.

Dejar que la economía mexicana entre al terreno de la recesión ha sido un error; dejarla ahí sin hacer nada es una equivocación histórica, que no se debe cometer.

Sí hay acciones de gobierno que se pueden y deben hacer para evitar que la economía mexicana se siga marchitando.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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