Corral está enloquecido

A favor de Javier Corral debe decirse que es muy leal a sus patrones, que evidentemente no son la mayoría de los mexicanos y ni siquiera Acción Nacional, que durante tantos años le ha procurado un medio de vida y fuero. Que está dispuesto a cualquier cantidad de ignominias con tal de defender a sus jefes más o menos ocultos.

Que, con las mejores de las voluntades, lleva al extremo su odio hacia Televisa (que lo extiende inexplicablemente a Televisión Azteca) porque la empresa presidida por Emilio Azcárraga ha tenido el atrevimiento de cobrarle publicidad que contrató y no sólo no ha pagado sino que trató de culpar al PAN y que, hasta el momento, le ha implicado ya embargos.

¿Qué pasaría si Televisa le perdonara la deuda y los costos del juicio? Posiblemente ya no los vería como una desgracia para las telecomunicaciones.

La nueva del senador mala paga es criticar a sus pares del PRD por estar negociando con el gobierno las leyes secundarias a las telecomunicaciones, así como por la posibilidad para que se convoque un periodo extraordinario para resolver este tema durante el Mundial de Fútbol.

David Penchyna, refiriéndose a la terquedad de Luis Miguel Barbosa, dijo que este debate es “estúpido” y lo mismo podría aplicarse para Corral, quien ya no encuentra cómo detener la regulación secundaria a las telecomunicaciones.

A este hombre fueron deshaciéndosele los acuerdos. Primero trató de imponer su posición dentro de Acción Nacional y usó su cercanía con Gustavo Madero; sin embargo, la realidad es que jamás pudo con las razones y argumentos de legisladores como Javier Lozano, quienes se han mantenido firmes a favor de los consumidores, que es el espíritu central de la reforma aprobada por todos los partidos, la propuesta enviada por el Ejecutivo e incluso el predictamen en el que ha trabajado la comisión de telecomunicaciones del Senado de la República.

Mundialista

Ahora trata de meter nuevas zancadillas como las del Mundial de Futbol y no le extrañe que sume a la posición chantajista y equivocada del líder de los senadores del PAN de tratar de vincular la reforma energética con la aprobación de los estados de su parte de la reforma político-electoral. Va a decir que apliquen la misma con el tema de telecomunicaciones.

Es inaceptable que los mismos legisladores que dijeron que estaba bien no cumplir con el plazo que se fijaron para tener las leyes secundarias a las telecomunicaciones, que se cumplió el 9 de diciembre del año pasado, ahora traten de engañar con una conspiración mundialista para que los mexicanos imbéciles (como viven, juzgan) se mantengan idiotizados con el futbol.

Sin embargo, también ahí tienen perdidos los argumentos, puesto que las señales que ha enviado Acción Nacional es que irán juntos como partido y legisladores en un dictamen que va en el sentido de la posición donde ha tenido la voz dominante Lozano Alarcón.

Más allá de las diferencias propias del proceso de reelección de Madero, la mayoría de los panistas saben que lo enviado por el Presidente va en línea con lo que aprobaron legisladores de todos los partidos y de ahí que estén a favor de una legislación que va a favor de la competencia, contra los monopolios y que pone a los consumidores en el centro de la regulación.

Su última posibilidad era el PRD, que se ha mantenido muy reacio a las leyes secundarias durante un larguísimo periodo, a pesar de que ellos fueron parte de la aprobación de la reforma constitucional.

Mentiroso, fatuo e irresponsable, Corral dejó crecer la versión que el PRD “catafixiaría” la aprobación de las leyes secundarias por el nuevo estatuto jurídico del Distrito Federal. Más allá del desmentido del partido de izquierda, la realidad es muy diferente a lo que imagina el senador mala paga.

Es momento de implementar totalmente la Reforma a las Telecomunicaciones con la aprobación de sus leyes secundarias para que el país mejore en telefonía fija, móvil, internet y televisión en todas sus formas.

Hace unos días el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que las telecomunicaciones no son un lujo. Se trata, dijo, de un insumo fundamental en la competencia y la competitividad del país.

La mayoría de los mexicanos sabe que estos servicios son malos, caros y con poca penetración a la población, lo que frena la competitividad. Lo que debería preocupar a los legisladores no es el Mundial de Futbol o la lealtad de un legislador con la mano que le da de comer sino la forma de abrir el sector de las telecomunicaciones.

Fracaso

Durante las administraciones de Acción Nacional se creyó que invertir dentro de Repsol generaría no sólo utilidades para Pemex sino también el acceso a combustibles más baratos por parte de la empresa española.

El experimento fue un verdadero fracaso. No sólo no hubo rentabilidad sobre el capital invertido, que llegó a poco más de 9% y que los convirtió en el tercer accionista de esta compañía, sino que generó más problemas que ventajas.

En 2011, los entonces directivos de Pemex buscaron no sólo llegar hasta 20% de las acciones de Repsol a través de un convenio con Sacyr sino, además, remover al presidente del consejo de administración, Antonio Brafau.

La historia terminó en un verdadero ridículo para la paraestatal mexicana puesto que el presidente de la compañía no únicamente les dio la vuelta con el supuesto socio sino que les demostró su poder.

Ayer Pemex envió un comunicado a las autoridades españolas en el cual dice que venderán poco menos del 8% de la participación que tienen a través de una oferta privada de un solo día, lo que muestra que ya tienen un comprador y que sólo será la formalización de un acto preacordado.

Una vez que se conozca la cifra de la venta de estos títulos deberán hacerse cuentas para determinar qué tan buena o mala fue esta inversión, además, hacer una retrospectiva en la que se expliquen las razones de esta determinación y si no hubo intereses personales de quienes participaron en estas transacciones que, según parece, fueron bastante malas para el gobierno mexicano.