¿Seguimos pagando el costo de los errores económicos del pasado?

CIUDAD DE MÉXICO.- Usualmente cuando alguien habla sobre la crisis de la deuda o sobre el estancamiento de la economía mexicana en la década de los ochenta lo hace con la intención de poner a ese periodo como punto de comparación o para contar la historia de lo ocurrido en ese entonces. Es decir, se habla de esa época como una ya lejana y enteramente ajena al presente. Sin embargo, ¿y si lo ocurrido en aquellos años continuase determinando, al menos en una parte pequeña, el desempeño de la economía mexicana?

Luis Monroy Gómez Franco señala que es en ese periodo histórico cuando surgen o se agravan dos de los grandes problemas que aquejan hoy en día a la economía mexicana: la falta de inversión pública en infraestructura y el desplome en el salario mínimo real, llevando con ello a una contracción del mercado interno. Ambos hechos pueden observarse en las estadísticas que dan cuenta de lo sucedido en esa época. Lo grave, de acuerdo al autor, es que ambos hechos ocurrieron en buena medida por decisiones de política económica vinculadas a la forma en que se optó por estabilizar a la economía, las cuales no han sido revertidas. Así, el costo de la crisis de la deuda no fue solamente lo que no se creció en esos años, sino que a eso deben de agregarse el potencial de crecimiento perdido tanto por la caída en la inversión en infraestructura como por la contracción del mercado interno.

Si están interesados en cómo lo ocurrido económicamente en los ochenta puede estar determinando al menos en parte el magro crecimiento de la economía mexicana, no dejen de leer el artículo “Dependencia de ruta: Errores en el ajuste, problemas de la actualidad” de Luis Monroy Gómez Franco en la Revista Digital Paradigmas.