José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

9 Jun, 2014

Banxico se animó, ¿o lo animaron?

El Banco de México bajó sorpresivamente su tasa de interés de referencia, la rectora de los distintos créditos del país. Suena bien tener créditos más baratos para ayudar a la alicaída economía mexicana. Lo curioso fue que casi nadie en el mercado esperaba dicho descenso en la tasa de 3.5 a tres por ciento. El Banco de México, gobernado por Agustín Carstens, sorprendió al mercado. No había dado señales de querer llevar una política monetaria más laxa, con todo y que desde el gobierno de Peña Nieto se habían tomado medidas para reactivar la economía. Por eso, la primera reacción del secretario de Hacienda a la baja del instituto central fue de un fuerte espaldarazo al instituto central.

El espaldarazo de Hacienda y Carstens del otro lado

¿El gobierno pudo influir en la decisión del Banco de México autónomo? No lo sabemos. Lo que sí conocemos es la insistencia de la Secretaría de Hacienda en apoyar a la recuperación, en medio de todo un debate de si la economía mexicana pasó por una recesión o no. La reacción de Luis Videgaray fue de satisfacción al ver que el instituto central sí bajaba sus tasas.

En otros momentos, desde luego, hemos visto disputas entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda (un episodio lo vimos precisamente cuando el actual banquero central, Agustín Carstens, insistía en la baja de interés cuando fue secretario de Hacienda, y en ese momento Guillermo Ortiz, al frente del Banco de México, no las quería bajar). El Banco de México se niega a bajar tasas cuando considera que su principal mandato constitucional, el de preservar el valor adquisitivo de la moneda, está en riesgo. Por eso busca la baja inflación.

No hay presión internacional
Quizá la decisión del Banco de México deba verse más en el sentido de no tener que competir con capitales frente a un Banco Central Europeo que redujo sus intereses a niveles históricos, de apenas 0.25%, para igualarlos a la tasa de la Reserva Federal que mantendrá esos bajísimos rendimientos de 0.25% por lo menos hasta finales de este año.

En ese contexto internacional, el Banco de México tenía margen para bajar los intereses.

Inflación a la baja

Para abonar a favor de la decisión técnica del banco central, podemos decir que dentro del análisis del gobernador Carstens y los subgobernadores Roberto del Cueto, Javier Guzmán Calafell, Mauel Ramos Francia y Manuel Sánchez, la inflación ha seguido bajando.

En el entorno de debilidad de la actividad económica, la inflación ha continuado disminuyendo para estar en alrededor de 3.5% anual, y la inflación subyacente (que no trae efectos cíclicos) se encuentra cercana a tres por ciento. Se espera que el principal problema de los precios, que ha afectado al sector agropecuario con las alzas del limón, aguacate o carne de cerdo, ya no sea un fuerte tema de preocupación. Además, el Banco de México considera que el aumento de precios originado por la Reforma Fiscal no tuvo impactos en otros precios: fue una elevación de los precios de una sola vez. Hasta ahí.

Bajo dicho análisis, y teniendo un mercado interno tan decaído, el Banco de México consideró que el objetivo de inflación anual de 3% más/menos un punto porcentual no estaba en riesgo.

Baja en tasas llegará en seis meses

Sin embargo, lo que llamó la atención es que el Banco de México no haya dado señales más vigorosas sobre su preocupación en el crecimiento, sino hasta ahora.

Como sea, la decisión del Banco de México de bajar las tasas de interés es positiva para apoyar la recuperación de una economía que ha estado cercana al estancamiento en el primer trimestre y que ya va teniendo signos de recuperación. La pregunta es, ¿por qué el Banco de México no actuó antes, si sabe que los efectos de las bajas tasas para que lleguen a los créditos empresariales y de familias tardan más de seis meses? Insistimos: la decisión del instituto central es positiva, ayudará a un crédito más barato en una economía que lo necesita y sin riesgos internacionales. Pero la baja en la tasa de interés de referencia pudo haber sido más oportuna si se hubiera dado anticipadamente.

Los 15 mil mdd para el Mundial

Brasil está invirtiendo 15 mil millones de dólares para el Mundial de Futbol. No están terminados estadios ni aeropuertos ni vías de comunicación. Brasil ha ganado varias veces la Copa del Mundo, pero ahora ni el futbol parece detener las protestas internas de varios grupos. Sin duda, la economía brasileña, con todo y su Reforma Energética, así como algunas industrias como la aeroespacial, siguió sufriendo los estragos de inequidad y de venta de materias primas que iban a  China. Esta semana inicia el Mundial de Futbol y ya veremos el gigante sudamericano puede salir bien librado.

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