David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 May, 2014

Desplome de la aviación

Claudia Ruiz Massieu se ha convertido, junto con algunos otros gobernadores, en la principal promotora de que México cambie la política aeronáutica y entregue los cielos a las empresas internacionales.

La visión de la secretaria de Turismo y quienes la siguen es que disminuirían los costos de los boletos y que aumentará la conectividad, en especial en los lugares turísticos, al permitir que las empresas internacionales suban y bajen pasaje en territorio nacional. El cabotaje o las llamadas libertades aéreas no se reducen a mucho más que eso.

La idea puede resultar atractiva desde un punto de vista sumamente superficial, puesto que parte de la ingenuidad de creer que aumentará la competencia. Quizás, y sólo tal vez, en una primera instancia.

Si se ve el comportamiento de las líneas aéreas nacionales es necesario hacer algo. Aeroméxico, encabezada por Eduardo Tricio, está usufructuando la posición preponderante en el mercado, que le permite fácilmente disminuir la calidad y oportunidad del servicio porque los pasajeros no tienen otras opciones reales.

Si se ve a la competencia, se encuentra con empresas como VivaAerobús, que no tienen protocolos mínimos de operación, como qué se debe hacer en el caso de que sean requeridos para un transplante de órgano.

La capacitación del personal en la línea aérea de Roberto Alcántara ha generado incidentes como uno muy famoso en el cual una mujer golpea a uno de sus empleados por una actitud que, en el menos malo de los casos, puede considerarse como muy prepotente.

Interjet, que parecería la mejor dotada para la competencia, sigue cometiendo errores francamente inaceptables. Sí, Miguel Alemán y los principales directivos de la línea aérea pueden lograr el contrato para transportar a la Selección Mexicana de Futbol y asegurar que pedirán las rutas internacionales que dejó la quiebra de Mexicana de Aviación.

Sin embargo, si tienen empleados que no dudan en discriminar a los pasajeros, como fue evidente en el caso de los miembros de Panteón Rococó (que alcanzó notoriedad pública por la reacción del grupo de ska, pero que seguramente no es aislado), y la única respuesta es que ofrecen una disculpa y harán una investigación interna, no tienen nada que hacer. Por lo menos yo tengo 11 razones tatuadas en los brazos para no usar los servicios de esta línea aérea.

Quizá las líneas aéreas deberían retomar a Jan Carlzon y tener como libro de cabecera El momento de la verdad, donde este hombre explica cómo los directivos pueden hacer lo que les dé la gana, pero son los empleados que tienen pequeños contactos con los trabajadores de la línea aérea los que deciden la opinión que se tiene de ella.

Sin embargo, abrir los cielos sería una barbaridad.

Las empresas internacionales podrían, como lo han hecho en otras naciones de América Latina, en una guerra de precios depredadora. Tienen infinitamente más capital y aviones para aguantar una guerra que acabaría con las líneas aéreas nacionales, para quedarse sólo con algunos destinos.

Los ingenuos que apoyan esta versión dicen que se pediría reciprocidad. Las líneas aéreas mexicanas no tendrían capacidad para atender un intercambio de pares de ciudades. Vamos, uno de los grandes problemas en el desarrollo de Volaris, Interjet, VivaAerobús, es la falta de capacidad financiera para crecer. El propio Aeroméxico ha tenido que recurrir a una serie de estrategias de capitalización para poder enfrentar los retos de crecimiento. Hasta el momento, la estrategia les ha resultado bien, en buena medida, por la caída de Mexicana de Aviación.

Defensa

Hay quienes, de una manera bastante miope, creen que se trata de una idea que va y viene, la cual irá muriendo poco a poco ante las razones.

Para “documentar” esta pasividad, dicen que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no se ha pronunciado por el tema. Que ni Gerardo Ruiz Esparza o sus principales colaboradores han enviado señales de que podrían recorrer esta ruta.

El no pronunciarse debería ser una razón para estar intranquilos, puesto que hasta el momento nadie en la SCT ha desmentido la posibilidad de cambiar la política aérea y, mucho más allá, sí han realizado sondeos entre las líneas aéreas para determinar qué les parecería la idea de una apertura aérea y en qué condiciones.

Los promotores de la idea dicen una y otra vez que las empresas no se han opuesto abiertamente. Sería verdaderamente extraño que lo hicieran, cuando la tradición empresarial en México es jamás establecer puntos determinantes sobre cualquier posición que pueda tener un regulador.

Los empresarios en general, y en particular los de la aviación, son particularmente dóciles ante la autoridad que los regula. Prefieren aguantar, que despertar de un modo u otro la violencia del regulador.

Dan prácticamente por un hecho que si tienen una opinión diferente a la del regulador podrían ser víctimas de inspecciones y sanciones. Vamos, creer esto es suponer que la SCT y la DGAC están y han estado manejadas por una pandilla de seres muy vengativos o, simplemente, que las líneas aéreas no cumplen cabalmente las reglas.

El gremio de las líneas aéreas, encabezado por Fernando Flores, tampoco ha tomado una posición activa. Ciertamente es un tema al que se han opuesto durante muchísimos años, pero en esta ocasión parecería que están dejando correr el tema con la esperanza de que se vaya apagando poco a poco.

Los líderes sindicales tan fatuos como esnobs tampoco han movido un dedo. Tal vez Ricardo del Valle y Carlos Morineau no quieren sacar la cabeza luego de que estuvieron prometiendo durante años que mantendrían las fuentes de empleo para los pilotos de Mexicana de Aviación y hoy los sindicatos de pilotos y sobrecargos tienen una caída que ronda la mitad de sus afiliados.

Algunos pilotos de ASPA sí han mostrado preocupación y, sin ensuciarse las manos, han creado una cuenta de Twitter en la cual se oponen a la apertura de cielos.

Ciertamente se trata de un tema que ha estado mucho tiempo en la mente de diversos funcionarios, particularmente de quienes encabezan la Secretaría de Turismo; sin embargo, en este caso Ruiz Massieu tiene una mayor capacidad de interlocución con eso de que promete que el sector crecerá a una tasa de 10% con acciones como la apertura de cielos. Una decisión que realmente lamentaríamos como país.

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