Por qué el capitalismo es mejor que el socialismo, según Mickey Mouse

¿Qué pueden enseñarnos los dibujos animados de Disney sobre el capitalismo? Mucho, al menos sobre por qué el capitalismo parece ser el ideal de una vida perfecta
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¿Qué pueden enseñarnos los dibujos animados de Disney sobre el capitalismo? Mucho, al menos sobre por qué el capitalismo parece ser el ideal de una vida perfecta. Foto: Especial
¿Qué pueden enseñarnos los dibujos animados de Disney sobre el capitalismo? Mucho, al menos sobre por qué el capitalismo parece ser el ideal de una vida perfecta. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Qué pueden enseñarnos los dibujos animados de Disney sobre el capitalismo? Mucho, al menos sobre por qué el capitalismo parece ser el ideal de una vida perfecta.

 

Mickey Mouse y sus amigos nos presentan una sociedad capitalista moralmente impecable. Por ejemplo, Minnie Mouse es dueña de una "Bowtique", un espacio dedicado a grandes colecciones de moños y moda, mientras que la vaquita Clarabella es dueña de una fábrica de muffins y el Pato Donald posee sus propias fincas.

 

En estos dibujos animados no existe la explotación, la codicia, el miedo o la indiferencia despiadada como en la vida real. Los personajes se miran respetuosos, generosos y justos en su comportamiento; sin embargo, a pesar de que son lo suficientemente virtuosos como para vivir del socialismo –porque poseen valores–, en su lugar eligen el capitalismo.

 

Y a todo esto, ¿por qué escogen vivir del capital? Lo que nos muestran los diferentes episodios, cuentos y películas de estos personajes es que estos animales encuentran valor en la propiedad privada y el comercio.

 

La casa de Mickey Mouse nos enseña que mientras la utopía socialista puede ser maravillosa, la utopía capitalista es aún mejor.

En todo caso si la gente fuera moralmente perfecta como Mickey y sus amigos, ¿por qué todavía querría tener propiedades privadas? Simplemente por placer. Por ejemplo, la Bowtique de Minnie Mouse le proporciona la misma satisfacción que un escultor recibe de la sublime actividad de la creación

 

Es imposible ocultar que la gente e incluso los animales antropomorfos que presenta Disney tienen ideas que quieren llevar a cabo. El desarrollo de ciertos proyectos es parte de la coherencia y sentido de la vida humana porque se necesitan para expresarse y desarrollarse; así que para llegar al éxito es preciso tener el control de los objetos y de ciertas circunstancias con el paso del tiempo; situación que el socialismo, incluso en su forma más idealizada, priva de esto.

 

También surge otra pregunta: si la gente fuera moralmente perfecta, ¿por qué seguiría utilizando y necesitando los mercados? Los personajes de la Casa de Mickey Mouse comercian el valor por el valor. Ellos encuentran alegría en la creación de cosas que otros necesitan para su propio bien. Utilizan los mercados no porque sean egoístas e indiferentes, sino porque precisamente un mercado amplio sirve al bien común y los mercados son una red de mutuo beneficio porque crean condiciones de riqueza, oportunidades y progreso.

 

La Casa de Mickey Mouse nos muestra, para nuestra sorpresa, que cuando juzgamos a los sistemas con los estándares morales del marxismo –ausencia de clases sociales, el Estado como administrador de todas las riquezas de la nación y la revolución como eje necesario para derrocar a la burguesía y elevar al proletariado–, la mejor manera de vivir juntos no es una comuna marxista, sino el capitalismo de Mickey Mouse y sus amigos.

 

En el mundo real, el capitalismo, con todos sus defectos, es mejor que el socialismo. Pero incluso en condiciones utópicas, el capitalismo mantiene su moral alta.

 

Este artículo fue originalmente publicado en Fortune.

 

*livm

 

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