Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

17 Abr, 2014

¿Vamos por la ruta correcta? ¿En serio piensa usted que nos llevará a un mejor futuro?

Voy a aprovechar estos días de la Semana Mayor para pedirle un favor el cual, espero, pueda usted concedérmelo. 

Decía que los aprovecharé porque, allá por los años cincuenta del siglo pasado las personas solían utilizarlos para reflexionar acerca de sus vidas, y de lo que habían hecho o dejado de hacer. Al mismo tiempo, quienes profesaban —en serio— la religión católica, durante estos días solían no sólo reflexionar acerca de su vida como católicos sino que también acudían al templo para renovar y fortalecer su fe. 

Desde niño aprendí, que estos días tienen un significado especial; al margen de la mucha o poca religiosidad o si uno fuera creyente o no, el ambiente que privaba durante la Semana Mayor era propicio para guardarse, para pensar —como dije— en la vida que habíamos llevado.

Sin embargo, “tiempos traen tiempos”; hoy las cosas han cambiado mucho y para comprobarlo, basta ver los noticiarios. De hacerlo, nos daríamos cuenta de inmediato que aquellas costumbres han dado paso a otras, no malas, simplemente diferentes.

En consecuencia, pedir hoy hacer un alto en el camino para analizar dónde estamos y hacia dónde vamos, podría sonar a herejía; la forma de vida que llevamos, resultado del profundo cambio cultural generado estos últimos 50 o 60 años, nos ha llevado a vivir —para decirlo rápido y claro—, el momento.

La costumbre de conversar acerca de temas de importancia para el país o ciertos grupos de la sociedad y, por supuesto, para nosotros y los nuestros, dio paso —casi sin sentirlo— a un coro amorfo e interminable de monólogos; éstos, lejos de facilitar la comunicación y el intercambio de ideas y opiniones acerca de éste o aquel tema, estimulan el insulto cobarde escudado en el anonimato, el cual hacen posible lo que hemos dado en llamar “redes sociales”.

Los problemas que enfrentan el país y una muy buena parte de los mexicanos, corren el riesgo de agravarse en los próximos 12 o 18 meses; una mala conducción gubernamental y la incapacidad en la gobernación de no pocos de los integrantes del primer equipo del presidente Peña Nieto, han agravado las cosas.

Esto pasa inadvertido, o nos comportamos como si tuviéremos miedo de reconocer la gravedad de lo que enfrentamos. En consecuencia, mejor buscamos escapar de la realidad para vivir el instante; optamos por el gozo de lo fugaz y mañana, ya será otro día.

Sin embargo, no obstante la fuerza de la corriente que nos lleva a dejar de lado lo trascendente, le pido destine unos minutos en alguno de estos días de asueto durante los cuales, por encima de la diversión, hay momentos de calma que permiten pensar en cosas trascendentes las cuales, van más allá de lo inmediato.

Le pido entonces que piense en la ruta que recorremos; ¿es la correcta? ¿Es la que nos lleva a un mejor futuro o como muchos afirman, en ella vamos velozmente a la debacle? Si le interesa el tema, analícela y piense hacia dónde nos puede llevar; asimismo, piense si lo que estamos viviendo en esta difícil etapa del país, tiene remedio.

Lejos estoy de querer echarle a perder su descanso en compañía de los suyos; sólo busco provocar su curiosidad acerca del futuro, de lo que nos espera, a todos, si seguimos como vamos, y por donde vamos.

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