Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

16 Jun, 2014

El sector industrial se hace presente en las expectativas económicas este año

A un año del encuentro entre el presidente Enrique Peña Nieto y el titular chino, Xi Jinping, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sostiene que, si bien China ha incrementado su poderío global, no es invencible para México en la competitividad manufacturera.

“Hay mucho más que ganar en una correlación estratégica que vivir simple y aleatoriamente de conflicto en conflicto,” sostuvo el secretario Guajardo. A diferencia del resto de América Latina, México vende más manufacturas a China que materias primas.

“El hecho de que seamos socios estratégicos es una realidad. El acuerdo entre los presidentes fue subir la relación a un nivel estratégico y eso implicó una voluntad de los liderazgos para tomar acciones con efectos inmediatos. Por ejemplo, el acceso al tequila mexicano, la certificación de plantas mexicanas para la exportación de puerco”.

México negoció con China tarifas muy altas para defender lo que era temido en esa competencia en muchos temas de manufacturas, y al pasar el tiempo vemos en esa primera vida de China en el comercio mundial un incremento impresionante de exportaciones e importaciones chinas. Pero luego se estabilizó y ahora estamos observando que tenemos una competitividad muy alta y que en muchos casos se está pensando en la relocalización de plantas de China a América del Norte.

Existe mucha posibilidad de competencia, de manera que es un socio estratégico. “No hay que administrar la relación vía el conflicto”, sostuvo el secretario.

“Hay que saber solucionar y mediar los conflictos. Hay que acordarnos que hay mucho que ganar en una correlación estratégica que vivir simple y aleatoriamente de conflicto en conflicto,” reiteró Guajardo, secretario de Economía.

En su plan quinquenal, es evidente que China quiere comprar marcas e internacionalizar sus empresas, pero seguimos esperando la llegada de inversión extranjera directa a México; incluso en el sector de las manufacturas, en donde China tendría las ventajas de la cercanía de Estados Unidos.

Cinco años después de los flujos de comercio, se podría perfilar el hecho de que las manufacturas mexicanas pueden competir en el mercado chino. En 2013 las exportaciones de manufacturas mexicanas a China tuvieron un alza de 9.3% y han mantenido el crecimiento: antes, durante y después de la crisis financiera internacional de 2008-2009, en forma ininterrumpida.

Luego, en el primer bimestre de 2014, México exportó autos al mercado chino por 239 millones de dólares, un incremento de 67% a tasa anual. Fue así que, por primera vez, China se convirtió en el tercer mercado del sector automotriz mexicano, detrás de Estados Unidos y Canadá, desplazando por primera vez a Alemania y Brasil, de manera que, de continuar la tendencia, pronto superará también a Canadá.

La manufactura entre México y Estados Unidos es y será un puente de entendimiento; no será la industria extractiva la que participará, como en Sudamérica, África y otras partes del mundo, dijo el director general de ProMéxico.

En 2013, México le exportó teléfonos por 480 millones de dólares; partes y accesorios para motores de auto, por 225 millones, y máquinas de procesamiento de datos y lectores ópticos, por 69 millones.

“Vamos a poder avanzar en la relación entre China, América Latina y el Caribe por la vía productiva, diplomática y de capacidades conjuntas,” confió recientemente Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Por su parte, la deflación europea divide a los banqueros centrales del continente. La inflación casi nula en la zona euro es motivo de preocupación. En una reciente reunión de banqueros del mundo, en Portugal, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, alertó que la economía del viejo continente corre el riesgo de quedar deprimida de manera persistente.

El Banco Central Europeo (BCE) debe tomar acciones —dijo— para impedir que la zona euro caiga en una deflación al estilo Japón.

El BCE está cada vez más incómodo con la persistente baja inflación en la zona euro, que ha quedado atascada, por siete meses, en lo que el presidente del BCE, Mario Draghi, ha llamado la “zona de peligro,” por debajo de 1%: antes, 0.5% y ahora 0.7 por ciento.

 

(*) Presidente de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C.

@acanovelez

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