No es automático

ACAPULCO.— La discusión verdaderamente importante durante la 77 Convención Bancaria, que se realiza en este puerto, no son los chismes de coyuntura o las necesidades de mantener estrictos controles para evitar fraudes, sino la paradoja entre la solidez bancaria y la necesidad de aumentar la penetración del crédito al sector privado.

Es lógica la propensión de los gobiernos a querer que se aumente el financiamiento en lapsos verdaderamente cortos para generar un mayor crecimiento. En la experiencia internacional hay una gran cantidad de historias, como en Estados Unidos durante la década pasada, en la cual la presión del gobierno es tal que se aflojan los controles y crece el crédito de una manera desproporcionada en periodos verdaderamente cortos que, siempre, deriva en graves crisis financieras.

La historia en México no es muy diferente. Durante el llamado Desarrollo Estabilizador la banca mexicana prestó en promedio 1.8 veces más que el crecimiento económico y de no haberse presentado la docena trágica de los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo más todos los errores subsecuentes como la estatización bancaria y la mala privatización de la década de los noventa, hoy la penetración de la banca sería superior a la que tienen países como Chile o Brasil, que tanto se usan en las comparaciones para mostrar que la banca nacional tiene una baja penetración.

Tras la privatización bancaria se generó un fenómeno de gran expansión descontrolada del crédito. En un lapso de dos años el financiamiento creció más de siete veces de lo que hizo la economía.

El resultado, vale la pena recordarlo, fue una tremenda crisis financiera que no sólo dañó a los depositantes de la banca sino a los contribuyentes en general.

Experiencia

Hoy la banca en México es una de las más sólidas y capitalizadas del mundo. Si se consideran algunos estándares es más fuerte que la de Estados Unidos y tiene índices de competencia similares a los que se registran en la Unión Europea y superiores a los que tiene la industria automotriz mexicana caracterizada como una de las más competidas del mundo.

Sin embargo, ante estos datos se enfrenta que en México la penetración de la banca no llega a 30% del sector privado a pesar de que durante los últimos ocho años ha tenido una tasa de crecimiento de 3% con respecto a la economía.

Curiosamente los países que durante este lapso han tenido grandes expansiones de crédito como Turquía, España o Brasil, en estos momentos se encuentran atravesando por crisis financieras de diferentes magnitudes.

En este sentido, vale la pena destacar que la Asociación de Bancos de México ha puesto a disposición de la Comisión Federal de Competencia Económica, encabezada por Alejandra Palacios, una gran cantidad de estudios sobre la competencia en el sector donde tienen índices muy superiores a los que marca la autoridad para realizar concentraciones.

Descuentros

Las instituciones de crédito consideran que si se cumplen tres condiciones fundamentales se podrá cumplir a final del sexenio con la meta de tener una penetración de 40% de crédito al sector privado a final de este sexenio como lo marca la meta del Presidente de la República.

Estas condiciones son el crecimiento de la economía que se dará con base en el éxito de las reformas estructurales, el sostenimiento de las regulaciones bancarias, así como un avance en el estado de derecho.

En la medida que se apliquen las leyes planteadas en la reforma financiera que permitan recuperar las garantías aumentará la penetración del crédito.

La Secretaría de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray, y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jaime González Aguadé, consideran que el crecimiento puede lograrse sin aflojar controles, pero generando una mayor competencia.

Por su parte, el gobernador de Banco de México, Agustín Carstens, tiene una visión diferente. Mientras que parecería que a las autoridades hacendarias les corre prisa por aumentar el crédito y quizá minimizan la posibilidad de una eventual crisis como las que se han presentado ante los repuntes del crédito, la posición del regulador es mucho más parecida a la de los bancos, es decir, que se debe mantener un crecimiento como el actual, en el cual las instituciones de crédito ya comenzaron a prestar más del dinero que captan, pero sin perder el balance y esperar resultados positivos en una década.

Será interesante ver cuál es la posición de Enrique Peña Nieto durante la clausura de este evento puesto que parecería el mundo al revés. Mientras que normalmente las autoridades deberían hacer llamados a la prudencia crediticia y las empresas privadas a soltar los controles, ahora resulta que los banqueros son los prudentes.

Paliza

La molestia de las empresas del grupo económico en torno a Teléfonos de México durante la presentación de ayer ante el Senado de la República dejan claro que la regulación les afecta mucho más de lo que parecería.

Se mostraron dos realidades durante la sesión de ayer que fue difundida por el Canal del Congreso. La de una gran cantidad de especialistas que están a favor de la regulación porque tiene elementos fundamentales a favor de los consumidores y de la competencia a raíz de establecer regulaciones asimétricas que permiten el crecimiento de la competencia en beneficio de los consumidores .

Llama poderosamente la atención la actitud de algunos legisladores, quienes parecería que no son empleados del pueblo que los contrató sino de una empresa en particular. El interés de las personas, sin lugar a dudas, debe estar por encima del que pueda tener una empresa en particular.

Queda claro que la estrategia del grupo económico en torno a Teléfonos de México será buscar una acción de inconstitucionalidad no sólo sobre la reforma a las telecomunicaciones sino a sus leyes secundarias buscando que la aplicación no se dé o, por lo menos, cambien los tiempos.

Desde el punto de vista político parecería que el PRI y una buena parte de Acción Nacional, junto con el Partido Verde lograrán impulsar estas reformas que, si bien requieren algunos ajustes, van en el sentido correcto porque benefician directamente a las personas.