La importancia del empleo en Estados Unidos

La generación de puestos de trabajo es, ahora mismo, el indicador económico más significativo en las decisiones de política monetaria que determine la Reserva Federal (Fed)
Economía -
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de EU
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de EU

CIUDAD DE MÉXICO.- Mañana se publica el supremo dato de empleo en Estados Unidos. Ningún indicador económico en el mundo tiene más relevancia que el empleo estadunidense, y menos en esta coyuntura. La Reserva Federal (Fed), a diferencia de la mayoría de los bancos centrales del mundo, tiene un mandato doble.

No sólo le preocupa la estabilidad de precios, sino también que ésta sea compatible con el máximo empleo posible. Sin embargo, en este contexto de baja inflación, y sin presiones de precios preocupantes a la vista, el empleo cobra aún mucha más relevancia.

Esa misma impresión se desprende también de los comentarios de los altos funcionarios de la Fed. Basta con ver que al principio de la semana, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, concentró todo un discurso en el comportamiento del mercado laboral. A su juicio, la recuperación del empleo en Estados Unidos está lejos de haberse completado. Su diagnóstico es que aún existe mucha mano de obra ociosa, con ganas de trabajar, y que no encuentra trabajo. Y para ayudarlos, ella se comprometió a que la Fed mantendrá una política monetaria extremadamente flexible, de bajas tasas de interés, por “algún tiempo” más para estimular el crecimiento y devolver al mercado laboral a parámetros más normales y saludables.

Es, por tanto, ahora mismo, el indicador económico más determinante en las decisiones de política monetaria de la Fed. Y por las repercusiones que la dirección de la política monetaria de la Fed tiene en la economía mundial, es el de mayor potencial para sacudir a los mercados financieros, no sólo en Estados Unidos, sino a escala global.

Impacto monetario

Dentro del reporte de empleo, el principal indicador a tener en cuenta es el cambio en la nómina no agrícola. El ritmo de creación de puestos de trabajo se frenó bruscamente durante diciembre de 2013 y enero de 2014, debido a las inclementes condiciones meteorológicas. En los tres meses anteriores a diciembre, la economía creaba puestos de trabajo a un ritmo promedio mensual de 225 mil plazas. Eso llevó a la Fed a anunciar que ya estaban en condiciones para iniciar el “tapering”, o el programa de reducción de estímulos monetarios. Sin embargo, en diciembre, inesperadamente, sólo se contrató a 84 mil trabajadores.

La Fed lo atribuyó al clima y, consistente con sus planes, inició el “tapering” en su reunión de diciembre. La cifra de empleo volvió a defraudar en enero con sólo 129 mil contrataciones, y de nuevo se achacó a las adversas condiciones meteorológicas. En febrero, con un clima más benigno, mejoró a 175 mil, y la Fed interpretó que, en efecto, con la mejora del tiempo el empleo mejoraba, por lo que continuó con el “tapering” en la reunión de febrero. Aun así, la creación promedio de puestos de trabajo en los tres últimos meses fue apenas de 129 mil, casi cien mil plazas menos de los que se crearon al final del año pasado.

Para el dato de marzo, ya con condiciones climáticas menos extremas, el mercado espera que el ritmo de creación de empleo retorne a los niveles observados al final del año pasado, antes de que el clima distorsionara las cifra. En ese sentido, la encuesta de Bloomberg convalida esa percepción: el consenso estima que la nómina no agrícola aumente en 200 mil contrataciones.

Perspectivas

Un buen indicio de cara al dato de mañana es que las solicitudes de subsidios de desempleo han mejorado de manera sustancial en las últimas semanas. En la semana terminada el mes de marzo, los subsidios se redujeron a 311 mil, un mínimo de cuatro meses, lo que es consistente con la mejora del mercado laboral con la llegada de un clima menos frío y lluvioso. A su vez, el pronóstico para la nómina privada que elabora ADP, y que fue publicado ayer, señaló que el sector privado generó en marzo 191 mil empleos, significó la mejor cifra desde noviembre.

El riesgo; sin embargo, es que la cifra de empleo venga peor de lo pronosticado por el consenso. Las condiciones climáticas, sin ser tan extremas, han seguido siendo desfavorables, con frías temperaturas y lluvias sobre todo en las regiones del noreste y el centro de Estados Unidos, regiones altamente pobladas. De ser así, y según nuestros cálculos, la nómina no agrícola podría venir más cerca de 180 mil puestos de trabajo.

Pero la nómina no agrícola apenas es uno de los indicadores que vigila la Fed. El mercado laboral es mucho más complejo, y Janet Yellen observa muchos otros. El segundo en relevancia es la tasa de desempleo, variable que la Fed utilizó para establecer la regla según la cual si descendía por debajo de 6.5 por ciento podría empezar a subir tasas. La realidad fue que la tasa de desempleo, durante la recuperación económica, se deprimió mucho más rápido de lo pronosticado, y ya en febrero estaba en 6.7 por ciento. Para el dato de mañana, el consenso de analistas estima que se reduzca una décima más a 6.6 por ciento. Pero parte de ese inesperado declive en la tasa de desempleo se debió al desplome de la fuerza laboral: la tasa de desempleo caía, simple y llanamente, porque los estadunidenses, desalentados de buscar empleo y no encontrar uno, dejaban activamente de buscar y abandonaban el mercado laboral.

Por tanto, la tasa de desempleo se convirtió en un indicador insuficiente. Tanto que esa regla se suprimió en la última reunión de la Fed. Y para evitar nuevos malentendidos, la Fed decidió ampliar el espectro de indicadores del mercado laboral que escudriñará con el fin de asegurarse, con una mayor certeza, que el mercado laboral mejora de manera estable y sostenida.

Certeza

A partir de ahora diseccionará con sumo esmero un panel de nueve indicadores. Además de la nómina y de la tasa de desempleo, hay otros indicadores como la ya mencionada fuerza laboral (también llamada tasa de participación laboral), el ritmo de despidos de trabajadores, el desempleo de largo plazo, el porcentaje de la población que quisiera trabajar a tiempo completo y lo hace a tiempo parcial, aquellos que consideran que sus capacidades son superiores al empleo que detenta, los trabajadores que renuncian de manera voluntaria (confiados en que pronto encontrarán otro trabajo), o la evolución de los salarios. 

De ese panel de nueve indicadores, sólo dos, el de la nómina no agrícola y los despidos, se han recuperado a los niveles de la pre-crisis. Los restantes siete todavía se mantienen en niveles más deteriorados que los  observados, en promedio, durante 2004–2007. Uno de los indicadores de peor comportamiento es el del desempleo de largo plazo: más de un tercio de los estadunidenses desempleados llevan ya sin trabajar más de 27 semanas, comparado con 19 por ciento antes de la crisis. En lo que se refiere al desaliento y la caída de la fuerza laboral, el porcentaje de la población en edad de trabajar que está en el mercado se halla en mínimos de 36 años. A su vez, hay siete millones de trabajadores a tiempo parcial que les gustaría tener un empleo a tiempo completo.

La brutal recesión de Estados Unidos, la denominada Gran Recesión, destruyó alrededor de 8.7 millones de empleos. Y en estos cinco años, la economía ha recuperado casi ocho millones, pero todavía hay muchos indicios de debilidad en el mercado laboral, con el costo humano y las secuelas que implica para la productividad de Estados Unidos en el mediano plazo.

La Fed precisa ver, con urgencia, que el mercado laboral ha retomado la senda de recuperación de finales del año pasado. De eso, casi exclusivamente, dependen las decisiones futuras de política monetaria y por eso el dato de mañana es, simple y llanamente, crucial.

* Director de Dinero llama Dinero
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