David Páramo

Análisis superior

David Páramo

13 May, 2014

¿Cuál es la prisa?

Los legisladores son una especie bastante exótica. Viven a un tiempo total y absolutamente diferente del resto de los mexicanos: sus prioridades y sus prisas no son las de sus verdaderos patrones, es decir, quienes los eligieron y además pagan sus sueldos.

Los grupos, identificados con una buena parte del PAN y PRD, suelen preguntarse cuál es la prisa del gobierno para lograr, por ejemplo, regulaciones secundarias a reformas que esos mismos partidos aprobaron como la de Telecomunicaciones y la Energética.

Cometen un error de entrada. La prisa no la tiene Enrique Peña Nieto, su equipo de trabajo y ni siquiera los miembros del PRI ni del Partido Verde, la premura es de la mayoría de los mexicanos que estamos fastidiados de un crecimiento mediocre de la economía.

En sus debates, con una inaceptable ceguera de taller, se cuestionan entre ellos mismos, pero no ponen atención a las voces de la iniciativa privada o del Banco de México que una y otra vez gritan ante sordos de soberbia que el país no debe perder más tiempo. En materia de telecomunicaciones se estima que la reforma podría implicar un ahorro para los mexicanos que si se prorrateara equivaldría a unos 30 mil pesos, sin considerar los impactos que tendría una mayor competencia en otros sectores de la economía.

En la energética sucede más o menos lo mismo. En sentido contrario de los amantes de los monopolios incrustados en el PRD y Morena creen, la ineficiencia de Pemex y CFE implica un doble costo para los mexicanos.

Ambas paraestatales, incluso por razones de estructura, son altamente ineficientes y por lo tanto producen bienes a costos muy elevados. Para que la gente no los pague directamente se aplican subsidios que provienen de los contribuyentes. Otra manera de verlo sería que para no sacar todo de la misma bolsa una parte se saca de la derecha y otro tanto de la izquierda.

Si la regulación secundaria se da en los términos que fue enviada por el Presidente de la República y, por tanto, de la reforma constitucional, pues entonces se cumpliría con el objetivo final que es disminuir el costo de los energéticos generando una mayor competencia a favor de los mexicanos.

Oceanografía (II)

El caso de Oceanografía alcanzó una gran notoriedad porque tenía varios elementos atractivos, puesto que estalló por una denuncia que hizo Banamex por fraude que implicaba a uno de los principales proveedores de Pemex.

Sin embargo, parecería que no es un caso aislado y que plantea una gran cantidad de retos para las Auditoría Superior de la Federación. Esta dependencia está dando vista a la Procuraduría General de la República sobre diversos fraudes que habrían perpetrado durante la administración de Vicente Fox usando al programa Enciclomedia.

Si hace memoria recordará que en esa administración se lanzó este programa, el cual llegó a tener un presupuesto de cinco mil millones de pesos y que fracasó no sólo por problemas de diseño, sino también por la gran corrupción que se dio entre funcionarios públicos y algunos proveedores.

De hecho, parecería que los primeros que serán presentados ante la justicia son Ricardo Orrantia Cantú, que trabajaba en Grupo Altavista, y Javier Cordero Torres, de Oracle. De acuerdo con las investigaciones estos dos hombres se habrían coludido para esquilmar las arcas nacionales.

Desde hace un par de años la ASF exigió a Grupo Altavista la devolución de 100 millones de pesos puesto que cobraron por la entrega de aproximadamente 25 mil impresoras que jamás entregaron.

En contra de esta misma empresa, la PGR investiga una denuncia presentada por el Servicio de Administración Tributaria por defraudación fiscal. Las investigaciones han revelado que la empresa habría cometido fraude fiscal por cobrar una indemnización por 223 millones de pesos por servicios que jamás prestaron a la Secretaría de Educación Pública.

Aquí es necesario establecer dos puntos relevantes. Por un lado el interés de la dependencia encabezada por Emilio Chuayffet Chemor por apoyar a las autoridades para el esclarecimiento de la situación y, por el otro lado, la implicación tanto de funcionarios del gobierno de Fox Quesada como también ejecutivos de Grupo Altavista y Oracle.

Innecesarios

El Presidente de la República, sin proponérselo, avivó el debate sobre la economía nacional.

En esta columna hemos reiterado que es absurdo debatir si hay recesión o no, puesto que el problema no es la debilidad de la economía, sino su extrema mediocridad. Sin embargo, también parece excesivo que el jefe del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto, diga que la economía va por buen camino. Eso es falso o, por lo menos, prematuro.

La economía no puede ir por una buena senda si algún indicador es ligeramente superior a la estimación de los analistas, puesto que la mayoría de ellos son profundamente procíclicos y, por lo tanto, los datos del INEGI no son buenos.

Quizá el Presidente debería concentrar mucho más su discurso en pedir a los legisladores que hagan su tarea con las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y energética.

Como señalamos ayer en esta columna, la economía se encuentra atorada no por fallas u omisiones del Ejecutivo, sino porque los legisladores, especialmente del PAN y PRD, se han convertido en un freno para la economía.

Concursos

Hay quienes quieren hacer creer que existe alguna clase de consigna en contra de Felipe Consuelo; sin embargo, la realidad es que fueron sus acciones dentro de Mexicana de Aviación las que derivaron en que el Consejo de la Judicatura lo removiera del proceso.

El punto establecido en este espacio es que si fue removido por errores, omisiones o cualquier otra razón no debería estar al frente del proceso de Oceanografía. En caso contrario, si este hombre no hizo nada debería ser reivindicado por la misma autoridad que lo hizo a un lado.

Sin embargo, si se analizan las determinaciones que ha venido tomando este hombre en el caso de Oceanografía nuevamente habría razones para sospechar, por lo menos, de su capacidad de ser el juez encargado de este tipo de procesos.

Esto lleva a otra pregunta: ¿No hay más jueces capaces de llevar concursos mercantiles? Elegir a uno con mala reputación, que no ha sido limpiada por el Consejo de la Judicatura, es una idea pésima.

Adiós

Lorenzo Zambrano es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes hombres de empresa que haya dado el país. Convirtió a Cementos Mexicanos de una compañía local en una de las multinacionales de mayor prestigio y poder económico en el mundo. Descanse en paz.

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