¿Se debe regular la industria aérea en México?

CIUDAD DE MÉXICO.- Desde la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como Presidente de México, uno de los temas que más ha retomado en la agenda es el de la competencia económica. Y el trabajo ha dado frutos al quedar plenamente constituida la Cofece, que es la comisión encargada de velar por la competencia en el país.

Una de las industrias que menos han estado en los reflectores, pero en la que se ha contemplado la intromisión del Estado es la industria aérea. Si bien, para el consumidor el discurso de regular monopolios puede resultar llamativo y deseable en todas las industrias, habría que estudiar la dinámica que sigue cada una de ellas, a fin de identificar cuál y cómo debe de ser la estrategia a seguir para regularlo.  En este artículo trataremos de dar una breve reseña de la situación actual del mercado aéreo y, si se quiere fomentar la competencia, cuál sería la mejor estrategia.

En días recientes, el senador de priista Miguel Romo Medina, presentó  ante la Cámara de Senadores una iniciativa de reforma de la Ley de Aviación Civil. Esta iniciativa ya pasó por la Cámara de Diputados desde el año pasado con fecha del 3 de enero del 2013. En ésta se hacían adecuaciones de carácter de servicio como las sanciones a las aerolíneas en caso de que haya retrasos o pérdida de equipaje. Entre otras cosas, también hace una adecuación al artículo 42 de la Ley de Aviación Civil, que trata de tarifas, permitiendo a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ordenar la creación de un tabulador, en común acuerdo con las aerolíneas, a fin de usarlo para fijar tarifas máximas y mínimas. Cabe aclarar que el mismo artículo ya establece un apartado para conductas antimonopólicas y también considera la posibilidad de fijar tarifas aunque sin necesidad de un tabulador.

Pero para entender cuál sería la mejor manera de regular y promover la competencia, primero hay que entender la estructura del mercado. La situación actual de la Industria aérea no es la de un monopolio propiamente. Desde el surgimiento de las líneas aéreas de bajo costo hasta la llegada de líneas aéreas regionales que cubren vuelos con poca demanda, el mercado ha incrementado su dinamismo y, por ende, la calidad y cantidad de servicio. Con datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, podemos apreciar que el número de pasajeros que han transportado las aerolíneas ha aumentado y ha logrado crecimientos sólidos de 10 y 9% en los últimos dos años.

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Por otro lado, el número de jugadores en el mercado aéreo mexicano también se ha incrementado. Click de Mexicana, fue el precursor de las líneas aéreas de bajo costo, y después se le unieron Interjet, Volaris, y VivaAerobus, en ese orden. Además, existen aerolíneas de menor perfil que se dedican a cubrir rutas que a las grandes no han volteado a ver como Aeromar y la recién constituida Transportes Aéreos Regionales  (TAR).

Para juzgar el carácter de monopolio o no del mercado aéreo se debe de considerar las características de cada una de las rutas. En México tenemos rutas que presentan alta competencia como Monterrey-México, pues la recorren las 4 principales aerolíneas (Aeroméxico, Interjet, Volaris, VivaAerobus).  Otras como Mexico-Guadalajara o México-Cancún son rutas con suficiente competencia como para poder bajar precios. Vale la pena señalar que la estructura de las rutas aéreas del país con el Hub (centro de conexión) de la Ciudad de México, perjudica la competencia al no crear rutas troncales.

Al momento queda claro que la industria aeronáutica ha crecido y sigue creciendo. Las nuevas opciones para viajar han puesto diversidad en las manos del consumidor y sobre todo, han mejorado tarifas en algunas rutas. Entonces, ¿cuál es la intención de la regulación? Si bien una intención de ellas es el de mejorar los precios para los consumidores, una acción así puede generar distorsiones en la dinámica que ha tomado el sector. Las aerolíneas toman como palanca ciertas rutas en las que tienen dominancia para poder competir en igualdad de términos con las demás opciones. La tesis es que, en un mercado desregulado como este, para ganar competencia en algunas rutas, se debe de perder en otras. La dinámica del sector atraerá a mayores participantes y mejoraría la competencia. El regular un precio rompería con esta tesis y limitaría la capacidad de los nuevos jugadores de posicionarse y competir ante las aerolíneas ya establecidas.

Si intervenir en el precio no es lo más indicado, sí lo sería velar disminuir las barreras de entrada que interponen los agentes ya presentes en el mercado. Más importante que definir precios máximos y mínimos, será importante la verificación de que no exista colusión entre los jugadores. Estableciendo las condiciones, la competencia llegará y apuntalará el crecimiento de la industria. También es necesario buscar la forma de que las aerolíneas cumplan con los términos establecidos con el cliente, esto es, reducir el número de retrasos.

Esto en un escenario en donde siguen apareciendo nuevos competidores y los actuales siguen creciendo. Una nueva aerolínea surgió en el 2014: TAR, que inició operaciones en marzo y se emplea en rutas de baja oferta; Shoutwest Airlines, anunció también que traería sus servicios al país convirtiéndolo en el primer país extranjero al que vuelan; VIvaAerobus sigue su crecimiento estableciendo el mayor acuerdo de compra de aeronaves de la francesa Airbus. En definitiva, las perspectivas para el mercado son muy alentadoras.