Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

25 Abr, 2014

Emprendedurismo colaborativo

En el mundo de los negocios, dice el argot popular, que pez grande se come al pez chico. Que los grandes negocios, al llegar a un pueblo, a una industria o a un mercado, acaban con los pequeños negocios existentes o inhiben el desarrollo de nuevos y pequeños participantes. Sobre todo en los pueblos y pequeñas ciudades de provincia, que tienen una mayor proporción y arraigo de negocios locales, se suele pensar que las economías de escala canibalizan al artesano, pequeños agricultor o proveedor de servicios individual.

¿Pero qué pasa cuando es diferente? Cuando el pez grande en vez de comerse al chico lo empodera y le da un espacio para su mayor y mejor desarrollo.

Hace unos días conocí un caso y me gustaría compartirlo. En 2011 llegó el hotel Rosewood, cadena de hoteles de hiperlujo, a San Miguel de Allende (ese pueblo mágico que tenemos en México). Es un hotel pequeño bajo los estándares occidentales, pero para la ciudad representaba un hotel grande. Automaticamente se convierte en uno de los empleadores de gente más importante del pueblo y en uno de los consumidores de insumos más grandes.

Rosewood podría haber llegado con la política de comprar todos sus insumos en la Ciudad de México, en Miami o, incluso, en París. Pero optó por hacer algo diferente.

Con su política de sense of place/sense of taste deciden comprar la mayor parte de sus insumos (lo más que sea posible) de productores en un radio de 50 kilómetros a la redonda.

La cantidad de insumos que necesita un hotel es enorme y el poder nombrar como proveedores a los pequeños empresarios, artesanos y agricultores de la comunidad tiene un beneficio inmenso.

Con esto el hotel logra no sólo arraigarse económicamente a la comunidad sino también empoderar a los pequeños negocios que ahí operan

El impacto en la demanda de un cliente de este tamaño a los pequeños negocios de la comunidad tiene una derrama económica en infinidad de industrias. Desde el productor de quesos, el agricultor de lechugas, el artesano que produce los platos, el señor que les hace el pan dulce…

Estamos acostumbrados a pensar que las iniciativas de empoderamiento del pequeño empresario o de comercio justo tienen que venir de las sociedad civil organizada en ONG o del gobierno (iniciativas que claramente son fundamentales), pero si éstas no son acompañadas por iniciativas similares de las grandes empresas, que a fin de cuenta son los grandes y constantes consumidores de estos productos, su alcance es mucho menor.

Es muy pintoresco y romántico pensar en el pequeño quesero que vende sus productos en el tianguis orgánico de los fines de semana para yuppies y turistas. Pero este modelo económico para su subsistencia y crecimiento es endeble e inestable. Son las grandes empresas las que volviéndose los clientes y consumidores de estos micro y pequeños productores los pueden impulsar para crecer.

Me queda claro que esta visión de empoderamiento a la comunidad local no es común. La ley de la vida en los negocios se rige por buscar mejores costos y mayores eficiencias y el trabajar con estos pequeños empresarios, a veces, puede implicar prescindir de ambas.

Me queda claro también que los negocios grandes que tienen esta orientación social no lo hacen por ser “hermanitas de la caridad” sino por que tiene resultados financieros atractivos.

Lo más importante es que estas grandes empresas entienden que el empoderamiento a los pequeños emprendedores locales es una situación ganar-ganar:

Ganan obviamente los emprendedores que tienen un cliente de ese tamaño que representa una demanda grande y constante. Además de que, al ser una demanda más sofisticada, el mismo hotel los asesora para mejorar e innovar y les proporciona un escaparate a clientes y mercados que de otra forma les sería difícil de alcanzar.

Gana el hotel por poder ofrecer productos únicos y poderse diferenciar de la competencia con base en esto.

Y, finalmente, gana el país.

Ojalá más empresas tuvieran la conciencia, la consigna y el buen sentido de negocios para seguir estos pasos.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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