Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

5 Jun, 2014

Cabo Pulmo, ¿la tercera será la vencida?

Las empresas chinas que están atrás del proyecto de Cabo Dorado, Glorious Earth Group y Beijing Sansong International Trade Group publicaron la semana pasada un comunicado en el que informaban que retiraban su solicitud de Manifestación de Impacto ambiental (MIA) para el proyecto Cabo Dorado, pero que no cancelaban su intención de invertir en México.

Lo que anunciaron es su intención de volver a presentar otra solicitud de MIA ante la Semarnat, pero tomando en cuenta las múltiples críticas hacia este proyecto por parte de los grupos ambientalistas que insistieron una y otra vez que tal y como estaba planteado Cabo Dorado sí dañaría al Parque Marino Nacional Cabo Pulmo.

Habrá así un nuevo intento por parte de los chinos que ya invirtieron en la compra de los terrenos y lógicamente quieren explotar su inversión con un megaproyecto que implicaba una inversión mayor a tres mil 500 millones de dólares.

Sin lugar a dudas ni a México ni a Baja California Sur les conviene dejar perder una inversión tan importante que se traducirá en miles de empleos directos e indirectos y en una mayor derrama económica por el turismo. Sin embargo, ningún proyecto por muy importante que sea como lo pretende Cabo Dorado puede poner en riesgo a Cabo Pulmo y los grupos ecologistas que defienden el medio ambiente ya lograron dos veces descarrilar el proyecto.

Hay que recordar que la primera vez fue cuando el grupo de inversionistas ya tenían la MIA por parte de Semarnat, pero los ecologistas lograron convencer al expresidente Felipe Calderón quien, justo antes de la reunión del G20, canceló la autorización al proyecto. Esta cancelación generó un serie de litigios por parte de los inversionistas porque tenían ya la MIA.

Los chinos harán un tercer intento presentando otra solicitud porque como bien informó ayer Excélsior, la Semarnat no otorgó la MIA a Cabo Dorado porque el proyecto tenía diversas deficiencias y no cumplía con criterios ecológicos.

Para el tercer intento los inversionistas, que cuentan con el apoyo del expresidente Vicente Fox, buscarán un mayor acercamiento con los grupos ecologistas, pero se ve en verdad difícil que lleguen a un acuerdo y más aún después de la resolución negativa de Semarnat a Cabo Dorado.

Repsol fue una mala inversión confirma Lozoya

El director general de Pemex, Emilio Lozoya, confirmó que Pemex decidió vender su participación accionaria en Repsol por la baja rentabilidad y de la empresa hispana, que encabeza Antonio Brufau.

Se confirma también la pésima decisión que tomó el anterior director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, de incrementar en casi 5% la participación en Repsol con el absurdo y fracasado propósito de destituir a Brufau.

La venta de 7.86% de Repsol se colocó a un precio de 20.10 euros por acción, ligeramente arriba del precio al que Pemex compró el paquete accionario en 2011 y representa ingresos para Pemex por dos mil 090 millones de euros con lo cual rompe una relación de 35 años que siempre fue compleja, pero que lógicamente empeoró tras el intento de golpe a Brufau.

Lozoya reconoció que a la baja rentabilidad hay que añadir el hecho de que estos recursos se dejaron de invertir en otros proyectos que le hubieran dejado una mayor rentabilidad a Pemex y señaló también que había diferencias con las prácticas de gobierno corporativo de Repsol y que la relación nunca se tradujo en beneficios para Pemex ni técnicos ni de ninguna especie.

Y a diferencia de Suárez Coppel, quien ni siquiera consultó su errónea decisión de incrementar la participación en Repsol con el Consejo de Aministración, en esta ocasión, la desinversión fue autorizada en una sesión extraordinaria de ese órgano.

Estímulos a la chatarrización

Otra medida importante es que habrá más estímulos para reducir la antigüedad de la flota de camiones de carga que hoy es de 17.5 años.

La SCT, en conjunto con la Semarnat y la Secretaría de Hacienda, trabajan en el programa para apoyar a los transportistas a chatarrizar su camión y comprar uno seminuevo o nuevo. Actualmente hay un estímulo fiscal de 162 mil pesos que se ha demostrado que es insuficiente porque el precio de un camión seminuevo es en promedio de 500 mil pesos o más dependiendo desde luego de las características de la unidad.

La propuesta es que el estímulo fiscal sea de 250 mil pesos y un apoyo adicional es que se permitirá a un solo transportistas juntar dos certificados si demuestra la destrucción de dos unidades.

El aumento en el subsidio para la chatarrización beneficiará principalmente a los pequeños transportistas, a los llamados hombres-camión, que tienen las unidades más antiguas.

La meta que ya estableció el presidente Peña Nieto es que a finales de sexenio se reduzca la antigüedad de la flota camionera de carga a 12 años lo que se traducirá en una mayor seguridad en las carreteras.

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