David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 May, 2014

El canto de la sirena

Desde un punto de vista estrictamente humano, es totalmente lógico lo que está ocurriendo con algunos comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones; sin embargo, no está bien.

Algunos de los miembros de este pleno que hasta el momento, han mostrado una gran solidez y cohesión institucional, comienzan a dar muestras públicas de un nuevo amor: los reflectores y el sonido de su voz.

Los siete comisionados del IFT son funcionarios que han tenido destacadas carreras, como quedó demostrado en los exámenes que aprobaron para ser electos, pero que jamás habían estado cerca de los micrófonos y las cámaras. Algunos de ellos comienzan a ceder ante la tentación de la notoriedad y eventualmente se convertirán en un peligro para sí mismos y para el instituto que representan.

Hasta el momento, la principal virtud del IFT ha sido el cumplimiento estricto de su mandato. El haber procesado de una forma adecuada en su pleno, o lo que ellos han dado en llamar sus preplenos la necesidad que tenían de cumplir, ellos sí, con el plazo que les fijó la reforma constitucional de las telecomunicaciones, así como las muy adecuadas decisiones que han tomado de acuerdo con sus atribuciones.

A pesar de las diferencias, lógicas y deseables, han logrado comprender que son mucho más fuertes como un organismo unido hacia fuera, a pesar de no compartir necesariamente las mismas posiciones.

El camino no ha sido fácil para ellos. Tuvieron, por ejemplo, que convencerse de que sí importaba que ellos no cumplieran con el plazo establecido en la reforma, a pesar de que los legisladores habían violado el suyo. La posición que dominó fue que sólo tenían una oportunidad para causar una buena primera impresión.

Cuando el Presidente de la República envió la iniciativa de leyes secundarias a la Reforma de las Telecomunicaciones, hubo por lo menos una voz que pretendió el escándalo. Salir a puntualizar las diferencias que tienen. Otra vez ganó la prudencia de entender que se trata de un proceso que debe ser llevado por los legisladores y que no hubieran ganado absolutamente nada en un enfrentamiento con el Poder Ejecutivo.

Aquí la posición ha sido que lo importante es cumplir con el mandato constitucional (sacar los temas, pues), y no tener posiciones tan protagónicas como estériles. Entender que una cosa es la autonomía y otra es el libertinaje.

Tristemente hay algunos síntomas preocupantes en la posición de algunos comisionados, quienes están comenzando a hacer declaraciones netamente personales y que podrían minar no sólo la cohesión interna del IFT, sino la forma en que interactúan contra el resto de los Poderes.

Quizás algunos de estos personajes, que creen que cuestionando el trabajo del gobierno federal y de los legisladores podrán ayudar al cumplimiento de su misión, deberían analizar lo que pasó con el protagonismo de individuos como Mony Sacha de Swaan y, mucho más importante, qué pasó con los trabajos.

En el IFT deberían comprender que han hecho más por la competencia en el sector de las telecomunicaciones en estos pocos meses de vida que la Cofetel en toda su historia. Que perder el rumbo por el canto de las sirenas y enamorarse del tono de su voz les alejará de la misión que tienen. Quizás una frase que deberían recordar es que es mejor pasar por callado o tonto y salirse con la suya, que dar entrevistas, declaraciones, frases tronantes y no cumplir con la función que tienen.

Todavía están a muy buen tiempo de corregir el camino y seguir mostrando que siete son más que uno; que el camino que han seguido hasta el momento es exitoso, aun cuando no les genere reflectores personales.

Premio

Carlos Slim fue nombrado personaje del año en las telecomunicaciones.

Tiene una gran participación de mercado en telefonía fija, móvil e internet. Su empresa aplica el efecto comunidad.

El tamaño de la empresa se ha multiplicado, y las compañías están en posición de reinvertir las utilidades de México en una gran expansión internacional. Sin duda, el empresario es la envidia de cualquier dueño de empresas de telecomunicaciones en el mundo.

Quienes le otorgaron este premio tomaron en cuenta su talento como directivo.

Cumplido

Parecería que a los políticos, señaladamente los de Acción Nacional, se les cumplió el capricho y ya tienen una reforma político-electoral que, según parece, sólo les interesa a ellos y dos o tres despistados más. Habrá que esperar que esta misma semana terminen con el capricho y a partir de la próxima se pongan a trabajar en lo verdaderamente importante, que son las reformas de telecomunicaciones y energética.

En el primer caso, el trabajo está muy avanzado, puesto que hay una gran cantidad de coincidencias entre la reforma constitucional, el paquete enviado por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, así como el predictamen elaborado por la mayoría de los legisladores de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, encabezada por Javier Lozano.

Sin embargo, hay dos puntos que deben considerarse. El primero de ellos es que el PAN sólo tiene ojos para determinar qué pasará con el futuro de sus cuadros y legisladores, dependiendo de quién gane en la elección del domingo (ojalá que ahí termine la discusión), así como los cambios que harán los legisladores.

El gobierno federal ha dejado clara su disposición de ceder en algunos puntos que no rompan con el espíritu de la reforma constitucional aprobada por legisladores de todos los partidos y que, adicionalmente, refuerce el poder de los consumidores.

Si, como dice el senador mala paga Javier Corral y algunos otros idiotas útiles, el gobierno tuviera un plan para arrollar o un acuerdo más allá de lo legítimo, pues entonces hubiera aprovechado las por lo menos tres ventanas legislativas que ha tenido.

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