¿Qué hay detrás de los 5 años de mercado “bull” en Wall Street?

El colapso financiero que desató la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, se tradujo en el derrumbe de la actividad económica en Estados Unidos y el desplome de las bolsa de valores
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Imagen: Photos.com
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CIUDAD DE MÉXICO.-La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en un intento por restablecer la tranquilidad en los mercados monetarios, se apresuró a bajar la tasa de los fondos federales, la tasa de referencia en Estados Unidos, al actual rango de entre 0.00 y 0.25 por ciento. Pero sobre todo, y siguiendo la doctrina del ilustre economista inglés Walter Bagehot de que ante un pánico financiero, el banco central debe actuar como prestamista de última instancia inyectando dinero fresco a aquellas instituciones e instrumentos que lo precisen a cambio de garantías bien respaldadas, ideó varios mecanismos de facilidades de liquidez y crédito de tan amplio espectro que incluso alcanzó al papel comercial, y que fueron esenciales para estabilizar a los mercados de dinero.

A su vez, el departamento del Tesoro tuvo que emitir un plan de rescate para el sector financiero por un monto de 700 mil millones de dólares (el llamado “Programa de Alivio de Activos en Problemas” o TARP por sus siglas en inglés), se tuvo que salvar a las compañías automotrices como General Motors y Chrysler, al gigante de seguros AIG, y un recién elegido Barack Obama trabajó intensamente para que, en sus primeros días de mandato, el Congreso aprobara un paquete de estímulo fiscal, de aumento de gasto y recorte de impuestos, de 787 mil millones de dólares.

Gracias a todo este abanico de medidas, la administración estadunidense logró abortar los riesgos de una segunda versión de Gran Depresión, y consiguió detener la caída libre en la que estaba inmersa Wall Street. El 9 de marzo de 2009, casi seis meses después de la quiebra de Lehman Brothers, la bolsa de Nueva York tocó el fondo de esta crisis: el S&P 500 cerraba en los 676.53 puntos, el Dow Jones en las 6,547.10 unidades y el Nasdaq en los 1,268.64 puntos.

Tras ese día, Wall Street rebotó con fuerza e inició un rally que cumplió, ayer domingo, un lustro. Y el S&P 500, la principal referencia del mercado, el índice que mejor mide el tono general de la bolsa de Estados Unidos, celebró ese aniversario de mercado “bull” o alcista brindando con un nuevo récord histórico, los 1,878.04 puntos que alcanzó el viernes luego de publicarse un dato de empleo en Estados Unidos más robusto de lo pronosticado.

Los inversionistas interpretaron, con el dato de empleo en la mano, que la desaceleración económica del invierno fue un mero bache debido a las malas condiciones meteorológicas, y que la recuperación recobrará renovados bríos tan pronto salga el sol y regrese el buen tiempo, lo que favorecerá a los beneficios corporativos, y podría ampliar las ganancias bursátiles. En contrapartida descontó que la Reserva Federal, el 19 de marzo, ante la firmeza de la expansión en la actividad, reducirá el monto de compra de activos (el “tapering” en inglés) en otros 10 mil millones de dólares para situarlo en 55 mil millones de dólares mensuales.   

Rendimientos espectaculares

El caso es que en estos 5 años, del mínimo del 9 de marzo de 2009 al récord histórico del pasado viernes, el S&P 500 ha volado un espectacular 178 por ciento. El Dow Jones, por su lado, ha trepado un 151 por ciento, si bien todavía no ha alcanzado el máximos histórico del 31 de diciembre de 2013, las 16,576.66 unidades, que ya tiene al alcance de la mano. Y el Nasdaq, pese a ser el que más se ha disparado, con una fabulosa ganancia de 242 por ciento en este lustro, todavía se encuentra 14 por ciento por debajo de su nivel récord, los 5,048.62 puntos que tocó hace justo hoy 14 años, el 10 de marzo de 2000, cuando estalló la burbuja tecnológica de las punto com.

Este esplendoroso mercado “bull” o alcista que ya dura 5 años ha sido en toda regla, sin que en medio se produzca ninguna corrección del mercado de 20 por ciento. Sin embargo, no es ni el más largo ni el más poderoso: los 1,825 días que se ha prolongado este rally se queda muy corto si se compara con los 4,494 día que perduró el rally alcista más largo de la historia, el que transitó desde poco después del famoso Lunes Negro de 1987 hasta el estallido de la burbuja tecnológica de hace 14 años, del 10 de marzo de 2000. De hecho, el de la actualidad apenas es el sexto mercado “bull” más largo en Wall Street desde 1928. 

En cuanto a su poderío, el 178 por ciento que ha ganado el S&P 500 en estos 5 años lo hace el cuarto más opulento de la historia, siendo el más jugoso, de nuevo, el interminable rally de 1987 al año 2000, con una boyante subida del S&P 500 de 230 por ciento.

El estímulo del “dinero barato”

Ahora bien, la diferencia con otros mercados “bull” es que la impresionante escalada de la bolsa no ha ido acompañada de una etapa de fuerte auge económico. Por el contrario, la recuperación económica ha sido lenta y sigue renqueando, dando aún algún que otro sobresalto, por lo que cinco años después, la Fed sigue inyectando dinero fresco al sistema financiero con el fin de impulsar la creación de empleo, espolear el crecimiento y reconducir la inflación, demasiado baja, a niveles más confortables.

Entonces, si la economía no marcha bien, si la tasa de desempleo no ha regresado a los niveles previos a la crisis, si el mercado laboral no ha logrado aún recuperar los más de 8 millones de empleos que se destruyeron en la Gran Recesión, si las ventas de casas y la construcción de vivienda andan muy lejos de los máximos anteriores a la crisis,  ¿qué es lo que ha hecho que el S&P 500 ande desbocado, haya rebasado el anterior récord de octubre de 2007, y luzca esplendoroso en nuevos máximos histórico? ¿Sigue reflejando el mercado bursátil la sustancia, los fundamentales, de la actividad real, o está distorsionado?

No está claro: este mercado “bull” es en gran medida un artificio de la masiva expansión monetaria de la Fed y de otros bancos centrales, sobre todos de los países desarrollados. Este rally es un milagro propiciado por la maquinita de hacer dinero, por esos programas de compra de activos de la Fed, por esa política de relajamiento cuantitativo (los QEs, en inglés, cuya primera versión se anunció el 18 de marzo de 2009), que han inundado a los mercados de dinero barato y que ha sido aprovechado para invertir en todo tipo de activos. Esos recursos se han invertido en el S&P 500 hasta elevarlo a nuevas alturas. Pero no sólo se fueron a Wall Street: los capitales acudieron a raudales a los bonos del Tesoro de Estados Unidos, a la deuda y las divisas de los emergentes, al oro y a la plata, a la deuda corporativa, fuera segura o de alto riesgo, etc. Es precisamente ese riesgo de que se estén formando burbujas que en el futuro amenacen la estabilidad financiera por lo que muchos altos funcionarios de la Fed exigen dejar de seguir inyectando dinero barato a la economía cuanto antes.

Pero también se explica por los espléndidos márgenes de beneficios de las empresas. El elevado desempleo provocó que los que trabajen sean pocos, por muchas horas y no muy bien pagados.  Esas condiciones laborales junto con las fuertes ganancias de productividad han derribado el costo del trabajo por unidad de producto, lo que se llama los costos laborales unitarios, ampliando los márgenes de beneficios de las compañías a niveles récord. En los 12 meses acabados el 30 de enero de 2014, el margen operativo de las empresas del S&P’s 500 creció 9.6 por ciento. Los “osos” o inversionistas bajistas advierten que esa tendencia es insostenible y su reversión provocará pronto el fin de este mercado “bull”.

Entonces, ¿tiene este rally alcista algo más cuerda? Pudiera ser que sí. Todavía la Fed seguirá inyectando, a lo largo de este 2014, dinero fresco al sistema financiero, aunque cada vez en dosis más bajas, y con la intención de finiquitarlo al cierre del año. Pero la expansión monetaria, aunque atenuada, continuará.  Y por otro lado, las expectativas son que la recuperación económica gane músculo conforme avanza el año, por lo que los ingresos y beneficios corporativos seguirán luciendo bien, al menos en el corto plazo. El múltiplo del S&P 500 respecto a los beneficios esperados para el 2014 se ubica en torno a 16, que sin ser una valuación barata, tampoco parece exagerada. Por tanto, este rally nos puede regalar, aunque sin la exuberancia del pasado, otro año de mercado “bull” para alcanzar el sexto año, algo que sólo han logrado 3 de los 11 mercados alcistas que han existido en Wall Street desde la II Guerra Mundial.

 

* Director de Dinero Llama a Dinero

 

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