Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

12 May, 2014

Por fin, ¿cómo va nuestra economía en 2014?

La pregunta no es ociosa, porque 2012, y especialmente 2013, no fueron buenos años para México ni para las diversas regiones del mundo.

Hoy día, los tiempos económicos en el mundo en general son variables, en parte porque los países no acaban de sacudirse los efectos de la crisis financiera de Estados Unidos, que se turnó crisis económica mundial en 2008 a consecuencia de un manejo inconveniente de la política económica estadunidense durante el gobierno del segundo Bush, cuando soltaron los amarres de las leyes que regulaban su sistema financiero y las instituciones que en él operaban.

La “cruda” que hoy estamos viviendo los demás países del mundo —especialmente los emergentes como México— es consecuencia de las acciones de su Banco Central de Reservas (Fed), que ha venido revirtiendo los efectos de la inyección de liquidez que hizo durante los últimos tres años para reactivar su economía mediante la compra de instrumentos financieros con la creación de dinero.

Esa acción les permitió inducir —en ese momento— la necesaria demanda agregada para contrarrestar las amenazas de recesión que vivía Estados Unidos. Pero ahora que ya se reactivó su economía se ven obligados a drenar esa liquidez para evitar que genere presiones inflacionarias porque su economía, ya arrancada, está creando su propia liquidez.

Para nosotros “los emergentes”, y demás países, este mundo interconectado ha implicado momentos de inestabilidad cambiaria y demás, mientras que en los países del mundo industrial —como Europa y Asia norte— han promovido presiones recesivas, con los efectos en su menor ritmo de comercio internacional.

Resaltamos lo que ocurre en Europa Occidental, región que no ha logrado curar sus desequilibrios macroeconómicos y que, a la vez, ha venido sosteniendo economías con altos índices de desempleo y muy lentos crecimientos, con cuadros casi de deflación.

China, por su parte, ha desacelerado sus niveles de producción y crecimiento por debajo de los dobles dígitos que la caracterizaron y que la llevaron a promover socios comerciales de suma importancia, como Brasil, Turquía y demás, ahora, con su menor nivel de requerimiento de materias primas e intermedias.

Quienes más han sido afectados por esta evolución son países como Brasil y otros latinoamericanos, que en los años anteriores experimentaron una fuerte caída en sus exportaciones de materias primas, que fueron los bienes intermedios que dejaron de ser demandados por la maquinaria productiva brasileña y demás economías, como China y la India.

En ese cuadro económico y comercial mundial encajan México y sus expectativas para este año. Y de ahí surge la declaración del INEGI de que México “se encontraba ya en fase recesiva” por su casi nulo crecimiento de este año y del año anterior, no obstante las expectativas nuestras y las de los institutos internacionales, como el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, bancos del primer mundo y muchos otros.

Recordemos que el año anterior las proyecciones económicas para México eran halagadoras, en torno a 3.5%, pero a final de cuentas resultó ser poco más de uno por ciento.

Y de nuevo surgieron las proyecciones para 2014, en las que la cifra, otra vez, fue de entre 3% y 3.9%, arrojándose poco más de 1% en términos anuales en los dos primeros meses de 2014, de nuevo muy lejos de la proyección esperada de todos los institutos económicos que siguen lo que ocurre en México.

Para analizar la razón de ese resultado económico recurrimos a la doctora Janet Yellen, presidenta de la Fed de Estados Unidos, quien dijo ante una sesión que la convocó el Senado de su país: “El nulo crecimiento del primer trimestre (en Estados Unidos) se debió a eventos transitorios, como el frío invierno, anticipando un alza más acelerada en los siguientes trimestres.

“Con el duro invierno ya atrás, muchos indicadores recientes sugieren que un rebote del gasto y la producción está ya en marcha”, dijo, refiriéndose a los acontecimientos en su país, el principal socio comercial de México, que redujo significativamente sus importaciones de México durante el primer trimestre del año en curso, afectando así en forma importante la evolución de la economía mexicana.

También dijeron los mexicanos: “En 2013 no tuvimos recesión, mucho menos este año tenemos una,” Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público. Y “el país presenta una desaceleración muy significativa, pero sí ha crecido”, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial. Y “la economía no está en recesión; lo que cuenta es dónde estamos y a dónde vamos”, dijo Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

(*) Presidente de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C.

@acanovelez

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