Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

31 Mar, 2014

Economía parada y recaudación en caída

La recaudación de impuestos en febrero se cayó 9.4%, como una clara señal de que la economía mexicana no está funcionando y que la recuperación tendrá que esperar.

Es la peor caída en los ingresos tributarios desde la crisis de 2009, cuando la recaudación de impuestos cayó 15% y cuando la economía se contrajo 6.5 por ciento.

Es importante aclarar que en los primeros dos meses del año los ingresos tributarios del gobierno muestran un crecimiento acumulado de 8.1% gracias a buena recaudación en enero, pero también hay que precisar que el frenón de la economía continúa y que la cifra de recaudación acumulada pronto se volverá negativa.

Los ingresos tributarios tienen relación directa con la marcha de la economía. Cuando hay dinamismo, crecimiento, la recaudación aumenta; cuando, por el contrario, se vive un periodo de estancamiento, la recaudación de impuestos se cae. Desde finales del año pasado dijimos aquí mismo que proyectar para este año un crecimiento de 3.9% era una imprudencia porque en función de esa cifra se calcularon también los ingresos del gobierno.

El problema es que desde mediados del año pasado la economía comenzó a retraerse. Creció 1.1% en el segundo trimestre, 0.9% en el tercero y 0.2% en el cuarto y lo más probable es que tenga cifras negativas en el primer trimestre.

La señal más clara de que estamos en una contracción económica es la caída en la recaudación de impuestos; sencillamente, las ventas de las empresas bajaron, las utilidades no existen y, por lo mismo, no hay impuestos que pagar.

El problema se agravará en lo que resta del año. La mayoría de los analistas bajó ya su estimación de crecimiento a alrededor de 3.3% y lo más seguro es que luego de los resultados del primer trimestre, los cálculos de crecimiento se acerquen a tres por ciento.

El gobierno está actuando con una enorme imprudencia financiera. Sobreestimar el crecimiento lleva también a sobreestimar los ingresos tributarios y cuando esas cifras no se cumplen, sólo hay dos caminos: recortar el presupuesto de egresos o pedir prestado. Y dada la poca responsabilidad con que se están manejando las finanzas públicas, lo más seguro es que ante menores ingresos, el gobierno pida más dinero prestado.

El año pasado el gobierno aumentó el déficit público y en consecuencia, creció en el endeudamiento a cifras que no veíamos desde hace más de una década. Como se ven las cosas para este año, se ve difícil que el gobierno cumpla sus metas de crecimiento y de recaudación tributaria, lo cual nos llevaría a volver a aumentar la deuda para cubrir el desfase.

Muchas veces el secretario de Hacienda Luis Videgaray ha dicho que las reformas estructurales dinamizarán la economía, pero ya el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, salió a aclarar que la economía crecerá a 5%, pero hasta finales del sexenio, siempre y cuando las reformas estructurales sean en verdad de fondo.

Hasta ahorita, los pasos que se han dado son importantes, pero incompletos. La parte más importante, que son las leyes secundarias siguen en veremos, porque apenas ha llegado al Congreso la iniciativa sobre telecomunicaciones, que en opinión de los especialistas está lejos de las promesas que se hicieron en ese sector.

Es decir, se trata de una reforma descafeinada que no responde a las expectativas; si pasa lo mismo con las iniciativas en materia petrolera, estaremos desaprovechando el impuso reformador con que llegó este gobierno.

Hacer reformas descafeinadas no le servirá al país para dinamizar la economía.

Por lo pronto, sería prudente que Hacienda empiece  a modificar su proyección de crecimiento para 2014, porque nadie cree que se pueda lograr la cifra de 3.9% y, por lo mismo, tampoco se cumplirá con la meta de recaudación tributaria.

Hasta el próximo lunes con nuevas…  Perspectivas.

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