Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

9 Jun, 2014

La tarjeta amarilla del Banco de México

El Banco de México (Banxico) es la única institución pública realmente preocupada por el bajo crecimiento económico y, por ello, volvió a bajar su tasa de interés de referencia, de 3.5 a tres por ciento, más como un coscorrón a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que como una medida efectiva para dinamizar la economía.

La economía mexicana no crece por problemas estructurales que la tasa de interés no soluciona; no por problemas de coyuntura, que es cuando mover las tasas de interés resulta efectivo.

Como si fuera poco, la herramienta de Banxico, la tasa de interés, ya está en una escala tan baja que moverla ya no impacta el crecimiento. Si estuviera en siete u ocho y se baja a tres, sin duda la economía lo sentiría. Moverla de 3.5 a tres por ciento es más para reprocharle a Hacienda que siga en la nube rosa de que las cosas mejorarán, pero sin hacer nada.,

De hecho, en la Junta de Gobierno del viernes pasado, donde se decidió bajar la tasa de interés, hubo expresiones muy determinantes sobre lo que en realidad sucede.

“…para 2014 el crecimiento económico será menor al esperado hace apenas un par de semanas”; es decir, el Banxico ya no cree en el pronóstico de crecimiento de 2.7 por ciento que Hacienda fijó como nueva meta.

“…existen riesgos a la baja para el crecimiento de la actividad económica”.

La meta esencial y única del Banco de México es el control de la inflación. Sin embargo, no hay duda de que las decisiones del instituto central repercuten en el crecimiento económico, en especial cuando se trata de tasas de interés.

Desde el año pasado, el Banco de México manifestó su preocupación por la marcha de la economía y, por ello, el 6 de septiembre bajó su tasa de referencia de cuatro a 3.75 por ciento; luego, el 25 de octubre la redujo a 3.5 por ciento y, como no vio ninguna respuesta por parte de la Secretaría de Hacienda, ayer le llamó la atención bajándola a tres por ciento.

Hacienda no quiere darse cuenta de que con su engendro de Reforma Fiscal mató las pocas fuentes de crecimiento de la economía.

Por ello, a estas alturas del partido, se ve una enorme debilidad tanto en el consumo como en la inversión privados.

Lo que vimos en el primer trimestre del año es que la economía seguía tan débil como en los últimos tres meses del año pasado.

Y los datos más recientes, de la semana pasada apenas, sobre la marcha de la economía, indican que la recuperación es muy, muy, débil:

En marzo, el Indicador Coincidente de la economía, calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), bajó 0.05 puntos respecto a febrero y en abril, mientras que el Indicador Adelantado apenas subió 0.03 puntos respecto a marzo.

En mayo, el Índice de Confianza del Sector Manufacturero cayó 4.6 puntos  y el mismo indicador, del sector comercio, cayó 5.6 puntos.

En marzo, las ventas en establecimientos comerciales al por mayor aumentaron 0.06 por ciento y, al por menos, 0.78 por ciento. En el mismo mes, en una comparación anual, las de mayoreo crecieron 3.8 por ciento y, las del menudeo, 1.7 por ciento.

En marzo, la encuesta de la industria manufacturera indica que el personal ocupado creció 2.1 por ciento respecto a marzo del año pasado.

En febrero, el indicador mensual del consumo privado en el mercado interno aumentó 0.64 por ciento y respeto al mismo mes del año pasado creció 1.3 por ciento.

Y así podríamos seguir. Viendo cifras y que ninguna se acerca al 2.7 por ciento que Hacienda quiere que crezca la economía este año.

En los mejores casos vemos aumentos ligeramente superiores a dos por ciento. En la mayoría, los descensos son mayores que el año pasado.

Es decir, la debilidad económica continúa y la Secretaría de Hacienda la quiere combatir con declaraciones de optimismo.

Ahora, Banxico le sacó una tarjeta amarilla bajando una tasa de interés más para llamar la atención que para en verdad empujar el crecimiento.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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