Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

31 Mar, 2014

Oceanografía: ¡carambola de tres bandas!

Primera Carambola: La desconfianza de los prestadores de crédito hacia proveedores de Pemex se instaló desde que “reventó” el caso de Oceanografía. Es un secreto a voces que a partir de lo sucedido a Banamex, de Javier Arrigunaga, todos los bancos —comerciales y no comerciales, de desarrollo y foráneos— miraron con lupa los contratos de factoraje y líneas quirografarias de proveedores de Pemex, la paraestatal que dirige Emilio Lozoya.

El argumento es simple. Si un banco del tamaño y capacidades de Banamex cuenta con todos los contratos de Oceanografía documentados, y durante la añeja relación financiera nunca tuvo problemas para el pago de facturas por cobrar o en las líneas revolventes, el fideicomiso siempre recibió los flujos de la recuperación y de la noche a la mañana (a partir de que Pemex la inhabilita —tras perder la licitación de los floteles e inconformarse— por haber presentado sistemáticamente fianzas minusvaluadas en diez contratos anteriores), a la hora de pedir una compulsa le dicen que poco más de la mitad de los contratos de asignación tiene firmas falsas, pues qué puede esperar el resto de los mortales.

La mayor parte de la deuda bancaria, incluyendo alrededor de 200 millones de dólares de la de Banamex, la de Banorte, Scotia o BBVA Bancomer, los créditos de Oceanografía continúan siendo servidos con regularidad, pero con la incertidumbre de tener el expediente bajo investigación en la PGR, sin la determinación de juez de lo que proceda.

De ahí que la instrucción girada no sólo fue para revisar Oceanografía, sino todos los contratos de proveedores de Pemex, en primer lugar, y del sector público, en segundo lugar.

Segunda  Carambola

El efecto inmediato es que el crédito a “proveedores de energía” y Pemex se ha ralentizado, y el efecto potencial es similar a lo ocurrido con la crisis de las tres vivienderas o con la reducción de la exportación de autos, pues para nadie es un secreto el impresionante fenómeno de concentración de mercados que tiene nuestra economía.

Hoy, todos los proveedores de servicios tienen que comprobar con notario y firmas autenticadas, registro con calendarios de pagos e iris digitalizado con lodos petroleros, que su orden de pago es auténtica.

La sequía crediticia apenas comienza, pero ya levantó señales de alarma. En la SHCP, que encabeza Luis Videgaray, comienzan a ver alternativas para contener el efecto con los propios intermediarios.

Aunque pueden echar mano de Nafin, de Jacques Rogozinski (banco con buena liquidez pese a haber reducido la tasa gracias a su importante actividad de intermediación financiera), el evitar un credit crunch sectorial es tan importante como el impulso de la Reforma Energética de leyes secundarias del presidente Enrique Peña, que esta semana se presenta en Cámara de Diputados y que, entre otras novedades, incluye todo un capítulo de incorporación obligatoria de la proveduría nacional en el reparto de los tesoritos de Pemex y CFE, como jocosamente se le llama a la decisión de la paraestatal de solicitarle a la Sener, de Pedro Joaquín Coldwell, el sólo quedarse con 33% de los campos con reservas, incluyendo gas shale, en la famosa ronda cero.

Tercera Carambola

Sequía Crediticia y expectativa de reparto de tesoritos que deberá incorporar a nacionales, agudiza pleitos añejos por quedarse con el pastel de Oceanografía de Amado Yáñez Ozuna.

Grupo Diavaz, de Luis Vázquez Sentíes y Grupo R, de Ramiro Garza Cantú, son los dos competidores de Yáñez y han jugado al codazo y puntapié en eso de quedarse con los contratos de Pemex y los tres se conocen, como dicen por ahí, las mañas.

El secreto de quienes han trabajado por años con Pemex había sido, hasta ahora, el conocer a los altos niveles de la estructura, pues ha sido una empresa con una arquitectura muy centralizada. Aun cuando hay varios Pemex y muchos escalones, los contratos de servicios de plataformas son pocos y concentrados.

Diavaz (muchos comentan que es la heredera del Grupo Protexa de los Lobos y con ella trae toda clase de historias urbanas) se logró asociar con los Chinos de Sinopec  y el grupo Evercor, de Pedro Aspe con 20 por ciento. Está dedicada al negocio de upstream, pero adolece del mismo problema que Grupo R, de Ramiro Garza.

No hay muchas plataformas autoelevables, un activo que, de por sí, era muy valioso para Pemex por su concentración en la exploración y producción en aguas someras, y más, después de conocida la Ronda Cero.

Otro jugador es CICSA, de Carlos Slim, quien le tiene rentada una plataforma Independencia a Pemex, y el nuevo actor preferido de la paraestatal, PMI, que lleva José Manuel Carrera, el que, con la asociación de los astilleros de Barreras, lo mismo le entra a  barcos que a floteles, y no dude que busque un tesorito, para mejorar sus capacidades en plataformas sumergibles.

Así las cosas, hay pocas empresas con la capacidad financiera y los activos para sostener contratos con la paraestatal y permitir el reacomodo de contratos de Oceanografía.

Una de ellas es Oro Negro, la empresa en la que están asociados el Fondo de Singapur Temasek, que lleva Lorenzo Bosco en México; el Fondo californiano Ares, con 45% del capital; en 35% están las Afores y por el otro 20% Gonzalo Gil, José Antonio Cañedo y otros socios. La dirige Ramírez Corso.

Esta reúne dos cualidades construidas de 2003 a la fecha: capital de riesgo para entrar al sector energía con gran prestigio y solidez financiera, así como socios institucionales que aprueban una estrategia diferente: ellos fueron a conseguir el activo y luego lo arrendan, y no como operan hasta ahora las otras empresas: primero consiguen la licitación y luego van por el activo para arrendarlo.

Oro negro enfrentó el año pasado una fuerte crisis entre socios porque Temasek y Ares presionaron en septiembre del año pasado para conseguir una venta hostil de la empresa (se rumora que a favor de Grupo R). Pero las Afores apoyaron a los socios mexicanos, quienes están demandando a los dos fondos. Pese a las diferencias entre accionistas que fue revelada el año pasado al mercado global, la transparencia y revelación les trajo 175 millones de dólares este año, para continuar fortaleciendo su propuesta para adquirir la plataforma semisumergible 6 y 7 de un plan de diez, de las cuales tres ya están sirviendo a Pemex en aguas someras; dos, en construcción, y otras dos, en proceso de contratación con astilleros de Singapur.

Así, Oro Negro se convierte en target y es mediante el ataque de campañas mediáticas que buscan forzar una venta. Dicen por ahí que quien la fuerza va perdiendo la batalla legal que lleva el abogadazo Jaime Guerra, pero a quien más le debe preocupar es a Pemex, porque con el crédit cruch, Navix y Oro Negro aseguran continuidad en la prestación del servicio.

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